Raúl, artista interno de Quatre Camins y el ilustrador Ricardo Cavolo, en la exposición
Raúl, artista interno de Quatre Camins y el ilustrador Ricardo Cavolo, en la exposición - ABC

«Bálsamo y fuga», un paseo creativo por la cárcel

Caixaforum reúne en una exposición obras de artistas consagrados con otras hechas por internos en talleres artísticos de la cárcel

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Tras cuatro años de trabajo, Mery Cuesta (Bilbao, 1975), artista, comisaria, crítica de arte e ilustradora, inauguró ayer una muestra que combina 70 creaciones hechas en los 10 centros penitenciarios que hay en Cataluña, con otras 20 piezas que pertenecen al fondo de Arte Contemporáneo de la colección "La Caixa". La muestra está abierta al público hasta el próximo 15 de enero de 2017.

Así, posan de lado en una misma pared un Barceló con la obra de un interno. “La idea es generar un diálogo entre artistas consagrados y reclusos acerca de temas humanos como la soledad, el miedo, la melancolía… Por eso es una exposición muy emocional”, explica Cuesta. La comisaria también apuntó que las obras expuestas de los internos han sido seleccionadas bajo un criterio de expresividad, "porque transmiten fielmente la forma de vivir dentro de la cárcel; no por su valor artístico".

El proyecto, sin embargo, no se ha limitado a buscar símiles entre obras conocidas y nuevas creaciones carcelarias sino que ha juntado los dos mundos, y artistas como Blanca Navas o Antoni Hervás, han realizado obras a cuatro manos con los internos, que pueden verse en la muestra.

Simbolismos y discursos desde la cárcel

Todo empezó cuando un equipo de monitores artísticos de la cárcel se puso en contacto con Mery para pedirle una colaboración por un proyecto para los presos. Hubo buen entendimiento y a partir de aquí Cuesta empezó a interesarse por los tipos de simbolismos que emergen dentro las paredes de la cárcel y los discursos recurrentes en este entorno. El tema prendió tanta forma que montó una exposición de ello, Caixaforum se interesó y contactó con ella, y así surgió “Bálsamo y fuga”, que hoy abre sus puertas plasmando estos interrogantes que un día puso en cuestión Mery.

La exposición está dividida siguiendo los patrones de la institución penitenciaria. Así, hay una área dedicada al mítico patio carcelario, otra a las celdas, o el gran mural final de la muestra que representa la relación del artista con la salida de la institución penitenciaria.

Así pues, cuando el público vaya al Caixaforum encontrará las herramientas para entrar un poco en la vida carcelaria, pero sobre todo podrá percibir como la creación artística actúa como un remedio (bálsamo) o como una evasión (fuga) para los presos.

Raúl, un recluso del centro penitenciario Quatre Camins de la Roca del Vallès (Barcelona), explica que los talleres realizados han sido "un ejercicio de introspección ya que en la cárcel tienes tiempo para autoconocerte". Afirma sin dudar que "hay gente fuera de la cárcel mucho más cautiva que él” y debido a que la mayor parte de los presos tienen problemas emocionales, los talleres de arte son un buen bálsamo para ellos.

La exposición se enmarca dentro del programa “Art for change” del Programa social de la Caixa, que a través de sus actividades culturales pretende mejorar la vida de personas en situación de vulnerabilidad.

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