La Lliga Democràtica llama al catalanismo a superar la política de bloques

«Ha llegado la hora de ofrecer a los ciudadanos catalanes descontentos, desconcertados y desiluionados con los estériles resultados del proceso indepenentista una opción política catalanista sin complejos que haga del diálogo, el pactismo y el buen gobierno su razón de ser». La Lliga , el nuevo partido catalanista de centro derecha que aspira a romper la política de bloques en Cataluña, ya tiene listo su manifiesto fundacional, un texto donde se resume el perfil y aspiraciones de un movimiento que aún debe constituirse formalmente como formación política .

Con la concejal en el Ayuntamiento de Barcelona Eva Parera y la politóloga Ástrid Barrio como principales referentes, Lliga Democràtica es por ahora la iniciativa más articulada que aspira a aglutinar el espacio catalanista moderado que el galope indepe de la antigua CDC ha dejado huérfano. Así se refleja en el manifiesto, al que ha tenido acceso ABC, donde se reivindica un «catalanismo que reconoce la especificidad de Cataluña , que quiere trabajar por el respeto y el desarrollo de su singularidad, que despliegue su máxima capacidad de autogobierno con una financación justa y equitativa, que quiere contribuir de manera leal al avance del conjunto de España no solo como locomotora económica sino como fuerza de gobierno». Catalanismo político en su formato más clásico.

En el texto, bautizado como «Manifest Catalunya Segle XXI» , la Lliga expresa su preocupación por el impacto del proceso independentista, con «consecuencias sociales en forma de incremento de la polarización política y de amenaza de la cohesión social, económicas en forma de pérdida de oportunidades y de huida de empresas, y políticas en forma de parálisis del gobierno de Cataluña y de ingobernabilidad de España que perjudican la vida cotidiana de la ciudadanía». Con el principio del respeto de la ley como principal línea roja, la Lliga aspira a aglutinar las distintas sensibilidades que buscan superar la «política de bloques» y «gestionar los conflictos sociales sin más exclusiones ni límites que el respeto a las reglas del juego».