Jesús Maroto

El fútbol y Mari Trini, por ejemplo

«Los tiempos han cambiado y ya tenemos a la mujer integrándose poco a poco en la práctica del futbol»

POR JESÚS MAROTO

¡Qué tendrá que ver!, dirán. Siempre me gustó el fútbol (y Mari Trini) desde que de la mano de mi padre (como el himno escrito por Sabina) recorría la senda de los elefantes camino del difunto Estadio Vicente Calderón . Tengo ya mis años, y mis recuerdos de esa época son los álbumes de cromos, los periódicos deportivos, escuchar el radiofónico carrusel deportivo los domingos mientras mi padre se afeitaba para llevarnos al cine, y posteriormente ver los partidos, en blanco y negro, en las primeras televisiones que iban apareciendo y un poco más tarde: José María García. No había mujeres o al menos no las recuerdo. Pero no había mujeres en general, en ningún sitio. El alcalde, el cura y el médico.

Aunque esto no significa que no hubiera mujeres que les gustara el futbol y soñaran con ser periodistas deportivos e incluso practicar el deporte rey. De hecho, el primer encuentro oficial de fútbol femenino tuvo lugar en Londres el 23 de marzo de 1895 y según las crónicas de entonces logró reunir a más de 10.000 personas, aunque muchos eran curiosos a los que les parecía gracioso ver a señoritas realizar lo que por entonces era un pasatiempo para hombres . Sólo por entonces me pregunto. Y lo digo porque evidentemente los tiempos han cambiado y ya tenemos a la mujer integrándose poco a poco en la práctica del futbol y luchando porque sus derechos sean cada vez mayores como deportistas. Algunas son guapas o muy guapas y otras feas o muy feas sin que eso sea, para nada, lo importante. Les mueve una vocación que quieren convertir en profesión. Pero vuelvo a la pregunta que me hacía y la respuesta es que el fútbol es, sigue siendo tal y como está montado, un pasatiempo, sin duda, para hombres.

Había un diario deportivo que en su última página mostraba a una señorita estupenda; tetas, culo, ya saben. Ese diario aún existe, pero ya sin señorita. Ahora las señoritas estupendas son de carne y hueso, son parte del espectáculo que, como acabo de decir, está dirigido básicamente al público masculino. Pongan en el buscador el nombre de Diletta Leotta (paralizó un estadio en Italia hace poco) y comprenderán perfectamente lo que estoy diciendo. O lo que pretendo sugerir. Y no es la única. En España tenemos casos similares. Sera, por tanto, condición sine qua non para ser reportera futbolística. Debe ser que no hay mujeres normales y debidamente cualificadas para desarrollar este trabajo. Sí las hay, y quizás sea en el futbol femenino donde tengan cabida. Y es que, aunque tanto mujeres como hombres jueguen con un balón y con las mismas reglas el espectáculo, a la vista está, es muy diferente.

En fin… se está jugando estos días la más cotizada competición europea de fútbol masculino, busquen en la red: reporteras de champions league que dejan sin aliento . Así pueden ilustrar este artículo con imágenes que, en este caso, valen más que mil palabras. Y para que no se quejen los admiradores, si alguno se deja caer por estas líneas, de las rompe pelotas citadas.

Y ahora es cuando entra en juego -nunca mejor dicho- Mari Trini . Esa cantautora de mi época, claro, que sin ser una belleza, tipo María Jiménez la denominada sex symbol de la copla, cantaba como los ángeles y vendió más de diez millones de discos. Es decir, tuvo que vérselas con señoritas o señoras estupendas. Y es que el terreno musical tampoco fue, como el futbolístico, una excepción en la siempre difícil incorporación de la mujer en igualdad de condiciones y sólo el talento permitía el triunfo . El talento y algún que otro recurso como un buen físico. No fue el caso de Mari Trini que triunfó sencillamente por su valía. Y no por ser algo parecido a las Mama Chicho, ya que he puesto de ejemplo antes a la reportera italiana.

Según voy terminando, leo un excelente artículo firmado por Iván Romero Díaz que lleva por título: El machismo sigue teniendo hueco en la publicidad. Y subtitula: A pesar de los avances aún hay anuncios sancionados por utilizar el cuerpo de la mujer como un simple reclamo.

Yo tan sólo he pretendido poner en valor lo esencial frente a lo superficial. Lo natural frente a lo artificial. La profesionalidad frente al oportunismo. El valioso interior frente a la manipulada fachada.

Repito, me gusta el fútbol. Pero lo que me interesa de él es, exclusivamente, que gane mi atleti. Y aunque me sigan metiendo hasta en la sopa señoritas estupendas me seguirá interesando lo mismo, y, cómo no, tararear algún gran éxito de la fea guapa, cuando alguna de mis hijas o mi mujer pone sus canciones a todo trapo.

Para finalizar, quiero motivarles una sonrisa que en estos tiempos que corren es algo muy necesario e incluso un arma (el humor) contra el virus. Es de Woody Allen: Soy lo suficientemente bajo y lo suficientemente feo para triunfar por mí mismo .

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