Los devotos de Tercera División ya tienen una Biblia a la que agarrarse
El periodista Teo Díaz ha culminado un monumental trabajo que resume en dos libros la historia de esta categoría
«Por fin sabemos quiénes ostentan los grandes récords. Para conocer el gol más rápido me tiré seis meses», dice
Cuenta Teodosio ‘Teo’ Díaz Collado (Madrid, 1957) que «es algo que me rondaba en la cabeza desde hace 30 años, cuando empecé a hacer los programas deportivos regionales». Desde entonces «almacené datos. Hubo momentos en los que me resultaba imposible conseguir algunos en concreto. Por suerte, disponía de teléfonos de delegados, secretarios y demás que me los han facilitado». Hace más o menos seis años decidió que «había que plasmarlos en un libro», o en dos, y el último año y medio se ha dedicarlo a escribirlos.
El resultado final es la Biblia del fútbol de Castilla-La Mancha. Porque eso es lo que ha creado el periodista Teo Díaz, jubilado el pasado octubre después de más de 35 años formando parte de la plantilla de Radio Televisión Española en su sede de Toledo. Ha recopilado todas las temporadas de la Tercera División, «la categoría reina» de la comunidad autónoma, desde que en 1987 se creó una Liga propia solo con los equipos de la región y hasta la actualidad.
«Ya por fin sabemos quiénes ostentan los grandes récords: el jugador con más goles, el entrenador con más partidos o el equipo con más victorias a domicilio y en casa», comenta ilusionado sobre un trabajo en el que ha invertido mucho, muchísimo, de su tiempo libre, que es lo más valioso que tenemos. Precisamente eso, el tiempo, ha sido lo más complicado de gestionar. Paciencia que todo llega.
«Ha habido veces que he tenido que estar semanas llamando a gente. Para saber cuál ha sido el gol más rápido me tiré seis meses . Busqué los partidos cuyo primer tanto fue en el minuto uno, y me salían 73. Al final lo conseguí: el gol más rápido de la historia de Castilla-La Mancha lo marcó Aguilera, del Illescas, que tardó seis segundos», relata con orgullo.
Asegura que no se le ha resistido nada de lo que se ha propuesto. «Incluso de partidos en los que solo tenía los goleadores, también he conseguido las tarjetas. He encontrado a personas que no tiraron el acta, he tenido mucha suerte», reconoce. Y menciona que esas personas, que en muchos casos ahora andan por los 70 ú 80 años, han sido parte «fundamental» de esa labor de investigación. «En muchas crónicas de las primeras temporadas aparece el resultado, los goleadores y el árbitro del partido, pero no aparecen la alineaciones», explica.
Gimnástico Alcázar, Treviño o Javier Rosado
Teo Díaz dice que este monumental despliegue «lo he hecho por la gente que le gusta el fútbol y que ha seguido la historia de la Tercera División desde sus comienzos»; una categoría que pese a no ser profesional, «ha deparado noticias fantásticas». Ahí está el caso del Gimnástico Alcázar, que en 1992 jugó una eliminatoria de Copa del Rey contra el Sevilla de Maradona . «Esos jugadores que trabajaban, que luego entrenaban y que los fines de semana se iban a jugar, llegaron a disputar un partido oficial contra el mejor del mundo», expone, y añade: «Eso es cultura deportiva, y es más importante que saber hacer integrales o derivadas».
Y también habla de Treviño, «que no sabía que era el jugador de la región que más ‘hat tricks’ había hecho y cuando se lo dije se le saltaban las lágrimas»; o de Javier Rosado, «a quien cuando le dije que su equipo, el Torpedo 66, de Cebolla, fue el menos goleado de España en su casa durante una temporada, se emocionó y me contestó: ‘Es que el fútbol ha sido mi vida’».
Aquella Tercera División de finales de la década de los 80 «no tiene nada que ver» con la actual. Leyendo a Teo Díaz se descubre, por ejemplo, que las agresiones al trío arbitral eran escandalosamente habituales. «Se les culpabilizaba de todo y, de hecho, la mayoría procedía de los directivos. Casi todos los problemas surgían a la entrada de los vestuarios», especifica.
El libro es prolijo en historias curiosas. Ahí van unas cuantas para despertar el interés, no solo de los futboleros: la del presidente del Atlético Ciudad Real que acabó en la cárcel por estafa; la del jugador del Conquense que mató a dos personas y fue internado en un psiquiátrico; o la de aquellos tipos de Azebaiyán que compraron el Hellín y no pagaron a nadie.
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