Jorge Herralde, Medalla de Oro al Mérito Cultural y a toda una vida al servicio del libro

El Ayuntamiento de Barcelona distingue al editor de Anagrama por su trayectoria

Herralde, durante su intervención en el Saló de Cent Ayuntamiento de Barcelona

D. C.

La edición no es para Jorge Herralde un oficio más o un simple, por robusto que sea, eslabón entre el autor y el lector, sino el arte de «publicar a los autores más interesantes y no dejarlos caer nunca» . Así lo ha reivindicado el veterano fundador de Anagrama en el regio Saló de Cent del Ayuntamiento, donde el editor barcelonés ha recogido este miércoles de la Medalla de Oro al Mérito Cultural de manos de la alcaldesade Barcelona, Ada Colau.

«Si hoy Barcelona ha llegado a ser que es se lo debemos en gran parte a esta generación que hizo de Barcelona una ciudad literaria tal como ha reconocido la Unesco, referente en la cultura y una potencia editorial», ha destacado Colau durante su intervención.

La alcaldesa también ha recordado que este año se conmemora el 50 aniversario de Anagrama , editorial que Herralde puso en marcha en 1969, y ha loado la figura de Herralde por hacer de la cultura y el pensamiento «un antídoto contra los populismos, la extrema derecha y la intolerancia que acecha en estos tiempos inciertos» y le ha agradecido el haber dado forma a una biblioteca «a la que regresar, refugiarnos, reencontrarnos y recomponernos».

Con más de 4.000 títulos editados y una labor capital a la hora de situar a Barcelona en el mapa editorial, Herralde ha asegurado que «los premios de los editores los ganan en realidad sus autores» y se ha dejado agasajar por el escritor Jordi Gràcia, responsable de una glosa que ha celebrado la existencia de editores como Herralde.

«Sin editores como él no leeríamos, o leeríamos cosas peores. Son ellos los que dinamizan nuestra forma de lectura y nos obligan a pensar de otra maneras», ha enfatizado.

«Cuando empecé Anagrama en 1969 me sentí como un caballo que lleva demasiado tiempo encerrado en un box, pero que por fin salía galopando para no parar», ha evocado el propio Herralde, quien, ha dicho, encontró en el oficio de editor un traje hecho a su medida.

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