El laberinto de Horta, uno de los jardines que pintó Rusiñol
El laberinto de Horta, uno de los jardines que pintó Rusiñol - ABC

El Museo del Modernismo reúne los jardines de España de Rusiñol

Una exposición recupera más de 40 óleos que no se habían mostrado en un siglo

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Cuenta la comisaria Mercedes Palau-Ribes que Rusiñol murió en 1931 mientras pintaba sus famosos jardines de Aranjuez y que los últimos días le ponían una venda atada a las manos para que se aguantara el pincel. La exposición «Rusiñol. Jardines de España», que recala en el Museo del Modernismo de la calle Balmes, nos ofrece la oportunidad de ver ese último lienzo que dejó inacabado y que esté en depósito en el MNAC.

Los jardines fueron su gran pasión. «Pronto descubrió que gustaban mucho al público y se dedicó de pleno a este género», subraya Palau-Ribes. En 1903 creó el álbum «Jardines de España», donde recogió cuarenta láminas de sus cuadros que estaban acompañadas de poemas de Machado, Maragall o Juan Ramón Jiménez.

En esta muestra podemos disfrutar de cuarenta y un cuadros pintados al óleo que nos invitan a reflexionar sobre este género paisajístico. Rusiñol se convirtió en un referente europeo en este ámbito y viajó a Granada con el objetivo de pintar sus jardines. «En 1896 expuso en París bajo el título “Jardines árabes de Granada”y tres años después presentó “Jardines de España” en la Galeria Art Nouveau de París». Cuando regresó a Granada hizo una parada en Aranjuez donde descubrió sus jardines favoritos.

«La mayoría de estas pinturas no han sido expuestas desde hace un siglo», desvela la comisaria mientras mantiene la teoría de que Rusiñol fue un pintor autodidacta. «Recibió clases de dibujo de Tomás Moragas pero nadie le enseñó a pintar». «Siempre buscaba la belleza del jardín. No copiaba la naturaleza sino que la pasaba por su emoción para luego reflejarla. En sus pinturas no hay personas pero se puede ver la mano del hombre en una escultura, una escalera o otros motivos».

Rusiñol recomendaba a la gente que se pusiera al lado de sus cuadros y que dejara que hablara el cuadro. «Pintaba jardines muy teatrales, y algunas veces pintaba el mismo enfoque cuatro o cinco veces con alguna variante. El tema de las estaciones del año también le fascinaba y gustaba mostrar el mismo paisaje en las diferentes estaciones».

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