Torra acusa a Policía y Guardia Civil de actuar con violencia

El Gobierno no valora la actuación de los Mossos fichando a quienes quitan lazos

Momento en el que coinciden dos concentraciones: una a favor de los consellers presos y otra de constitucionalistas EFE | Vídeo: Cunillera responderá a Torra la próxima semana la carta EP

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El presidente de la Generalitat, Quim Torra, exige al ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, que adopte «medidas disciplinarias» contra los agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional que, según denuncia, han protagonizado agresiones o incidentes contra independentistas.

En una escalada verbal que se produce en paralelo a las acusaciones contra los Mossos d’Esquadra de actuar como «policía política» por haber identificado y amenazado con multas a personas que quitaban lazos amarillos independentistas , el jefe del ejecutivo catalán reclama al Gobierno de manera urgente «poner fin a la escalada de violencia en Cataluña por parte de grupos violentos , así como depurar responsabilidades».

En concreto, Torra aludía a los insultos denunciados por dos diputados de ERC por parte de un miembro del CNP que custodiaba la comisaría de Vía Layetana de Barcelona, la agresión también por parte de un miembro del CNP a un fotoperiodista y la identificación de un agente de la Guardia Civil dentro del grupo de 14 personas que quitaban lazos amarillos el pasado viernes en Tarragona.

Sobre este último caso, y después de que el vicepresidente del Parlament (JpC) aludiese a la «extrema derecha policial» , Torra insistió en que «de las personas identificadas, parece contrastada la participación de un agente de la Guardia Civil en estos grupos armados y organizados que recorren el territorio catalán». Estos mismos grupos denunciaron a ABC por contra la filtración interesada de la identidad de esa persona por parte de lo que definen que es una «policía política».

«Encapuchados y armados»

Precisamente, el papel de los Mossos sigue siendo objeto de polémica. Hace pocos días, el propio Torra defendía su actuación en Tarragona. «Al margen de cualquier cuestión partidista», los Mossos tratan de «cuidar por la seguridad de todos, y cuando resulta que una noche cualquiera un grupo de encapuchados con armas blancas, con navajas, y con planos, están en nuestras calles, lógicamente, los Mossos deben actuar por la seguridad de todos», apuntó el presidente catalán.

En esta polémica, el Gobierno presidido por Pedro Sánchez se pone de perfil, y ayer la secretaria de Estado de Seguridad, Ana Botella, anunció que este asunto se abordará de manera conjunta entre el Gobierno y la Generalitat en una próxima Junta de Seguridad. El Ejecutivo, que dice no tener «una información de carácter jurídico y legal para valorar si la actuación es correcta o no», sí considera no obstante que este tipo de acciones -la colocación de lazos- «pueden despertar en otras personas que piensen diferente el interés de llenar el espacio público de otro tipo de símbolos», entrando «en una escalada inabarcable».

En cualquier caso, Botella indicó que los Mossos tienen competencia en seguridad ciudadana , apuntando que si «dan el paso -de multar- porque entienden que tienen la capacidad para hacerlo». Estas manifestaciones se suman a las que la fiscal general del Estado, considerando que no hay delito ni en la colocación ni en la retirada de lazos amarillos.

«Expíritu tóxico»

Quienes sí se movilizan en contra de la actuación de la policía catalana son asociaciones como Impulso Ciudadano, movimiento cívico contrario a la independencia que denunció ayer ante la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña al consejero de Interior, Miquel Buch , al jefe de la policía autonómica catalana, Miquel Esquius, y a su director general, Andreu Joan Martínez.

Precisamente, este último consideró que hay «espíritu tóxico» y una absoluta irresponsabilidad en las manifestaciones de la líder de Cs, Inés Arrimadas, llamando a desobedecer a los Mossos cuando estos actúen como «policía política».

También aludió a la polémica de los lazos el presidente del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández, para quien estos símbolos «más que ser un símbolo de libertad, se están convirtiendo en una soga a la convivencia para aquellos que no son independentistas». «Retirar lazos amarillos no solo es un ejercicio de libertad de expresión sino que es una obligación para respetar y dar cumplimiento a las ordenanzas municipales», apuntó Fernández.

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