Cinco chapuzas en malos hoteles canarios con la comida

El formato de todo incluido implanta malas prácticas que se ceban con el bolsillo de los turistas canarios y peninsulares. ¿Pagaría usted para encontrarse chopped de pavo en lugar de jamón serrano en el desayuno de su hotel?

Las Palmas de Gran Canaria Actualizado: Guardar
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  1. Zumo de naranja no tan natural

    Los hoteles canarios de mala calidad especializados en turismo de todo incluido, cuando llega el turismo canario o peninsular a partir de agosto, cambian algunas prácticas habituales que no se atreven con los nórdicos, británicos o alemanes.

    Los operadores del norte de Europa hacen un gran marcaje para que la calidad no se reduzca ni un milímetro. Lo que antes era un puro zumo de naranjas mediterráneas o canarias pasa a ser agua fría con un polvo ocre importado de China. En los hoteles de cuatro y cinco estrellas el zumo natural recién exprimido es obligatorio.

    Donde antes había jamón serrano aparece sucedáneo de chopped de pavo. Todo depende de la calidad del establecimiento. Los expertos indican que es un problema de formación de gestores o directivos que aplican criterios financieros a una industria como el turismo.

  2. Horarios extraños

    En algunos establecimientos la panga rebosada puede tener un sabor sorprendente a la hora de la cena. Colocan 'nuggets' de pollo de dimensiones asombrosas para que tenga un aspecto atractivo. Parece hasta pechuga. Es mejor no saber la procedencia de determinadas croquetas de pollo.

    El presunto uso de comida falsa convive con horarios no apto para peninsulares. De esa forma, se impide que los empleados reclamen horas nocturnas de trabajo.

    Al final, la familia peninsular se ve cenando a las 19.30 horas como si fuese norteeuropea. En el bufé, las colas suelen ser tradicionales con personal agobiando con la limpieza como sutil invitación para abandonar el lugar. Personal, por cierto, que no siempre habla español.

  3. Fruta congelada

    Metros y metros de comida de fruta fresca que, en realidad, antes estaba congelada. Procedente de Vietnam con un toque brillante. Oro parece, plátano es.

    En los complejos de calidad pésima, se inunda la zona con derivados lácteos que llevarían días entrando y saliendo de los frigoríficos, como la fruta. "Todo es una cuestión de gestión y minimizar los residuos. Pero no siempre se hace. Tampoco existe una potente red de vigilancia permanente por parte de Salud Pública de Canarias sobre estos recintos", explica un experto consultado por ABC.

    Si quiere evitar estos asuntos, el turista peninsular debe optar por alejarse de las ofertas que ofrecen duros a cuatro pesetas cuando hace una reserva.

  4. ¿Y el cruasán?

    El bollo de hojaldre en forma de media luna, o sea, el cruasán de toda la vida, ha desaparecido del lineal del bufé. A los niños les encanta y pueden acabar con las existencias en poco tiempo. Por ello, se coloca bollería industrial de menor coste.

    Y es que una pieza de cruasán puede estar en los 0,50 céntimos de coste para el hotelero. Por eso, panes diferentes que previamente se han descongelado. El cruasán también era descongelado, pero su calidad suele ser superior.

    Las artimañas suelen ocurrir en complejos donde habitualmente se resisten a ser competitivos en calidad. ¿Cómo detectarlos? Bajan precios a niveles increíbles y no actualizan sus perfiles en redes sociales en español.

  5. Aquí hay tomate

    ¿Por qué el tomate suele estar cortado siempre en rodajas? A muchos hoteleros malos les entra interés por la salud de sus turistas. Y, por eso, saturan con vegetales donde antes hubo filetes o pescado fresco en diversos formatos para turistas del norte de la UE.

    Productos como el amarillo de la foto han sido congelados y descongelados semanas antes. El tomate, igual. Siempre en rodajas porque se corta más rápido y se puede reutilizar. Ambos casos están prohibidos.

    En los hoteles buenos de Canarias estas cosas no pasan porque hay información en tiempo real sobre el origen y componentes de los productos que forman un desayuno o una cena. Se trata de hoteles de tres, cuatro y cinco estrellas donde existen pantallas táctiles e información en dispositivos móviles.

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