Jordi Savall lleva a Adán y Eva al Palau de la Música

En el siglo XVIII, llegar a los sesenta no debía de ser nada fácil. Aun así, el compositor Franz Joseph Haydn no solamente lo logró, sino que a esa edad incluso se encontró con ánimos para ir desde Viena hasta Londres en varias ocasiones. Aquellas estancias influirían decisivamente en su estilo de los años posteriores -le quedaban aún dos décadas de vida y actividad por delante. Es algo similar a lo que parece estar sucediéndole al violagambista y director catalán Jordi Savall, que en julio será octogenario y aún así sigue añadiendo interpretaciones a su repertorio.

Esta semana es el turno, precisamente, de 'La Creación' de Haydn, que dirigirá por primera vez en toda su carrera en el Palau de la Música de Barcelona. Será en dos sesiones consecutivas y recortadas para encajar en los horarios del toque de queda. Ahora bien, para cada una de las funciones se han escogido partes diferentes de la obra, de modo que quien asista a ambas la podrá escuchar entera.

'La Creación' es uno de los frutos más emblemáticos de la influencia británica sobre el maduro Haydn. En Westminster tuvo ocasión de escuchar 'El Mesías', y sintió el impulso de hacer un oratorio de características similares. Tras consultar con varias personas de su confianza, dio con el tema idóneo. Si Händel había musicado el nacimiento y la pasión de Jesucristo, Haydn se ocuparía del relato que abre el primer libro de la Biblia: la Creación, según el Génesis. Tenía casi setenta años cuando completó la partitura.

Savall asegura que esta es una de las obras que más le fascinan de Haydn. Si no la ha abordado antes ha sido, dice, por falta de presupuesto y porque «estaba más centrado en hacer cosas que no hacía nadie» y Haydn, dentro de lo que cabe, era más conocido que los autores que el músico catalán ha ido rescatando del olvido.

De 'La Creación', le atrae la capacidad de Haydn «de exprimir todo el dramatismo, pero conservando una alegría, una esperanza, incluso un amor» en su partitura. La obra empieza con una descripción del Caos que pronto se convirtió en icónica. Al contrario de lo que se estilaba en la época clásica, Haydn no fija la tonalidad hasta que han pasado varios minutos, en el momento en el que el coro entona la palabra «Luz». Aún hoy el pasaje nos parece sorprendente, pero en la época causaba verdadera estupefacción en los oyentes.

El resto del oratorio sigue el relato bíblico, pero solamente hasta el sexto día. En lugar de acabar con el reposo divino del séptimo, Haydn optó por escribir toda una parte dedicada a Adán y a Eva. Ese es otro motivo de admiración para Savall: «La interpretación que hace el libretista va mucho más allá del 'Paraíso Perdido' de Milton y de la Biblia. Dios crea el mundo para que sea disfrutado por los hombres y las mujeres, para que el ser humano sea feliz».

La versión de 'La Creación' dirigida por Savall quedará inmortalizada en un disco que ha grabado este mismo fin de semana, después de dirigir 'L'Orfeo' de Monteverdi en París. Como Haydn, vive una madurez activa, digna de envidia. El maestro superó la Covid el pasado mes de octubre. Admite que le ha quedado una secuela, pero no parece grave: «Duermo más que antes, siete horas en lugar de las cinco que eran habituales», dice entre risas.