Se busca una silla de ruedas «como Dios manda» para que Cristina pueda practicar atletismo adaptado

Esta toledana de 27 años y con parálisis cerebral es un caso singular en España, ya que es la única en la categoría T34

Cristina, este martes en la pista de atletismo de la Escuela de Gimnasia Manuel Moreno

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Una silla de ruedas como Dios manda para practicar atletismo adaptado. Es el artilugio, valorado en unos 7.000 euros porque debe ser hecho a su medida, que Cristina Adrados Artal necesita para progresar en esta disciplina deportiva. El de esta toledana de 27 años es un caso singular en España, pues es la única deportista con parálisis cerebral en la categoría T34.

Sin embargo, desde hace meses entrena con una silla de ruedas prestada que no se amolda a su cuerpo y le queda muy ancha. «Le sobra silla», suelta sin remilgos Antonio Javier Ranchal , director deportivo de la Federación Española de Deportes de Personas con Parálisis Cerebral (Fedpc). «Es un problema que tenemos con deportistas cuando se inician; no existe una accesibilidad universal», admite.

«Tengo parálisis cerebral de nacimiento», cuenta Cristina, que practica deporte desde que «tengo uso de razón» y el atletismo adaptado desde hace un año. «Del Comité Paralímpico Español vinieron a verme al hospital de Parapléjicos y me propusieron elegir entre varios deportes para competir a nivel nacional e internacional. Elegí el atletismo porque siempre me ha llamado la atención. Y me dijeron que tenía muchas posibilidades porque, en mi categoría, sólo estaría yo en toda España», explica durante un receso laboral.

Por las mañanas, Cristina trabaja como administrativa en el área de Recaudación del Ayuntamiento de Bargas, donde terminará en diciembre. Por las tardes, entrena junto al velocista Lucas Búa en Toledo, en la pista de atletismo de la antigua Escuela de Gimnasia. Los dos comparten entrenador, Juan Antonio Rosique , que bromea a menudo con ella durante las sesiones.

«Un día vi a Cristina por la pista y recordé que era la niña que había visto todas las mañanas por la avenida de Europa con una mochila enorme camino del colegio. Me despertaba una admiración tremenda. Entonces le pregunté si quería hacer algo y empezamos la relación, que para mí es muy satisfactoria y enriquecedora», explica su entrenador. «Me sirve también como referente ante cualquier adversidad y cuando se lamenta cualquier atleta de una pequeña tendinitis, de una uña...», pone ejemplos fingiendo una voz quejosa. «Como persona, muy buena; como deportista, tendrá que demostrarlo, porque todavía no hemos competido», se sincera Rosique.

Video. «Esta fotito me gusta», dice Cristina de esta instantánea. En el vídeo, uno de sus entrenamientos Cedida

Este sábado, Cristina intentará hacer la marca mínima en Leganés (Madrid), en las pruebas de 100 y 200 metros, para poder acudir al campeonato de España de Atletismo Adaptado por clubes que se disputará en Gijón el último fin de semana de junio.

Será una proeza si lo consigue con la silla de entrenamiento, que le ha prestado el proyecto Relevo Paralímpico de la Comunidad Valenciana. «He llamado a un montón de sitios y no ha habido forma de conseguir otra» , asegura Cristina, que viajó hasta Valencia para recogerla. «Lo hicieron de muy buena fe», reconoce Ranchal, que aventura: «Si logra la marca mínima con esa silla, ¡qué no conseguirá cuando tenga la apropiada!».

Por eso desde su federación, donde no tienen sillas a medida, están buscando vías de financiación para comprar una «como Dios manda» a Cristina. «Se nos ha metido entre ceja y ceja» , asegura su director técnico.

Han elevado una propuesta al Consejo Superior de Deportes (CSD), aunque Ranchal amplía el campo y lanza un guante: «Sería fantástico que alguna empresa privada aportase el dinero, unos 7.000 euros. Y nosotros, como federación, estamos abiertos a facilitar el retorno publicitario que la empresa requiera».

Pedir favores

Cristina, que se paga todos sus gastos , viaja al menos una vez al mes a Madrid para entrenar con su equipo, ‘Run for you’, en el estadio de Vallehermoso. Ella no se atreve a ir a la capital en el coche de su madre, que no está adaptado, y tiene que pedir favores a gente de su club, que promueve el atletismo inclusivo. Así, un compañero viaja desde la capital de España a Toledo para recogerla y luego la lleva a casa después del entrenamiento. En total, 320 kilómetros en una tarde.

Ella se cuestiona entonces por qué desde las instituciones públicas no la ayudan económicamente ahora que comienza. «Entiendo que, como todavía no he competido como tal ni he conseguido una mínima, no reciba ayudas. Pero lo hacen al revés: si quieren que yo practique, que me ayuden », razona. «Totalmente de acuerdo con ella, al cien por cien», aplaude Ranchal.

Hasta que llegue a tener una silla a su medida, la deportista toledana seguirá entrenando en la pista de atletismo con la prestada y también realizando ejercicios de fuerza con su entrenador personal, Pedro Tomé.

«Cris es la persona con la mayor energía positiva que conozco; es trabajadora, responsable y te da un cariño impagable. Siempre la encuentras con una sonrisa y súpermotivada. Así da gusto entrenarla, y conseguirá todo lo que se proponga», dice un animoso Tomé desde Lanzarote. En el Iroman de esta isla canaria él competirá el sábado; precisamente el mismo día que Cristina intente, con una silla inapropiada, conseguir la mínima para viajar al campeonato de España en Gijón.

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