Carles Puigdemont, en el Parlament
Carles Puigdemont, en el Parlament - EFE

Puigdemont afea a Rajoy que se ofrezca como interlocutor a Trump y no a Cataluña

El presidente catalán asegura que la democracia española «ha enfermado, y viene de lejos», en alusión al juicio por el 9-N, y carga duramente contra Gobierno, PSOE y C's

BARCELONA Actualizado: Guardar
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La oposición había planeado convertir el pleno en una suerte de monográfico dedicado a las revelaciones del exsenador de ERC, Santi Vidal, pero el presidente catalán, Carles Puigdemont, ha optado por virar el foco para instar al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a ser «interlocutor activo» con Cataluña y no sólo con el presidente estadounidense Donald Trump. En la semana del juicio por la consulta del 9-N, Puigdemont también ha aprovechado para salir en defensa de Artur Mas ante la «enferma» democracia española.

De forma inesperada antes del inicio de la sesión de control en el pleno del Parlament, Puigdemont ha pedido la palabra a la presidenta de la Cámara para «explicar la ausencia de la diputada Irene Rigau contra su voluntad», en alusión a la exconsellera que se enfrenta esta semana, junto a Mas y Joana Ortega, al juicio por la consulta independentista del 9-N de 2014.

En lo que ha calificado de «juicio político» que «será juzgado por la historia», Puigdemont ha salido en defensa de los tres exdirigentes «acusados del delito de haber sido fieles al encargo del Parlament y de los catalanes», ha denunciado en una intervención de diez minutos que, a continuación, ha provocado que se abriera un turno de respuestas del resto de líderes de la oposición.

Desde la tribuna, el presidente catalán también ha cargado contra Rajoy después de la conversación telefónica que tuvo ayer por la noche con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. «No querer hablar es una decisión errónea e irresponsable. Si uno se ve capaz de hacer de interlocutor entre Donald Trump y América Latina, debería ser aún más capaz de ser interlocutor activo con Cataluña», ha expuesto ante los diputados.

Con un tono muy duro, el presidente ha asegurado que "una democracia que envía a juicio a los responsables políticos de una jornada tan edificante y sana como el 9N y que crea un profundo y noble sentido de ciudadanía es una democracia que ha enfermado, y viene de lejos".

Cargas contra Gobierno, PSOE y C's

En su opinión, la gran mayoría de catalanes, al margen de lo que opinen sobre el vínculo que debe tener Cataluña con el resto de España, han demostrado una actitud democrática y ejemplar cuando ha sido necesario movilizarse para defender derechos fundamentales, ya sea para votar, ya sea para rechazar el terrorismo y para rebelarse contra las "mentiras" del Gobierno central tras el atentado del 11M.

También ha acusado veladamente al PSOE de estar entregado al Gobierno central y a C's de actuar como una corriente interna del Ejecutivo, y, como recoge Ep, ha cargado contra medios públicos y privados --sin citarlos-- por apoyar eso y "si es necesario, con un muro de desinformación y de verdaderas manipulaciones y mentiras para que los españoles tengan dificultades para contrastar la propaganda" que les sirven.

Tras asegurar que una democracia en que no importe qué opinan los ciudadanos es incompleta, ha criticado que el Gobierno central no responda con diálogo ni propuestas, además de considerar "una democracia de intensidad variable, que se regula a conveniencia de la mayoría que gobierna" cuando el Estado desobedece sentencias del Tribunal Constitucional (TC) y nadie actúa al respecto, entre otras cuestiones.

Ha censurado que se acuse a los catalanes de intentar coaccionar a los jueces con su movilización en apoyo a Mas, Ortega y Rigau mientras hay "directores de diarios que acusan y afinan el veredicto" que debería salir del 9N, entre otras cuestiones.

"Es la normalidad de la impunidad", ha resaltado Puigdemont, que también ha contrastado que se juzgue el 9N mientras, en su opinión, se recoloca al exministro Federico Trillo tras la polémica del Yak-42, y nadie actúa cuando trascienden las conversaciones entre el entonces ministro del Interior Jorge Fernández Díaz y el entonces director de la Oac Daniel de Alfonso.

También ha dicho que "se puede caer en la indecencia de vincular la conferencia de Bruselas con la muerte de una niña --así ha aludido implícitamente al delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo-- mientras se impide saber que se ha pagado con fondos privados la vida privada del antiguo jefe de Estado", y además ha criticado que se subvencione con dinero público la Fundación Francisco Franco.

"Dicen que todo esto es legal y, por tanto, democrático, y el 9N, como no era legal, no era democrático. Con este criterio, luchar contra la objeción de conciencia sería antidemocrático", ha zanjado.

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