The Sircle, la casa de los emprendedores en Barcelona

La capital catalana gana un club privado en un cinco estrellas del centro en el que sus socios pueden trazar sinergias y compartir trabajo y bienestar

Una de las habitaciones que se ha transformado en una sala privada para reuniones ABC

A. Cabeza

Espacios de trabajo y reuniones en pleno corazón de Barcelona, con vistas al paseo de Gracia y unas inspiradoras instalaciones que rebosan cultura. Con un impresionante hotel cinco estrellas como base y con la pandemia y el auge del teletrabajo como telón de fondo, el club privado The Sircle abrió en el número 265 de calle Rossellón la pasada primavera y está consolidando con nota su propuesta, que ha encajado a la perfección con las necesidades actuales de los emprendedores afincados en la capital catalana .

El proyecto, del grupo Sircle Collection, se ha ubicado dentro del anterior hotel Omm, que en 2019 fue adquirido por la cadena de hoteles boutique Sir Hotels y que reabrió bajo el nombre de Sir Victor manteniendo su esencia y modernizando parte de sus instalaciones. El club privado ofrece a los socios acceso gratuito a espacios sociales privados del hotel y descuentos a algunos de sus servicios, como sus restaurantes, habitaciones o parking. «The Sircle es un club privado exclusivo pero a la vez también muy inclusivo porque damos la bienvenida a socios, tanto locales como expatriados, de todos los perfiles y profesiones», explica a ABC Margo Ford, directora de membresía de The Sircle.

Trabajo y bienestar

Entre sus afiliados, cuentan sus responsables, hay profesionales de ámbitos tan diversos como la cultura, el diseño, la tecnología, la gastronomía, las finanzas o la moda, entre otros, que han ido creando una comunidad basada en los negocios, el bienestar y la comunidad. «Queremos que cada nuevo miembro quiera unirse a nosotros para enriquecerse como profesional y persona», añade Ford.

Así, en The Sircle desde primera a última hora del día conviven emprendedores locales y expatriados residentes en la ciudad, que con sus portátiles llenan salas especiales para efectuar videollamadas o reuniones. Sea para trabajo o para desconectar , también usan los bares y se aprovechan de las zonas de bienestar del hotel, sobre todo el gimnasio y el spa vegano.

Además, el club les prepara mensualmente una agenda de eventos sociales y culturales, que incluye desde sesiones magistrales de yoga a talleres de café o degustaciones de tapas creativas.

Las instalaciones conquistan a cualquiera. La zona de 'coworking', bautizada como The Study, se ha colado en la primera planta y entre muebles de exquisito diseño y una cuidada biblioteca especializada en autoras femeninas en honor a Víctor Català (seudónimo tras el que escribía Caterina Albert i Paradís y que, de hecho, da el nombre al hotel) los socios pueden trabajar con total comodidad.

También se puede estar conectado, y algunos lo prefieren, desde la sexta planta. En el bar bautizado como The Club se puede trabajar en un majestuoso espacio con vistas al paseo de Gracia que al mediodía tiene una luz especialmente inspiradora. Las diez habitaciones de esa misma planta se han transformado: se han retirado las camas y se han reconvertido en salas de reuniones.

La terraza, no podía ser menos, también está abierta a los miembros de The Sircle. Allí hay una piscina con un pequeño solarium , además de un espacio de comida 'healthy', en donde se programan DJs. Junto a Mr. Porter, el otro restaurante del hotel, ayudan a complementar a la perfección el club para que sus socios vayan más allá del trabajo.

El club tiene un coste de 140 euros al mes, o de 90 euros si el interesado tiene menos de 30 años. Hace falta, eso sí, una recomendación previa y una cuota de inscripción, que a los asociados les está compensando dadas las sinergias laborales conseguidas y la posibilidad de aprovecharse de las instalaciones de bienestar del hotel. El club y su filosofía han tenido tal buena acogida, además, que el grupo Sircle Collection se ha animado a abrir un segundo club, en este caso en un hotel emplazado en Ámsterdam.

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