ARTES&LETRAS DE CASTILLA-LA MANCHA

Del tiempo y sus caminos (5): Antártida

«Puede ser paradigma del incesante y noble afán explorador que nos ha abierto los ojos a tantos descubrimientos»

POR BEATRIZ VILLACAÑASz

La exploración y el descubrimiento, la búsqueda de nuevos, ignotos terrenos y la llegada a ellos ha sido algo constante a lo largo de la Historia, un ejemplo de esa noble característica humana que es la búsqueda, el ir más allá , el emprender una aventura, nunca exenta de peligros, para alcanzar una meta. Metas son, entre muchas otras, el llegar a la cima de altas montañas, cruzar océanos , circunnavegar la Tierra, o llegar a sus polos, Norte y Sur. Y muchos son aquellos, merecedores del nombre de héroes, que emprendieron la aventura , algunos logrando su meta, otros, por adversas circunstancias, dejándose la vida en ello. Nombres como Juan Sebastián Elcano, quien, tras la muerte de Magallanes, logró completar la vuelta a la tierra, Cristóbal Colón, y el nombre de tantos descubridores y adelantados españoles , son paradigma, junto a muchos más, del valeroso afán de búsqueda y descubrimiento . Respecto a la Antártida, tantos han sido y aún son sus exploradores, desde Gabriel de Castilla, a quien se le atribuye su descubrimiento en el siglo 16, como el actual Ramón Hernando de Larramendi con su trineo de viento, que, aun nombrando a Amudsen, a Robert Falcon Scott, a Thomas Crean y a Ernest Shackleton, son muchos, muchos más aún, los dignos de mención como paradigma de vocación exploradora . Y la Antártida misma puede ser paradigma también del incesante y noble afán explorador que nos ha abierto los ojos a tantos descubrimientos.

Beatriz Villacañas, poeta

ANTÁRTIDA

No ha de ser fría la Antártida/ si el pecho viajero alberga la pasión/ de un Amor hecho fuego,/ la pasión de una búsqueda perenne/ por todos los caminos,/ aunque lleven/ al frío y a las nieves, a la Antártida misma.

Al buscar la Mirada/ que derrite los hielos y hace crecer las flores/ ¿qué frío puede herirnos?/ ¿qué soledad de cumbres?

Antártida,

tú eres/ el símbolo perfecto de quien, desarropado,/ responde a la llamada del desafío último/ en busca/ de esa blanca verdad/ que se mira en ti, Antártida,/ y llega al fin a cobijarse,/ avanzando entre el frío de los que no comprenden,/ bajo la Providencia/

que se asienta en tu cima

y nos espera.

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