Los vinos de Toledo que se beben en el restaurante de Nadal

«Garagewine», nombre la bodega de Quintanar de la Orden, elabora un vino «único en el mundo» con uva pámpana blanca

Vino «Autóctona», elaborado con pámpana blanca por «Garagewine» en Quintanar de la Orden Garagewine
Mariano Cebrián

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Lo que empezó como un hobby en 2015 tiene visos de convertirse en una empresa o una «bendita locura», como así la denomina Jesús Toledo, una de las dos mitades –junto con su primo Julián Ajenjo- de «Garagewine» , un proyecto vitivinícola de Quintanar de la Orden (Toledo) que está recuperando variedades autóctonas de uvas de La Mancha. Esta tierra de soñadores, como Don Quijote, está viendo como los «vinos singulares» de esta bodega están abriéndose paso, cual caballero andante, en los mejores rincones de la geografía española, incluso en el restaurante que el tenista Rafael Nadal tiene en Son Servera (Mallorca).

Jesús y Julián, dos jóvenes hijos de familias dedicadas a la agricultura, son en realidad dos soñadores que han conseguido hacer su sueño realidad, aunque en principio sus caminos fueron por otros derroteros. «Todo empezó como una broma», asegura Jesús, enólogo de la bodega que realizó sus estudios en el instituto Joaquín Costa de Cariñena (Zaragoza). Una broma que en tan sólo cuatro años les ha hecho pasar de una primera producción de 550 botellas en 2015 a las más de 5.000 de este año .

Casi todos los cinco vinos que elaboran ya están agotados, aunque han reservado una parte para la campaña de Navidad. Gracias a sus distribuidores, presentes en varias regiones de España, sobre todo en Toledo y Madrid, han entrado, por ejemplo, en la Guía Repsol y en la carta de importantes estrellan Michelin, como «Akelarre» de Pedro Subijana, Martín Berasategui y «Marc Fosh» en Mallorca, donde también está presente en el restaurante del mismísimo Rafael Nadal, en Son Servera.

La nueva añada de sus vinos se lanzó al mercado el 31 de mayo, coincidiendo con el Día de Castilla-La Mancha, y a día de hoy, sólo les quedan unas 300 botellas de toda la producción de este año, exactamente 272 de las 5.275 que han elaborado. Empezaron en 2015 y han multiplicado por diez la producción. «Nuestro reto es hacer unas 15.000 botellas y en tan sólo cuatro años hemos llegado a un tercio del objetivo final», subraya Jesús

Otro de los escenarios que ha supuesto un espaldarazo para el proyecto de Garagewine ha sido la última edición de la Feria Nacional del Vino (Fenavin), celebrada en Ciudad Real, donde han conseguido una proyección internacional importante, abriendo mercado en nuevos destinos como Holanda y Suecia, y manteniéndose en países como Suiza o Reino Unido, aparte del interés de otros lugares como Laos y Centroeuropa, entre otros nuevos contactos.

Las redes sociales también han ayudado para dar a conocer tanto su trabajo como el fruto de tanto esfuerzo. Tanto Jesús como Julián actualizan constantemente sus perfiles con nuevas informaciones y vídeos sobre el día a día de sus viñas y de la labor en bodega.

Los cinco vinos que elabora «Garagewine» Garagewine

Tanto éxito cuesta mucho creérselo algunas veces, algo que no sólo les pasa a Jesús y Julián, sino también a sus clientes, que no se creen que vinos de La Mancha se vendan tan rápido por su calidad. A juicio de Jesús, «este es un hándicap contra el que tenemos que pelear, ya que la mala fama de los vinos de esta región es algo que viene arrastrándose desde hace tiempo y contra lo que es muy difícil luchar».

Sin embargo, la filosofía de Garagewine es la antítesis de La Mancha: cultivo de secano y cero regadíos, incluso en los momentos de mayor estrés hídrico, cepas de vaso, vendimias a mano y todos los trabajos artesanos, sin agroquímicos ni pesticidas.

Para la próxima campaña, una de las novedades serán los vinos elaborados con otras dos uvas autóctonas, como la tinto Velasco y la garnacha blanca, con la que Jesús tiene una espinita clavada tras sus años de estudio en Aragón, región donde esta variedad es muy típica.

Otro gran objetivo de Jesús Toledo es comprar algunas de las parcelas –en concreto cinco-, que son de propiedad de su padre, para conseguir la certificación ecológica para sus vinos, ya que uno de los requisitos que necesitan para ello es ser el propietario de los viñedos y, de este modo, poder controlar al 100% todo el proceso de viticultura.

Ayuda contra el cáncer

Mientras tanto, en esta pequeña bodega quintanareña de unos 200 metros cuadrados, que previsiblemente se inaugurará en otoño, después de la próxima vendimia, siguen con su línea de vinos varietales auctóctonos: el cencibel tanto crianza como joven, un airén con crianza de cuatro meses bajo lías, brujidera y el tinto de la pámpana blanca, una novedad singular. «La gente me dice: Tienes que creértelo, es el único vino de estas características que se hace en el mundo» , comenta Jesús, quien explica que esta variedad se mezcla normalmente con la cencibel.

Además, este vino tan singular, con el nombre de «Autóctona», esconde una historia agridulce, ya que de la venta de las 550 botellas elaboradas con la variedad pámpana blanca, una parte se destinará a la Asociación Española contra el Cáncer. El origen de todo ello está en la muerte de Lucía, la tía de Jesús y Julián, que les donó las 500 cepas a sus sobrinos antes de fallecer debido a esta enfermedad.

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