El Rayo Fuentealbilla juega en el grupo 1B de Segunda Autonómica
El Rayo Fuentealbilla juega en el grupo 1B de Segunda Autonómica - CLUB
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Andrés Iniesta, ¡el Rayo Fuentealbilla te necesita!

Con cero puntos en doce partidos, el equipo del pueblo del mejor futbolista español de la historia es el peor de cuantos juegan en Castilla-La Mancha

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A finales de la década de los 70, los equipos de fútbol se pegaban unas palizas tremendas a correr y apenas olían el balón en los entrenamientos. Y en España eso fue así hasta que llegó un serbio llamado Vujadin Boskov (1931-2014), que priorizó lo técnico —dar buen trato a la pelotita— por encima de lo físico. Como todo revolucionario, cuando le cuestionaron por su método, Boskov ofreció una respuesta genial: «Fútbol es fútbol, no atletismo».

Aquella frase ha pasado a la historia y hoy sirve para explicar fenómenos paranormales que, con frecuencia, se dan en el deporte rey. Por ejemplo: ¿cómo es posible que el equipo del pueblo en el que nació Andrés Iniesta, quien para muchos es el mejor futbolista del país, sea el peor de cuantos juegan en Castilla-La Mancha? Pues porque, en efecto, «fútbol es fútbol».

El Rayo Fuentealbilla está encuadrado en el grupo 1B de la Segunda Autonómica castellano-manchega (la categoría más baja) y no pasa por su mejor momento deportivo: ha jugado doce partidos de Liga y ha perdido los doce, con un balance de siete goles a favor y 39 en contra (a 3,25 de media por encuentro). Ocupa el último puesto en la clasificación y en toda la región solo hay otro equipo, el toledano Borox Deportivo (grupo III de Segunda Autonómica), que a estas alturas de campaña tampoco ha logrado puntuar.

El Rayo ha jugado doce partidos y ha perdido los doce. Acumula siete goles a favor y 39 en contra

«Eso quisiera saber yo también: ¿por qué no hemos ganado todavía?», contesta risueño Héctor Luján Jiménez, de 23 años, portero del Rayo Fuentealbilla y primo segundo de Andrés Iniesta.

Para encontrar respuesta, hay que echar la vista atrás. La temporada pasada «tuvimos problemas porque prácticamente todos los jugadores eran de fuera», cuenta Evaristo Gabaldón, presidente del club.

Solo los del pueblo

Así que este verano se tomó una decisión: en el Rayo tenían que jugar solo, o casi, los de Fuentealbilla. Lo corrobora el entrenador, José María «Chema» Cambronero: «Yo dije que me hacía cargo del equipo con la condición de contar con los chavales del pueblo. Este año, de las 18 fichas que tenemos, 15 son de aquí y el resto tiene relación con el pueblo».

Fuentealbilla es un municipio situado al noreste de la provincia de Albacete que no llega a los 2.000 vecinos. No hay mucho, por tanto, dónde elegir. El resultado es una plantilla que «si quitas a cuatro jugadores, la media será de 18 años. Para muchos, es el primer año que compiten en regional», cuenta el míster. Y, claro, «la novatada de gente joven hay que pagarla», añade el presidente.

Derrotas en el ¡minuto 98!

Solo así se explica que hasta tres partidos se le hayan ido al Rayo en el descuento o en los últimos minutos. Por ejemplo, con el Atlético Mahora perdieron 0-1 ¡en el minuto 98! Y el pasado domingo el Alto Júcar «llegó dos veces a puerta y nos hizo dos goles, uno de penalti y otro en el minuto 85. Nosotros llegamos 15 ó 20 veces, dimos tres veces al palo pero nada, que no quiere entrar el balón», dice Evaristo. El resultado final fue otra derrota, en este caso por 1-2.

A pesar de que perder parece eterno para este equipo, en el vestuario del Rayo Fuentealbilla reina el buen ambiente. «El año pasado solo estábamos cuatro del pueblo y, ganásemos o perdiésemos, siempre discutíamos. Eso no pasa ahora. Vamos a disfrutar y a pasarlo bien con los amigos», dice Héctor, el portero. «Hasta me parece mentira que este año, que no se ha ganado un partido, no falten los chavales», comenta orgulloso el presidente.

«Si quitas a cuatro jugadores, la media será de 18 años. Para muchos, es el primer año que compiten»

Chema, el entrenador, razona el que, quizá, sea el secreto para mantener la motivación: «Siempre les digo lo mismo: el que hace lo que puede no está obligado a más. El año pasado iban a entrenar y luego no jugaban, y este año eso no ocurre. El que viene a entrenar, juega; el que no viene, no juega. Me da igual que tengan 15 que 25 años». Héctor desvela que tienen otro aliciente: «El presidente nos motiva y nos dice que, cuando ganemos, habrá que preparar una buena ‘ensalada gorrinera’ (un revuelto típico manchego con productos del cerdo)».

«Las Moreras» es de tierra»

El Rayo tiene este domingo otra oportunidad para lograr los primeros puntos de la temporada. Juegan en la cancha del Iniestense, el único equipo de la Liga con campo de césped artificial. En Fuentealbilla, el campo de Las Moreras sigue siendo de tierra, aunque se supone que por poco tiempo.

«El Ayuntamiento va a cambiarlo», asegura Evaristo. El entrenador, que trabaja en el Ayuntamiento como monitor deportivo, explica que poner el césped es «un tema de subvenciones» y que estas están al caer. «Si no es este año, será el siguiente», dice. «Cuando pongamos el césped, queremos crear una escuela de fútbol», añade ilusionado el presidente.

«El presidente nos motiva y nos dice que, cuando ganemos, habrá que hacer una ‘ensalada gorrinera’»

La victoria llegará o no, pero realmente es lo que menos importa. La historia del Rayo Fuentealbilla es la de miles de personas (albañiles, carpinteros, fontaneros, algún periodista, ¡que sé yo!) que en cualquier rincón de España se levantan cada domingo para calzarse unas botas, sudar y soñar que juegan ante 100.000 espectadores. Es la historia de los campos de arena (y barro, en invierno), bocadillo de panceta y cerveza al terminar. En resumen, la del fútbol modesto, que parece otro deporte, comparado con los grandes lujos de los que disfrutan futbolistas como Iniesta.

«¡Qué bien le vendría Andrés al Rayo, menudo fichaje sería!», le decimos con ironía al presidente. Y después de reírse, Evaristo da una respuesta digna de Boskov: «A ver si lo ve en la prensa y dice: pero, bueno, ¿qué está pasando aquí?».

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