Seis de cada diez votantes del PSOE ya no confiaban en Sánchez como líder del partido

Cuando Pedro Sánchez anunció su dimisión como secretario general del PSOE, el sábado a las 8.20 de la tarde, había perdido ya la confianza no solo de la mayoría del Comité Federal de su partido, sino también de sus votantes. Según la encuesta de GAD3, seis de cada diez electores del PSOE (el 57 por ciento exactamente) consideraba que Sánchez no estaba capacitado para liderar el Partido Socialista en esta etapa. La pregunta se realizó antes de su renuncia, y después de la dimisión de 17 miembros de la Ejecutiva del PSOE.

Sánchez, que fue elegido secretario general en elecciones primarias, siempre se ha apoyado en la «militancia» del partido a la hora de defender sus posiciones políticas.

De hecho, quería convocar primarias el 23 de octubre para reforzarse con el voto de las bases. Pero más allá de los casi 200.000 afiliados que pueda tener el PSOE están los 5,4 millones de votantes que consiguió el 26 de junio (en 2011 eran 7 millones). Y la mayoría de esos electores ya le habían dado la espalda antes de que dimitiera el sábado.

Los datos globales son rotundos: dos de cada tres españoles no veía capacitado a Pedro Sánchez para encabezar al estrategia del PSOE. Solo el 26,4 por ciento creía que podía hacerlo. Pero lo más llamativo es que esos porcentajes no cambian sustancialmente cuando las respuestas se reducen a los votantes socialistas. Frente al 57 por ciento que ya no confiaba en Sánchez, solo el 38 por ciento de quienes le habían votado seguían pensando que podía liderar el partido.

El preferido en Podemos

Más llamativo aún: confiaban más en él los votantes de Unidos Podemos que los del PSOE. El 50 por ciento de quienes apoyaron la candidatura de Pablo Iglesias el pasado 26 de junio consideraban que Sánchez era el líder adecuado para el Partido Socialista, frente a un 41 por ciento que pensaba lo contrario.

En el PP y Ciudadanos, como podía esperarse, la confianza en Sánchez estaba bajo mínimos la semana pasada. El 85 por ciento de los votantes populares consideraban que el ya exsecretario general del PSOE no estaba capacitado para liderar su partido. La misma opinión tenían el 80 por ciento de los electores del partido de Albert Rivera.

Los votantes del PSOE lo tenían también muy claro cuando se les preguntó, antes del sábado, si Sánchez debía continuar en el cargo de secretario general o bien dimitir. El 56 por ciento de esos electores creían que lo mejor para el futuro del PSOE es que Sánchez abandonara su tarea, frente al 40 por ciento que apoyaba su permanencia.

«¿Qué debería hacer ahora el PSOE?», es la gran pregunta que, de momento, sigue sin respuesta. Hay tres opciones: la abstención con Rajoy, mantener el «no» al Gobierno del PP o impulsar un pacto con Podemos y los independentistas. Esas tres posibilidades se plantean en la encuesta de GAD3, y la respuesta mayoritaria es la de «abstención para evitar elecciones». Así lo defienden el 54,5 por ciento de los entrevistados, muy por delante del 20 por ciento que quiere un Gobierno del PSOE con Podemos y nacionalistas, y del 11,8 por ciento que defiende el «no» a Rajoy por encima de todo.

Sánchez se había alejado de sus votantes en este asunto crucial en pleno bloqueo político. La opción con más apoyo dentro de los electores delPSOE es la abstención para evitar las terceras elecciones. Así respondió el 34 por ciento. Frente a ellos, el 28 por ciento de los electores socialistas quería seguir en el «no es no», y el 22 por ciento prefería que se intentara un Gobierno delPSOE junto a Podemos y los nacionalistas.

El próximo presidente

«¿Quién cree usted que debería ser el próximo presidente del Gobierno?», se pregunta también en la encuesta. El que logra más respuestas a su favor es Mariano Rajoy, con un porcentaje superior al que consiguen Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera juntos. El 36,1 por ciento cree que el líder del PP debe ser el presidente, frente al 20,9 que prefiere a Sánchez, el 9,4 por ciento que apuesta por Iglesias y el 4,8 por ciento que ve a Rivera.