Apoyo mayoritario de la plantilla al plan que salva los 1.500 empleos en Siro

La ministra de Industria acude a las asambleas para explicar la nueva oferta

Los trabajadores de Siro durante la votación en Toro (Zanora) ICAL

A. Ferreras / M. Antolín

Los trabajadores de las fábricas de Siro dijeron ‘sí’ este sábado a la nueva propuesta del socio inversor para reflotar una empresa que está desde hace tiempo en horas bajas con una deuda que se aproxima a los 300 millones de euros. Con este apoyo de las plantas de Toro (Zamora), Venta de Baños y Aguilar de Campoo, en Palencia, se disipan por fin los nubarrones de crisis en el grupo alimentario, ya que la nueva propuesta del fondo extranjero, formado por Davidson Kempner y Afendis, supondrá una inyección de 100 millones que permite evitar el concurso de acreedores, dar liquidez a un grupo que ni siquiera podía hacer frente a las nóminas de mayo, y salvar los más de 1.500 empleos directos que tiene la firma en Castilla y León.

Los primeros en dar luz verde al documento que se pactó el pasado viernes tras cinco horas de reunión en el Ministerio de Industria entre los comités de empresa, la compañía y los socios inversores fueron los trabajadores de la planta zamorana de Toro, que previamente, como los de Venta de Baños, se habían negado a aceptar el primer plan de viabilidad que se les presentó. El 92 por ciento de la plantilla dio su apoyo a la última propuesta minutos después de que la ministra de Industria, Reyes Maroto, asistiera a la asamblea para explicar los detalles del preacuerdo que se alcanzó en Madrid horas más tarde de una reunión celebrada también entre la Junta, los comités y la dirección.

«Futuro o cerrar»

La titular de Industria, Comercio y Turismo -que dijo haber liderado desde el pasado mes de febrero las conversaciones entre acreedores, el nuevo grupo inversor y la dirección de la empresa para garantizar el futuro de la firma- quiso con su presencia en las asambleas de los trabajadores respaldar el acuerdo y reclamar así el apoyo de la plantilla. Y es que, según señaló, no había plan b y puso a los trabajadores en la disyuntiva de «hablar de futuro o de cerrar» y advirtió que si no se aprobaba la propuesta de futuro que firme la paz social con los trabajadores en los próximos cuatro años Siro entraría en quiebra el próximo 19 de junio.

La empresa perdió el año pasado 47 millones y necesita «a corto plazo habilitar 130 millones», de los que 80 serán para pagar a proveedores y 50 para tesorería y el pago de nóminas. El Ministerio, según aseguró Maroto, intermedió entre el pool bancario de acreedores para que asumieran una parte de pérdidas en función de su exposición a la empresa y buscó un inversor externo que ha aportado cien millones.

Además, tras el preacuerdo alcanzado el viernes, en las últimas horas se han mejorado las condiciones al acordarse la recuperación del poder adquisitivo del ocho por ciento tras los cuatro años de contención salarial que fija el plan de viabilidad y lograrse mejores condiciones en las bajas incentivadas, que pueden venir especialmente bien a empleados que llevan casi cuarenta años en la empresa y pueden tener así «una dignificación de su salida».

Más tarde, la ministra se desplazó hasta la localidad palentina de Venta de Baños, donde casi 800 personas trabajan en una de las dos plantas de Siro y donde también había preocupación por la crítica situación. En el plan inicial figuraba el cierre de la fábrica de galletas, mientras que en la actual oferta se han «ganado dos años» en los que se mantendrá abierta para que a partir de entonces, o bien tenga continuidad porque «las cosas vayan bien» o bien se encuentre un nuevo inversor para que siga funcionando, aseguró la ministra.

Mayor apoyo

El respaldo precisamente de la planta de galletas fue el más mayoritario con casi el 98 por ciento de los empleados a favor de un plan que les permite vislumbrar un futuro que hace tan solo una semana era muy negro con el anuncio del cierre por parte de la compañía. «Estamos muy contentos», aseguraba ayer la presidenta de su Comité de Empresa, María del Mar Rodríguez, porque se ha apoyado «con una amplia mayoría» en un centro que estaba abocado a terminar con su actividad. «Que tengamos dos años de margen y un compromiso por parte del Ministerio de ir buscando una solución entre todos es de agradecer», manifestó, antes de señalar que la paralización de la actividad en todas las plantas de Siro que llegó a anunciar la empresa hace siete días tras el rechazo de los empleados al primer plan de viabilidad propuesto hubiera sido un importante «mazazo» para la localidad. «Nosotros queremos que haya futuro y queremos seguir adelante», manifestó.

En la otra de las plantas de Venta de Baños, que incluye los centros especiales de empleo, el apoyo a las nuevas condiciones de los inversores también fue amplio, con un 85 por ciento del respaldo. Los que no votaron fueron los empleados de la planta de Aguilar de Campoo, también en Palencia, porque fueron los únicos que validaron -hace ya un mes- la anterior propuesta y la actual supone algunas mejoras. Por ello, lo que hicieron fue acordar dar el visto bueno conjunto al plan industrial planteado.

Es un «mensaje de esperanza», indicó el presidente de su Comité de Empresa, Alfredo Alonso , sobre las nuevas condiciones acordadas con la empresa y el grupo inversor. «Nos permite encarar el futuro con optimismo», aseguraba antes de que la ministra llegara al que era el último destino en la ronda que realizó para explicar a los empleados de Siro un preacuerdo, que ella misma alabó a última hora de la tarde vía Twitter que haya sido asumido por los trabajadores.

Por su parte, los sindicatos UGT y CCOO celebraron también el apoyo, pero no sin críticas . En concreto, el secretario general de Comisiones Obreras, Vicente Andrés, afeó el papel de la Junta en la gestión de la crisis empresarial y consideró que la extrema derecha «ha vuelto a hacer el ridículo» porque ha puesto por delante de los intereses del empleo «su estrategia obsesiva» de acabar con el sindicalismo.

El secretario general del PSCL, Luis Tudanca, volvió a destacar el papel de la ministra de Industria, Comercio y Turismo, la vallisoletana Reyes Maroto, en la resolución de la crisis de Siro y afirmó que su trabajo ha sido esencial.

En su cuenta de Twitter, Tudanca aseguró que «ha sido emocionante verla en cada asamblea, con los trabajadores, dando la cara y luchando junto a ellos por su futuro. Esto es la buena política. Y es para sentirse orgullosos».

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