En casa, en multitud

Si algo hemos aprendido en esta cuarentena es que quedarse en casa por obligación es muy diferente a quedarse en casa cuando queremos descansar y huir del estrés del día a día. Si la única opción es no salir de casa, comenzamos a sentir la ansiedad, el hastío y el aburrimiento, como si no estuviésemos cómodos en ese espacio que llamamos «hogar». Si eso nos pasa solos, ¿cómo ha sido pasar el confinamiento en una casa repleta de gente en todo momento? Esta es la realidad de Jesús.

Este barcelonés forma parte de una familia de diez hermanos . En su casa viven ocho de los diez, también sus padres y una abuela de 95 años. En cuanto a los que están en casa, son de edades comprendidas entre los 14 y los 25 años. Cada una de sus vidas, sus rutinas, sus pasatiempos y sus responsabilidades fueron paralizadas por el estado de alarma que decretó el Gobierno. Todo cambió, especialmente con uno de los hermanos de Jesús, quien estuvo en aislamiento porque pasó unos días en Madrid. Aunque no presentara síntomas, y tomando en cuenta la salud de su abuela, decidieron que lo mejor sería que estuviese en una habitación separada. «Cada uno ayuda como puede, no somos los más organizados en ese sentido» , comenta a ABC. Sin lugar a duda, muchos se sentirán identificados con Jesús cuando comenta que la convivencia es difícil. Y sí, lo es.

Adecuar las personalidades de cada miembro del clan, sus manías, sus costumbres matutinas o nocturnas nunca ha sido lo más fácil del mundo, menos en una situación de pánico generalizado como la pandemia de Covid-19. A pesar de todo, siempre hay conexiones entre la familia que harán de este momento de encierro algo más ameno . En el caso de la familia de Jesús, esa conexión es en el momento de rezar conjuntamente el rosario cada día. A pesar de las diferencias que puedan tener, «es Dios el que nos permite querernos y amarnos tal y como somos cada uno».

El caso de Patricia se trata también de una familia numerosa, pero muy diferente a la de Jesús. Patricia es madre de once niños, el más pequeño tiene solo un año. «Todos colaboramos, no es una cuestión de mayores o menores, es de disciplina» , explica. Patricia es psicóloga y, si bien no ha estudiado cómo sobrellevar una situación tan compleja como el confinamiento, se han hecho notar todos sus conocimientos y los valores que, junto a su esposo, han inculcado en los niños. Nadie se va del salón sin recoger su plato, incluso los más pequeños de la casa lo saben. Hay un horario establecido para sacarle provecho al día: hay tiempo para estudiar, para limpiar, para hacer deporte en familia y hasta el tiempo libre está establecido: «En la medida que hay orden, hay mucha serenidad en casa».

Otra cosa fueron las preguntas sobre cómo mantener a los pequeños entretenidos, o hacer frente a los nuevos gastos. Raúl Sánchez, director de la Asociación de Familias Numerosas de Cataluña , explica que colaboran con todas las familias que se comuniquen con ellos dando toda la información más actualizada sobre las prestaciones y ayudas que el Gobierno va publicando.