La Generalitat duplicó el gasto en Exteriores en el año 2017

La partida presupuestaria dedicada a Exteriores creció un 107% con respecto al ejercicio anterior

Puigdemont y Romeva encabezan la apertura de la «embajada» catalana en Copenhage EFE
Àlex Gubern

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Ante la indiferencia total de las autoridades danesas -solo asistieron dos funcionarios de segundo nivel del ministerio de Exteriores-, la Generalitat de Cataluña inauguró ayer su novena delegación en el extranjero, llamada a convertirse en «embajada» ante los países nórdicos en la ensoñada nueva «república catalana».

Así lo proclama al menos el Gobierno catalán, que a un mes del 1 de octubre aún no ha mostrado ningún plan concreto para un supuesto referéndum trascendental para «desconectar» Cataluña de España... y con ello a los 7,5 millones de ciudadanos del resto del país.

La inauguración en Copenhague contó ayer con la presencia del presidente Carles Puigdemont y de su «canciller» Raül Romeva , que volvieron a defender la necesidad de que Cataluña cuente con una sólida presencia exterior, una de las estrategias clave -desarrollada hasta ahora con escaso éxito- para internacionalizar el «proceso» .

A ello se dedican esfuerzos y recursos. La consejería de Asuntos y Relaciones Institucionales y Exteriores y Transparencia, liderada por Romeva, tiene un presupuesto para 2017 de 64 millones de euros, que se reparten entre la Secretaría General (más de 27 millones), Asuntos Exteriores (más de 35) y Transparencia (1,3).

Doble presupuesto

En concreto, la partida de Exteriores creció un 107% con respecto a la de 2016, que va principalmente a cooperación para el desarrollo y al plan de despliegue de las delegaciones en el exterior (se quiere llegar a 13 aperturas delegaciones en el exterior), con un presupuesto de 6,5 millones para este capítulo, casi el doble que en el Presupuesto anterior.

El Gobierno danés considera la nueva «embajada» como una oficina de promoción turística, sin rango oficial

Lista de desplantes

El desplante del Gobierno danés se suma a la larga lista de fracasos con los que han ido topando los «foreign affairs» de la Generalitat, algo muy notorio en el caso de la delegación catalana ante la UE, incapaz por el recelo de las autoridades comunitarias a lograr una entrevista de alto nivel. El fracaso del Govern contrasta con la facilidad con la que líderes de partidos, o presidentes de otras comunidades autónomas, logran cuadrar agendas cuajadas de contactos de primer nivel.

De manera reciente, la Generalitat se vio obligada a suspender una misión comercial conjunta con representantes de Flandes (Bélgica) a Marruecos el 7 y el 9 de mayo después de conocerse que las autoridades del país alauí declinaban mantener cualquier encuentro oficial.

Romeva en una conferencia celebrada en el Parlamento Europeo EFE

Desde la Generalitat se denunció la enésima maniobra de la diplomacia española por torpedear la proyección exterior catalana . Un poco antes, en marzo, el presidente Puigdemont tuvo que contentarse con una agenda política de segundo nivel en un viaje a los Estados Unidos, aunque luego la «diplomacia» catalana se desquitaría con lo que vendió como un triunfo absoluto, un encuentro entre Puigdemont y el expresidente estadounidense Jimmy Carter.

Dastis constata el fracaso

Ayer, y ante el nuevo revés a la Generalitat, el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Alfonso Dastis , aseguró que el rechazo de Dinamarca a recibir al presidente catalán es «la confirmación de que los secesionismos, las rupturas de países, no van a ningún sitio». Estos fenómenos son «contrarios a los objetivos que todos perseguimos con nuestro esfuerzo en pro de la unidad europea», apuntó el canciller español.

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