Política

El reparto de poder bloquea hasta el final el pacto de Gobierno valenciano

Compromís se enoja y presiona para no evidenciar su debilidad en el nuevo Consell pese a quedar cuarta fuerza

El mayor punto de fricción se centra en las competencias relacionadas con Medio Ambiente que podrían ir para Podemos, ya reconciliados con EU

Imagen de la reunión de este lunes entre las tres formaciones EFE

Esta funcionalidad es sólo para registrados

A un día escaso de la investidura de Ximo Puig y tras una semana de negociaciones, PSPV, Compromís y Podemos-Esquerra Unida no eran capaces de cerrar este lunes un acuerdo de Gobierno -que seguirá llamándose Pacto del Botánico pese a la propuesta de los morados de que fuera del Montgó-. La reunión del domingo se extendió hasta la madrugada y continuaba a primera hora de la mañana de ayer, esta vez en la sede de la coalición. Algunos de los representantes de los partidos, como Ciprià Císcar, ya estaban alrededor de una hora antes por la zona para comenzar de nuevo. El veterano dirigente socialista fue, precisamente, uno de los más activos durante toda la jornada, manteniendo conversaciones constantes con el resto de formaciones.

El domingo llegaba el documento programático, que tendrá alrededor de 130 medidas. Algunas propuestas de Podemos que no eran del todo vistas con buenos ojos inicialmente han sido incluidas. Un ejemplo es la tasa «a los grandes tenedores de viviendas vacías , especialmente a las entidades financieras e inmobiliarias, que las mantengan desocupadas por un tiempo determinado sin causa justificada». Otras, como la turística, han quedado fuera y prevén desarrollarla en las Cortes. La de bebidas azucaradas se ha incorporado pero de forma más diluida sin la obligación de implantarla. El SDDR también queda fuera y la tasa de residuos se enuncia como «avanzar en medidas fiscales que desincentiven la quema de residuos de ciclo abierto, la eliminación a través de los vertederos y el flujo de residuos más contaminantes».

Uno de los puntos de mayor fricción sobre el que no han conseguido todavía acercar posturas es el de la creación del Instituto de la Mujer que quiere el PSPV mientras Compromís prefiere dejarlo en dirección general.

Atado el llamado «qué» -el cual se firmará previsiblemente este martes en Alicante-, llegaba otro bloqueo, el del «cómo». Y todo pese a los reiterados mensajes de que no era lo importante. Nada de la arquitectura del nuevo Consell se lograba convenir. Es decir, que la negociación ha quedado encallada en el reparto de poder entre los tres partidos . El pasado viernes, como informó ABC , las formaciones ya se aproximaban a una cifra definitiva de doce consellerias (6 para PSPV, 4 para Compromís y 2 para Podemos), que todo apunta a que se cumplirá.

Pocos días antes estaba encima de la mesa la opción de los quince departamentos. El número, sin embargo, era demasiado elevado (ante los diez actuales) y suponía un engrosamiento de la Administración para dar cabida a todas las pretensiones y equilibrios internos de los socios. Tanto la entrada de los morados como que la coalición haya intentado mantener sus cinco actuales áreas para que no se evidencie una pérdida de fuerza, unido a que los socialistas no quisieran ceder en tener la mayoría, dibujaban esta opción. Precisamente este último debate sigue pendiente, puesto que afecta a Presidencia y a si se cuenta dentro de la docena o no.

Aunque todo parecía encarrilado, el avance de la jornada de ayer iba haciendo decaer la posibilidad de acabarla con un acuerdo. Escrutar los rostros de los negociadores daba pistas sobre lo que ocurría dentro. Y mientras en los recesos unos salían con una sonrisa, otros ni la esbozaban. Era el caso, especialmente, de Compromís. Y para completar las caras, las afirmaciones de Mónica Oltra confirmaban el enfado: «Somos los únicos que hemos actuado con generosidad» .

Podemos y PSPV vs Compromís

En opinión de la coalición, estaban perdiendo demasiadas competencias. Desde Podemos-EU daban por hecho una vicepresidencia con Vivienda (que en la pasada legislatura estaba dirigida por PSPV), Cambio Climático (que incluiría la Agencia hasta ahora en Presidencia), una parte de la dirección general de Medio Ambiente (bajo el control de Compromís) y Transición Energética (dependiente de Economía, también en manos de la coalición, y que contará con una Agencia de Energía propuesta por Podemos y ha sido aceptada).

A ello se sumaba que Esquerra Unida, con los que han acudido en confluencia, se llevaban Transparencia, Cooperación -ambas igualmente ostentadas por Compromís hasta ahora-, Memoria Democrática y Participación . Justamente la conselleria para EU no era algo asegurado por sus compañeros morados hasta este domingo, cuando firmaron la paz tras días de desavenencias -al considerar que negociaban por su cuenta- y acudían, por fin, con una postura conjunta entre ellos.

A su vez, Cultura y el Instituto de la Mujer era otra pugna entre socialistas y la coalición. Antes del mediodía, los primeros ofrecieron a los segundos que mantuvieran la conselleria de Cultura y meter Presidencia en el reparto de 6-4-2, de modo que no tuvieran mayoría en el Gobierno. A cambio, el PSPV, asumiría Patrimonio Cultural y el Instituto de la Mujer pasaría a Presidencia , que no sería vaciada de competencias.

Parecía que llegaba el entendimiento, pero una comida de Oltra con el equipo de negociadores de su partido lo hacía saltar todo por los aires y regresaban a la reunión con una negativa. Según fuentes presentes, rechazaban que Podemos tuviera el control en competencias como Cambio Climático o Transición Ecológica puesto que pertenecían a Medio Ambiente -para cuya titularidad suena la exdiputada Mireia Mollà-. Y, aunque Compromís planteó la posibilidad de que los morados se integraran en este departamento mediante mestizaje, éstos no lo consideraban adecuado cuando sus áreas no eran de gran peso en el Ejecutivo.

Las mismas fuentes apuntan a que la coalición arguyó que el reparto planteado por PSPV y Podemos suponía evidenciar una imagen de que eran los perdedores . Un hecho que, comentaban entre el resto de formaciones, era «la realidad». «Todavía no son conscientes de que son cuarta fuerza en la Comunidad Valenciana» o «han de asumir el resultado de las urnas» eran algunas reflexiones que se escuchaban entre los socios.

La imagen resultaba curiosa, puesto que Oltra confiaba en atraerse a los morados en esta negociación para ejercer presión sobre los socialistas y, finalmente, ambos han acabado aliados contra Compromís .

La reunión quedaba finalmente suspendida alrededor de las 21.15 horas -después de alrededor de 12 juntos- y se retoma este martes a las 10.00 con la previsión de tenerlo todo cerrado antes de mañana. «Oltra es experta en tensionar hasta el último momento», resumía un miembro de la comisión negociadora.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación