El descuartizador confeso de Marta Calvo, a juicio por el asesinato de tres mujeres y los abusos sexuales a ocho
Cocaína adulterada por los genitales: el modus operandi del presunto asesino de Marta Calvo con sus víctimas
La primera víctima de Jorge Palma, en el juicio: «Es un monstruo que me ha arruinado la vida. Tengo pánico a los hombres»
La víctima más joven del presunto asesino de Marta Calvo: «Creía que había convulsionado y no llamó a una ambulancia»
Nueve ciudadanos anónimos escucharán desde este lunes cómo un presunto depredador sexual segó la vida de tres mujeres y abusó sexualmente de otras ocho durante quince meses de horror, introduciéndoles cocaína en sus genitales sin su consentimiento, en una práctica conocida como «fiesta blanca».
La Audiencia de Valencia inicia una vista oral con 21 sesiones en las que se relataran la treintena de supuestos delitos cometidos por Jorge Ignacio Palma hasta que se entregó a la Guardia Civil confesando ser el autor de la desaparición de Marta Calvo , la joven valenciana de 25 años cuyo cuerpo todavía no ha aparecido.
Durante cinco semanas, un jurado popular asistirá a un macrojuicio que se dividirá en once partes para facilitar su seguimiento. Por sede judicial pasarán cada día las víctimas, testigos y peritos de cada caso, en orden cronológico. Se destinará a cada uno de ellos más o menos sesiones, según su complejidad. Serán seis, por ejemplo, las destinadas a desgranar qué ocurrió con Calvo, a la que se perdió la pista en noviembre de 2019.
El acusado, de 40 años y en prisión provisional, no declarará hasta el final de todas ellas, en una comparecencia prevista para el 6 de julio. La Fiscalía pide una pena de 130 años de cárcel para él, que las acusaciones particulares elevan hasta la prisión permanente revisable . Se espera que el jurado se retire a deliberar el 13 de julio.
El auto de hechos justiciables apunta a que, en la madrugada del 7 de noviembre de 2019, Jorge Palma contactó con Marta Calvo para mantener relaciones sexuales. Ambos se desplazaron en coche desde Valencia hasta la vivienda del procesado en la localidad de Manuel. Allí «consumieron cocaína, manteniendo relaciones sexuales, en las que le pudo introducir piedras de cocaína en vagina y ano sin su consentimiento, conociendo las consecuencias letales de dicha práctica y que, provocaron su fallecimiento, decidiendo deshacerse del cuerpo que, todavía no ha sido localizado, pese a las gestiones de exhaustiva búsqueda en el vertedero de Dos Aguas » y otros lugares.
La madre de la joven se desplazó horas después al pequeño municipio, alertada por la falta de noticias sobre su hija y gracias a la localización que ésta le había mandado la noche de los hechos. Palma, según relata Marisol Burón, le abrió la puerta de su casa y le aseguró que no conocía de nada a su hija. El 4 de diciembre, se entregó de madrugada en el cuartel de la Guardia Civil de Carcaixent y aseguró haber descuartizado a la chica y haber arrojado sus miembros a diferentes contenedores.
El acusado, que ya estuvo encarcelado en Italia por tráfico de drogas, compró sierras y guantes en tiendas de la zona y se deshizo del vehículo con el que había recogido a la chica. El rastreo de sus nueve líneas telefónicas reveló contradicciones en un relato que tuvo un mes para preparar y al que ahora tendrá que enfrentarse. Para el juicio será trasladado de nuevo a la cárcel de Picassent, dada su proximidad a los juzgados, desde donde tuvieron que movilizarlo al centro penitenciario castellonense de Albocàsser tras protagonizar algunos enfrentamientos con presos.
Dos muertes más: Arliene Ramos y Lady Marcela
La investigación sobre lo sucedido con Marta Calvo destapó un reguero de ocho casos similares que se habrían producido desde el verano de 2018. Los indicios apuntan a que Palma contrataba servicios sexuales a los que llevaba piedras o bolas de cocaína que introducía en los genitales de las mujeres, lo que provocó a muchas de ellas «pérdida de conocimiento» o « diversas alteraciones psíquicas o físicas» , como un aumento del ritmo cardíaco y de la presión arterial.
«El investigado reiteró esas prácticas sexuales conociendo sus consecuencias letales y asumiendo el posible fatal resultado que derivó en el fallecimiento de tres de sus víctimas», señala el auto de hechos justiciables. Las otras dos fallecidas se toparon con su presunto verdugo meses antes de que se perdiera el rastro de la joven de Estivella, el 24 de marzo y el 14 de junio de 2019, respectivamente, ambas en viviendas de la ciudad de Valencia.
En el primer caso, el de Arliene Ramos , «el acusado le colocó cocaína -con pureza del 81,67%- en la vagina y ano sin su consentimiento, y tras verla convulsionar, salió de forma precipitada de la vivienda sin prestarle mínima ayuda». La víctima falleció días después en el hospital por muerte encefálica.
En el segundo, el de Lady Marcela Vargas , la pureza de la droga era del 90,31%. Tras las primeras convulsiones, Palma le tapó la boca a la mujer para que no gritara, «provocando su fallecimiento por insuficiencia cardio respiratoria, y abandonando la vivienda, detectándose cocaína en sangre de 9,31 mg/l y otra sustancia estupefaciente».
El magistrado instructor requirió al procesado una fianza de 350.000 euros para cubrir las posibles responsabilidades civiles. La Fiscalía y las acusaciones personadas en la causa sostienen que los hechos pueden ser constitutivos de tres delitos de homicidio o asesinato, así como de diferentes delitos de lesiones o asesinato en grado de tentativa, contra la salud pública, abuso o agresión sexual y contra la integridad moral.
El juicio tendrá lugar en la Sala Tirant I de la Ciudad de la Justicia de Valencia, la más grande del complejo y la reservada para las macrocausas. Se iniciará este lunes con la composición del jurado popular.
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