«Garagewine» presenta sus nuevos vinos en Quintanar de la Orden

La localidad de Quintanar de la Orden ha acogido este sábado la presentación de los nuevos vinos del novedoso proyecto vitivinícola «Garagewine», desarrollado por dos quintanareños de pura cepa, Jesús Toledo y Julián Ajenjo, que estuvieron acompañados de numerosas personalidades locales, del director general de Industrias Agroalimentarias y Cooperativa de la Junta, Gregorio Jaime Rodríguez y del reconocido sumiller castellano-manchego, Adán Israel, que hizo una cata final.

Jesús y Julián, dos primos hermanos amantes de la enología, llevan trabajando desde hace dos años en su pueblo con una idea clara: hacer vinos de parcela con variedades de uva autóctonas de la zona. Fruto de ese esfuerzo, el pasado año ya presentaron su ópera prima, «Garagewine», un tempranillo joven cosechó muy buenas críticas en su primera añada y que en la de 2016 sigue creciendo.

Animados por el sumiller Adán Israel, en 2015 se lanzaron a la elaboración de este vino, que no deja a nadie indiferente, del que sacaron 550 botellas. Este vino es fruto de unas pocas hectáreas de viñedo de su familia localizadas en el paraje conocido como «La venta del Quijote», situado entre El Toboso y Quintanar de la Orden, donde también tienen un garaje en el que elaboran sus caldos. Procedente de cepas de tempranillo plantadas en 1965 a pie franco, éstas le aportan al vino calidad, que es el lema principal que tienen Jesús Toledo y Julián Ajenjo: «calidad antes que cantidad».

Además, los responsables de este proyecto enológico tienen como objetivo recuperar las variedades de uvas autóctonas de la zona que no están en el mercado y que han sido desplazadas por las procedentes de otros territorios, como son el brujidero o la pampana blanca, típica solo en Castilla-La Mancha.

De este modo, además del tempranillo joven, este año han presentado dos vinos nuevos: «432», que debe su nombre a los días que este tempranillo de la añada del 2015 ha pasado por una crianza en barricas mixtas de roble americano y francés, y un vino joven elaborado con la variedad autóctona de uva brujidero.

Arropados por numeroso público y familiares, Jesús y Julián aprovecharon el acto de presentación para rendir un homenaje a las personas que colaboraron con ellos en la última vendimia y para hacer una valoración del proyecto, que no para de cosechar alabanzas en apenas dos años de vida.

De hecho, según contaron, están creciendo en cuanto a número de distribuidores gracias a la aparición en redes sociales y, fruto de ello, es también el crecimiento en las ventas. Así, su nuevo vino brujidero, del que produjeron 408 botellas, está agotado y, de los dos tempranillos, quedan menos de 50 botellas de 567 del crianza y menos de 100 de 741 del joven. Todo un éxito.