«Me arrepiento de haber apoyado a Ceratres frente a Carballo»

El periodista de Radio Nacional de España Teodosio Díaz acaba de publicar el libro «Siete años en el fútbol profesional», sobre la etapa del CD Toledo en Segunda División

El periodista Teo Díaz posa con su libro en el césped del «Salto del Caballo» Ana Pérez Herrera
Juan Antonio Pérez

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El periodista de Radio Nacional de España Teodosio Díaz (Madrid, 1957) ha escrito un libro sobre la etapa en la que el CD Toledo estuvo en Segunda División (1993-2000). «Siete años en el fútbol profesional» es una amalgama de datos, un choque de historias, pero, sobre todo, un recuerdo nostálgico de aquel tiempo.

A principios de los años noventa, el Toledo subió de Tercera a Segunda en dos años, y casi a Primera en tres. Ahora vuelve a estar en Tercera, ¿ve posible que se repita?

En el fútbol todo es posible, pero para que se repitiera tendrían que cambiar muchas cosas. La más importante, que el club estuviera en manos de toledanos. Segundo, que las instituciones se involucraran, no a efectos de dar dinero, sino teniéndole en consideración. Tercero, que en la plantilla hubiera un mínimo de siete u ocho jugadores toledanos, porque eso supondría arrastrar mucha gente. Y lo último, que alguien hiciera un proyecto deportivo en condiciones en el que hubiera un estilo propio de juego, un desarrollo de las peñas y un lavado de cara al estadio.

En el libro dice que si Emiliano Carballo se hubiera quedado en el club «es muy probable que la historia del Toledo fuera hoy totalmente diferente». ¿Por qué?

Después de más de 30 años en la información deportiva, solo me arrepiento de una cosa: de haberle dado el apoyo, como toda la prensa toledana, a Ceratres para que desbancara a Carballo de la presidencia en 1998. Bien es cierto que entonces el club estaba en una profunda crisis económica, pero cuando Ceratres compró las acciones dejó a Emiliano en la calle. Este señor era una persona con un amor ciego al Toledo y con una ambición sin límites; arriesgaba al máximo, intentó contratar a los mejores jugadores, pero se le fue la mano y fue cuando llegó la crisis económica y salió del club.

Si en el famoso partido del ascenso a Primera contra el Valladolid en 1994 hubiera existido el VAR, ¿el Toledo habría subido?

Con el VAR aquel partido no hubiera acabado 4-0; no sé si hubiera ascendido el Toledo. El famoso penalti a mí me pilló muy cerca. Iba el Valladolid ganando 1-0 y, cerca del final de primer tiempo, un balón dio en la mano de un jugador del Valladolid dentro de su área, pero este la tenía pegada al cuerpo, por lo que no era penalti. Sin embargo, en esa misma jugada, el rechace le llegó a Moj, que hizo un recorte y un defensa se lo llevó por delante; un penalti clarísimo. ¿Qué pasó? Que cuando lo de la mano, los jugadores del Toledo se fueron a por el árbitro, Brito Arceo, y creo que este no vio el penalti a Moj. En esa misma jugada, el Valladolid siguió jugando y Amavisca marcó el 2-0 a placer.

En 1994 también hubo un debate sobre si remodelar el «Salto del Caballo» o construir un estadio nuevo. ¿Cómo fue?

El Toledo quería un estadio con mayor capacidad. Emiliano pidió apoyo a las administraciones y estas le propusieron levantar un estadio en otra zona de la ciudad, detrás de la estación de tren. Eso provocó la reacción airada del sector del atletismo, que protestaron porque entendían que el club de fútbol recibía todos los apoyos. Para quitarse la presión, el alcalde de entonces (era Joaquín Sánchez Garrido) propuso que el nuevo estadio se hiciera con una pista de atletismo alrededor, pero Emiliano dijo que no quería un campo de ese estilo y, finalmente, se reformó el «Salto del Caballo».

En 1996 apareció en Toledo Javier Tebas, hoy mandamás de la Liga de Fútbol Profesional y entonces presidente del Huesca. ¿Cuál fue su cometido?

Tebas era un desconocido; un abogado que venía de Sudamérica y le gustaba mucho el fútbol. En esa época en el consejo de administración del Toledo había una división y un sector le pidió a Emiliano controlar lo económico. Ese sector recurrió a Tebas para reprobar a Emiliano y quitársele de en medio, pero este compró acciones hasta hacerse con el 51% del club, lo que le costó 80 millones de pesetas, y Tebas se fue.

Cuando Ceratres compró el club había una deuda de unos 400 millones de pesetas. ¿Por qué en el fútbol siempre hay problemas económicos?

En una empresa suele haber claridad en los números, y en el fútbol el dueño hace y deshace a su antojo. En todo caso, no es cierto que Ceratres perdiera todo lo que dijeron (algunos hablan de 1.000 millones de pesetas); en absoluto. Cuando Ceratres entró al club no les conocía nadie fuera del sector del ladrillo y tuvieron un arraigo social del que todavía se están beneficiando. Además, hicieron grandes obras en Toledo. Tuvieron ingresos extraordinarios como la taquilla del Real Madrid en la Copa del Rey o traspasos de futbolistas, como el de Casquero, que oficialmente fueron 130 millones.

El problema de Ceratres es que nunca tuvieron a un profesional del fútbol; fichaban ellos mismos. Con todo, el Toledo tuvo la gran oportunidad de haber subido a Primera en 1999. Esa temporada tenía el mejor equipo de su historia, dirigido por Gregorio Manzano. A cinco jornadas del final, el Toledo era segundo y tenía tres partidos en casa; los perdió los tres. Ceratres no supo manejar la situación. Se filtró que Manzano había fichado por el Valladolid y la directiva se puso del lado del entrenador. Todo eso provocó que hubiera falta de tensión y malestar en la plantilla.

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