Little Steven, celebración con fundamento

El músico, mano derecha de Springsteen, presentó en la sala Apolo el reciente «Summer Of Sorcery» arropado por unos eufóricos Disciples Of Soul

Steven Van Zandt, durante una actuación reciente ABC

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No tiene Steven Van Zandt , pulmón inagotable de la E Street Band y mano derecha de Bruce Springsteen, nada de pequeño. Ni por edad, ni por tamaño ni, claro, por envergadura musical. Al contrario: en cuanto aparece en el escenario con sus pintas de corsario recién salido de un tenderete de abalorios zíngaros, el apodo de Little Steven se le queda ridículamente pequeño.

Lo que se vío en Barcelona, de hecho, fue a un gigante del soul arrabalero y portuario; un pirata blandiendo una invisible batuta que seguían a pies juntillas los catorce músicos y coristas que se apretujaban el lunes sobre el escenario de la sala Apolo. Un despliegue generoso en vientos, teclados y poderío rocanrolero con el que el estadounidense volvió a arrimarse al soul que más calienta con una verbena ilustrada rebosante de pop sixties, pinceladas de reggae, pellizcos funk y briosas inyecciones de mambo.

Sí, verbena: una juerga de rock and soul con fundamento, de vientos despendolados y caderas cimbreantes bamboleándosede aquí para allá, con la que Van Zandt y sus Disciples Of Soul vinieron a celebrar ese verano eterno al que le cantan en «Summer of Sorcery», su primer álbum con material nuevo en dos décadas. Noche de fiesta, pues, para un Van Zandt que, a pesar de tener que echar mano de un teleprompter que le chivaba las letras, las notas e incluso lo que tenía que decir entre canción y canción, se exhibió durante casi dos horas y media como chamán de Asbury Park y entusiasta cruzado de ese soul enriquecido por el romanticismo heroico.

No faltaron los guiños a Southside Johnny (cayeron «Trapped Again», «Love On the Wrong Side of Town» y una «Little Girl So Fine» algo desangelada) ni rescates de altura como esa «Sun City» que compuso en los ochenta para Artists United Against Apartheid, pero el peso de la noche se lo repartieron estrenos de «Summer Of Sorcery (mención especial para «Communion», «Love Again» y la philspectoriana «A World Of Our Own») y viejos éxitos como «Los Desaparecidos», «Out Of The Darkness» y «Forever».

Canciones en algún momento extendidas más allá de lo razonable (lo del reggae universalista y patriotero de «I Am A Patriot» seguido de las trompetas mariachi con sombrero mexicano de «Superfly Terraplane» fue de traca) que, sin embargo, ahondaron en esa senda celebrativa y vitalista que Van Zandt anda recorriendo mientras espera a que Springsteen reclame sus servicios.

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