Carlos Alonso indicó que nombrar a la Virgen de Candelaria Presidenta Honoraria y Perpetua del Cabildo de Tenerife «es vincularnos a los sentimientos que nos unen a todos los tinerfeños, puesto que los pueblos tienen su mayor tesoro en esos sentimientos que son el cemento que mejor funciona para mantener unidas a su tierra a las distintas generaciones de ciudadanos».
«La devoción de la isla por la Virgen de Candelaria ha pasado de generación en generación y no hay nada ni nadie que represente mejor un sentimiento colectivo como la Virgen, e incluso aquellos que no creen experimentan una emoción extraordinaria al ver el fervor que despierta entre nuestra gente. Los tinerfeños tenemos el corazón en la cumbre del Teide y el alma en la arena de Candelaria con nuestra Virgen», aseguró Alonso.
El texto del acuerdo señala que la Virgen de Candelaria es un símbolo de sincretismo religioso y cultural porque la aparición mariana supuso la síntesis de dos culturas y la fusión de dos creencias.
Asimismo, destaca que el nombramiento atañe exclusivamente al fenómeno cultural sincrético e histórico que representa la figura de la advocación a la Virgen de Candelaria y es absolutamente respetuoso con todos los planteamientos religiosos de la ciudadanía de la Isla.
El acuerdo plenario también señala que Nuestra Señora de Candelaria ha sido un referente y nexo de unión para los canarios de la diáspora, al representar un referente religioso y cultural de suma importancia en todo lo relacionado con la emigración canaria a América. De igual forma, el respeto y el cariño son los sentimientos mayoritarios que el pueblo de Tenerife siente por esa Virgen que los guanches llamaban Chaxiraxi, la madre del sustentador del cielo y de la tierra.
Alonso resalta que la Virgen de Candelaria es una seña de identidad personalísima de los isleños que trasciende lo religioso y que la transforman en un patrimonio general que va más allá de las creencias.
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