El campo urge medidas tras las pérdidas de 600 millones por la sequía

Asaja advierte de que la «falta de liquidez no va a hacer posible la próxima campaña»

Los líderes regionales y de Aávila de Asaja, Donaciano Dujo y Joaquín Pino EFE

I. JIMENO

La escasez de precipitaciones de este año se nota en unos embalses que piden agua a gritos y de manera también muy especial en un campo deshidratado y al que poco a poco se le han ido agotando las reservas del lluvioso 2018. Y consecuencia directa, el impacto en la agricultura y la ganadería, cuyos profesionales están sufriendo en este 2019 la segunda campaña lastrada por la sequía en tres años . Según los cálculos de Asaja, el impacto en los bolsillos del sector se eleva a 600 millones de euros, lo que supone el 60 por ciento de las pérdidas del conjunto de España por la sequía. Y eso sin tener en cuenta el efecto en los cultivos permanentes, advirtió este martes en Ávila el presidente regional de la organización agraria, Donaciano Dujo. Precisamente ésta es la provincia donde el negativo impacto es mayor, pues sólo aquí cifran en cien millones las pérdidas en el sector agropecuario .

«No saben que el tiempo pasa y la falta de liquidez no va a hacer posible el inicio de una nueva campaña» , clamó Dujo, urgiendo a que las administraciones se pongan manos a la obra y que de las palabras pasen a los hechos en forma de medidas que ayuden a resolver los problemas a los que se enfrenta un sector que en Castilla y León tiene un peso superior a la media nacional en la economía. Dujo criticó que las administraciones «en todos los niveles no tienen prisa por resolver las consecuencias de una campaña catastrófica como la de este 2019». De ahí, que el líder regional de Asaja exigiese a la Junta que «sean efectivas» las órdenes que establecen ayudas para los agricultores y ganaderos , como las de mínimis destinadas a garantizar el suministro de agua en las explotaciones ganaderas de régimen extensivo de aprovechamiento de pastos.

Además, también reclamó que la administración regional «aumente» la dotación que ya hubo en 2007 destinada a paliar los efectos de la sequía que entonces también azotó al campo castellano y leonés. «Y que sea de carácter retroactivo», precisó.

Y es que, consideró Donaciano Dujo, por ahora sólo ha escuchado del Ejecutivo autonómico «una declaración de intenciones», pero «a día de hoy no está ninguna de las órdenes». En una reunión el pasado 19 de julio del Consejo Regional Agrario, el nuevo consejero de Agricultura y Ganadería, Jesús Julio Carnero, planteó la posibilidad de estudiar de forma conjunta con el Ministerio del ramo la puesta en marcha del anticipo de ayudas directas , una línea de préstamos frente a la sequía similares a los de 2017, un año más de carencia para quienes aún los están devolviendo y exenciones en impuestos y tasas.

«Claros y concisos»

Precisamente, este martes desde Asaja incidieron en exigir la puesta en marcha de inmediato de ayudas para infraestructuras de agua, apoyos de acceso a la financiación y un año más de carencia en los préstamos solicitados en 2007 también por una mala cosecha lastrada por la sequía, informa Ical. De este modo, reclamó también a los gobiernos central y autonómico que sean «claros, concisos y contundentes» a la hora de ayuda r a resolver los problemas a los que se enfrenta el sector, con unas pérdidas, alertó, «que van a ir en aumento».

Si la situación en Castilla y León es en general «mala» –y muestra de ello es una cosecha de cereal reducida a los 4,8 millones de toneladas, un 17 por ciento inferior a la media de los últimos años–, en Ávila es «catastrófica», alertaron . «No hay explotación que aguante dos años catastróficos de tres si no hay ayudas» , advirtieron desde la organización agraria. Y con datos, no todas las hectáreas de cereal se han recolectado, los campos de girasol han tenido «problemas para la nascencia» y el regadío también se ha visto afectado, señaló el presidente provincial de Asaja, Joaquín Antonio Pino. La situación de escasez en el embalse de Las Cogotas ha obligado a que sólo un tercio de las 5.000 hectáreas que tienen dotación para regar lo hayan podido hacer.

Y en la ganadería, clamó Pino, «la situación no ha hecho más que empeorar» entre junio y agosto . Dijo que hay situación «extrema», con complicaciones importantes para abrevar al ganado, municipios en los que no pueden abastecerse y el ganadero tiene que llevar cisternas para calmar la sed de las reses.

Con este panorama y una próxima campaña agrícola a la vuelta de la esquina, urgieron medidas para el sector.

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