Imagen de archivo de Barberá el día que tomó posesión como senadora
Imagen de archivo de Barberá el día que tomó posesión como senadora - ÓSCAR DEL POZO
CASO TAULA

La Fiscalía pedirá la imputación de Rita Barberá en el caso de blanqueo en el PP de Valencia

El juez termina de tomar las declaraciones a medio centenar de implicados y activa la cuenta atrás para que el Supremo investigue a la senadora

VALENCIA Actualizado: Guardar
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La cuenta atrás para la citación como investigada de la exalaldesa de Valencia Rita Barberá ya ha comenzado. Las declaraciones previstas por el Juzgado de Instrucción número 18 de Valencia por el supuesto blanqueo de 50.000 euros en el seno del grupo municipal del PP en la capital del Turia concluyeron este lunes con la comparecencia de tres asesores de este grupo, según informó el Tribunal Superior de Justicia valenciano

Los investigadores tuvieron conocimiento del supuesto blanqueo a raíz de unas escuchas entre el exgerente de Imelsa Marcos Benavent y la entonces concejala de Cultura María José Alcón, esposa del exvicealcalde Alfonso Grau, procesado en el caso Nóos y que este lunes quedó en libertad tras ser detenido por un supuesto delito de cohecho

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Tras la ronda de declaraciones siguen imputadas 49 personas en la pieza, la mayoría concejales, exediles y asesores del PP en la etapa de Barberá. De hecho, permanecen investigados nueve de los diez actuales concejales del PP en el Ayuntamiento de Valencia, que fueron en la lista que encabezó la exalcaldesa en las elecciones del pasado mes de mayo. Las pesquisas se centran en el blanqueo de 50.000 euros en la campaña para los citados comicios y la Fiscalía Anticurrupción cree que existen indicios de delitos para imputar a Barberá, por lo que solicitará al juez que la investigue.

Para ello, una vez tomadas todas las declaraciones pertinentes, el juez instructor, Víctor Gómez, tendría que elevar una exposición razonada al Tribunal Supremo ( vistos los indicios de delito) para que este decida si asume el asunto, ya que Barberá goza de la condición de aforado al ser aforada. El hecho de que el magistrado haya decidido abrir una pieza separada «facilita» que esto suceda a nivel práctico y la explicación ya se está preparando. Mientras, el secreto de sumario se mantendrá hasta el 14 de marzo.

El trámite del Supremo

En el caso de que el TS decidiera seguir adelante, plantearía un suplicatorio al Senado. Allí se cumpliría con el reglamento que existe al respecto, según el cual el presidente lo recibiría y lo remitiría a la Comisión de Suplicatorios. Aunque el PP cuenta con mayoría en la Cámara Alta, no podría rechazar la concesión aunque quisiera, puesto que de acuerdo con los principios establecidos por el Tribunal Constitucional, la negativa a otorgar la autorización sólo puede producirse en caso de que, hecha la acusación penal, se percibiera en la querella un intento de alterar la composición del Senado o su funcionamiento.

La comisión procedería a llamar a Barberá para escuchar su razonamiento y emitiría un dictamen en el plazo máximo de un mes. Posteriormente, su debate sería incluido en el orden del día del primer pleno ordinario que se celebre (este punto, en cualquier caso, sería tratado en sesión secreta). Una vez hubiera acuerdo, el presidente del Senado daría traslado del mismo al Tribunal Supremo en el plazo de ocho días. El TS, una vez recibido, ya podría llamar a declarar a Barberá.

Conforme publicó ABC el pasado 3 de febrero, varios de los investigados en relación al presunto blanqueo de capitales en el PP de Valencia a través de dichos donativos señalaron que Alfonso Grau era el encargado de recaudar los donativos de dirigentes y candidatos del PP para sufragar el funcionamiento del partido y las campañas electorales. Hasta que tuvo que dimitir -el pasado mes de marzo- y se cayó de la lista por su implicación en el caso Nóos, Grau se habría encargado así de gestionar las aportaciones de los concejales y cargos del PP a la formación. Grau ha negado públicamente todas las acusasiones al respecto.

La Fiscalía cree que fue en ese momento cuando la dirección local del PP decidió «lavar» los 50.000 euros de la caja opaca.

El juzgado de instrucción número 18 de Valencia investiga si los populares de la ciudad de Valencia manejaban una «contabilidad B». De acuerdo con las pesquisas, los contratistas de obra pública aportaban dinero al partido y éste lo «lavaba» por distintos procedimientos.

Blanqueo de 50.000 euros

Uno de ellos pasaba por devolver a los concejales, asesores y militantes de confianza los donativos que habían realizado al partido en sobres con billetes de quinientos euros. La investigación apunta a que solo en la campaña electoral de las pasadas municipales se blanquearon a través de este procedimiento 50.000 euros.

La trama ponía como condición para devolver los donativos que el dinero no se ingresara en cuentas bancarias. Los investigadores han constatado que algunos concejales gastaron el efectivo en compras en grandes almacenes. La ya exsecretaria del grupo municipal del Partido Popular de Valencia Mari Carmen García-Fuster está considerada la mano ejecutora de la trama que reclamaba los donativos para ocultar, mediante el blanqueo de dinero, la financiación irregular de la formación. García-Fuster fue cesada tras su detención. A pesar de que el fiscal reclamó cárcel provisional, el juez la dejó libre bajo fianza de 150.000 euros.

En su vertiente política, este caso ha supuesto la práctica disolución de la organización del partido en la ciudad, tras la suspensión de militancia del presidente local del partido y portavoz, Alfonso Novo, y el nombramiento, el pasado viernes, del diputado y exconseller Luis Santamaría como responsable de la nueva gestora.

De las escuchas, registros y testimonios recabados durante meses en la investigación del conocido como caso Imelsa se han destapado al menos otras dos ramificaciones al margen de este supuesto caso de blanqueo.

En total son más de 80 los investigados entre políticos, asesores y empresarios por varios delitos contra la administración pública, entre ellos los de prevaricación administrativa, malversación de caudales públicos, tráfico de influencias, cohecho, fraude, falsedad y blanqueo de capitales, contenidos en un sumario que seguirá siendo secreto al menos hasta el 14 de marzo.

Las fuentes de la máxima solvencia consultadas por ABC señalaron que en uno de los informes que obran en la causa se apunta la posibilidad de que el expresidente de la Comunidad Valenciana Francisco Camps estuviera al corriente de las actividades corruptas, según se desprende de algunas grabaciones.

«No hay datos definitivos sobre este asunto -señalan las mismas fuentes-, pero es cierto que se trata de una línea de investigación en la que se está trabajando». Es más, no solo Camps, según esos indicios, conocería el cobro de comisiones a empresarios por adjudicaciones de servicios o de obras públicas, sino también Víctor Campos, en su día secretario de Organización del PP valenciano y vicepresidente autonómico, y Rafael Betoret, ex jefe de gabinete de la Consejería de Turismo.

«Institucionalizada»

En esos mismos documentos de la investigación, según las fuentes consultadas, se sugiere otro elemento inquietante, como es que parte del dinero recaudado de forma ilegal en Valencia pueda haber acabado en las arcas del PP nacional. «Era una corrupción institucionalizada -insisten los medios consultados-; sobre todo a partir de la llegada de Alfonso Rus a la presidencia de la Diputación. Es entonces cuando se dispara la recaudación y los gastos para publicidad, mítines, y todo tipo de actos para el partido».

La Cadena Ser fue ayer aún más lejos y precisó que en el PP valenciano había hasta cinco cajas «B» donde el partido ingresaría el dinero de las mordidas. Y añade que los investigadores de la UCO consideran que el PPCV era una «organización criminal» y que el propio expresidente era el responsable de recaudar esas mordidas y el encargado de aportar ese dinero a la caja «B» del PP valenciano y nacional. Camps lo negó de forma tajante y ha emprendido acciones legales.

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