Pedro Sánchez, junto a sus barones en septiembre de 2015
Pedro Sánchez, junto a sus barones en septiembre de 2015 - EFE

El distanciamiento entre Sánchez y sus barones que ha derivado en una crisis interna del PSOE

Desde la elección del secretario general, la relación entre este y los líderes autonómicos se ha empeorado con el tiempo

Madrid Actualizado: Guardar
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Las últimas semanas han sido claves para que se haga oficial un asunto que ya llevaba tiempo sonando en el PSOE: el distanciamiento entre el secretario general, Pedro Sánchez, y sus barones. Con los últimos acontecimientos, se ha demostrado que la relación entre el dirigente socialista y muchos de los presidentes autonómicos se ha deteriorado bastante.

Poco después de la elección de Sánchez como secretario general comenzaron estas discrepancias, que con el tiempo han ido en aumento. Sánchez fue elegido secretario general del PSOE en julio de 2014 por 62.477 votos de los 129.411 depositados, un 48,7%, frente a Eduardo Madina y a José Antonio Pérez Tapias. Sin embargo, los miembros de su partido no votaron para que Sánchez fuera el candidato a la presidencia del Gobierno en las elecciones, algo que, aun así, ocurrió.

A partir de ahí, las discrepancias de los barones con Sánchez fueron a mayores, sobre todo tras la crisis que vivió el PSM. Precisamente Tomás Gómez es uno de los miembros de la Ejecutiva que dimitió el pasado miércoles. Cuando Gómez estaba al frente de la federación del partido, Sánchez decidió apartarlo, lo que desató la crisis en la formación. En esa ocasión, una gestora se encargó de tomar las riendas del PSM.

La sucesión de los hechos provocó que los barones se alejaran cada vez más de su secretario general, aunque esta situación se terminó de evidenciar hace dos semanas cuando el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, pidió una abstención del PSOE a la investidura de Mariano Rajoy para evitar terceras elecciones. Varios miembros socialistas arremetieron contra el barón, que por otra parte, también recibió apoyos por parte de miembros de su partido, lo que evidenció todavía más la crisis existente.

Pero también Emiliano García-Page puso voz a esas voces descontentas con la gestión del secretario general. Después de que Podemos dejara de apoyar el Gobierno de Castilla-La Mancha, presidido por este barón, comenzaron las conjeturas sobre que se trataba de una posible estrategia pactada entre los líderes de la formación morada y el equipo de Sánchez para cambiar la posición que sostienen los líderes autonómicos.

Sánchez no entiende que en algunas autonomías los socialistas pactaran con la formación morada para desbancar al PP y no permitan que él lo haga a nivel nacional. Sin embargo, los resultados de los comicios autonómicos les permitieron hacerlo, algo que no ocurre a nivel nacional, puesto que los socialistas necesitarían contar también con el apoyo de los independentistas, y es precisamente esta situación la que los barones pretenden evitar.

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