Agricultura

Una cosecha de 2,6 millones de toneladas confirma el «mal año»

Es un 59 por ciento menos que la media del último lustro y pierde un 60 por ciento del valor de producción

Valladolid Actualizado: Guardar
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Las malas previsiones se han cumplido, y la cosecha de 2017 pasará a la historia como una de las más escasas en Castilla y León, tierra cerealista por excelencia y que este año no superará los 2,6 millones de toneladas de grano recogidas. La entrada de las máquinas en las parcelas y la descarga de los tanques está siendo muy escasa. La pertinaz sequía, a la que en primavera se unieron el hielo y el granizo, ha supuesto un pesado lastre para unas espigas que no han logrado cuajar. Con más de la mitad de las tierras ya segadas, la consejera de Agricultura y Ganadería, Milagros Marcos, confirmó ayer sobre el terreno que éste es un año «malo» para el campo, que atraviesa una situación complicada.

Las estimaciones apuntan a que no se rebasarán los 2,6 millones de toneladas de cereal, lo que supone unas 3,4 menos que la media del último lustro, que se sitúa en unos seis millones de grano recolectado. Un 59 por ciento, que «requiere un impulso y un apoyo» para el sector, reconoció Marcos, quien recordó el plan financiero especial puesto en marcha por la Junta y el Ministerio de Agricultura, para aportar liquidez al campo.

Los datos de los rendimientos de las parcelas, con un «agudo descenso» de la producción, ponen de manifiesto el perjuicio que la ausencia de lluvias ha provocado, arrastrado ya desde un invierno más seco de lo normal, una primavera muy rácana en lluvias en los inicios y en la que la combinación de elevadas temperaturas con heladas sirvieron un cocktail muy dañino. El rendimiento medio por hectárea apenas supera los 1.400 kilos esta campaña, cuando la media de los últimos cinco años ronda los 3.300.

Las diferencias entre provincias son sustanciales. Ávila -tradicionalmente la que menos rinde, con 2.356 kilos por hectárea- este año se ha quedado en los 692, el peor dato de las nueve. En 980 se sitúa Salamanca, lejos de los más de 2.700 de otras temporadas. Sólo en Burgos se han superado los 2.000 kilogramos por hectárea (2.274), aunque son casi la mitad del promedio del último lustro en la provincia con mejores rendimientos de Castilla y León (más de 4.000). Es otra provincia del este, Soria, la siguiente en mejores datos, aunque con unos 1.634 kilos, también a gran distancia de los más de 2.900 habituales. En el resto, las producciones se quedan entre los cerca de 1.100 de Valladolid y los menos de 1.300 de León.

Más a la cebada

Aunque ha afectado a todos los cereales, no ha sido por igual a todos. El mayor daño se ha dado en la cebada, con unos rendimientos medios de 1.200 kilos por hectárea, un 62% menos. En el trigo duro, también menos de la mitad han podido producir las espigas que han logrado cuajar algo de grano. Además, de cara a esta campaña había bajado ligeramente la superficie sembrada de cereal, pasando de las más de 1,9 millones de hectáreas cosechadas en 2016 a las algo más de 1,83 (un 4 por ciento menos).

Esta disminución, unida a la importante caída de la producción por la sequía, deja también una no desdeñable bajada del valor de la producción de unos 550 millones de euros, reconoció la consejera. Y eso a pesar de que, dada la escasez de cereales, su precio ha ido subiendo desde comienzos de año, logrando valores similares a los de 2015 y siendo en torno al 20% superiores a los de la pasada campaña, que fue bondadosa en grano. Se estima un valor de producción de unos 450 millones de euros, cuando lo «normal», asumió la consejera, es que fuera de unos mil millones. Por tanto, un 60% menos. Marcos también incidió en que, «ya que en el tiempo no podemos influir», se debe seguir avanzando en la extensión de los seguros agrarios.

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