Sánchez da tres semanas a Iglesias para decidir si apoya su Gobierno en solitario

La investidura arrancará el 22 de julio y la primera votación será un día después. Si el bloqueo persiste habrá repetición electoral el 10 de noviembre

Sánchez, en Bruselas EFE

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, se someterá al debate de investidura el próximo 22 de julio , sin tener aún garantizados los apoyos parlamentarios necesarios para superar la votación. Los contactos entre los negociadores del PSOE y Podemos han sido mínimos desde la última reunión que el líder socialista y el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, se reunieron en Moncloa el pasado 18 de junio. Tampoco se ha abierto camino para una abstención de Ciudadanos o el PP.

En este marco, el pleno de investidura comenzará el lunes 22 a las 12.00 horas con la intervención inicial de Pedro Sánchez para explicar su programa de Gobierno y pedir la confianza de la Cámara. La sesión se suspenderá tras su discurso y se reanudará a las 16:00 horas para la intervención de los líderes de las demás formaciones, en orden de mayor a menor. El debate continuará al día siguiente a primera hora, aunque el arranque está aún sin concretar.

La primera votación, que requiere el apoyo de la mayoría absoluta de la Cámara o 176 diputados, se celebrará el martes 23 de julio . Si, como todo apunta, no logra superarla, se convocará la segunda votación para el jueves día 25 y ya solo necesitará obtener el apoyo de la mayoría simple, o más votos a favor que en contra.

La fecha fue comunicada este martes por la presidenta del Congreso, Meritxell Batet , tras hablar con el líder socialista por teléfono, ya que éste seguía aún en Bruselas en la continuación del Consejo Europeo Extraordinario. La política catalana aseguró a los periodistas que durante la conversación -que duró unos diez minutos-, no se «contempló la repetición de elecciones» ni la posibilidad de que el debate no fructique, ya que el diálogo se centró en qué fecha «era la mejor para todo lo contrario, que la investidura fructifique en este mes de julio».

En estos momentos el candidato a la investidura solo tiene garantizados los votos a favor de su grupo (123) y del diputado del Partido Regionalista de Cantabria. Un botín escaso de apoyos que es buen reflejo del estilo negociador que ha empleado el PSOE estas semanas, al reclamar la adhesión de los grupos para que faciliten la investidura, y no planteando una negociación. Eso es algo que le han echado en cara públicamente no solo Podemos, sino potenciales apoyos como el PNV o Compromís. El clima de cara a una negociación con Podemos no es bueno . Se siente incluso en los detalles. La portavoz Irene Montero se quejó de haberse enterado por los medios de la fecha de la investidura. Batet envió un mensaje a los portavoces minutos antes de comparecer.

Siendo así, todo apunta a una investidura fallida. En ese momento entrará en escena el artículo 99.5 de la Constitución : «Si transcurrido el plazo de dos meses, a partir de la primera votación de investidura, ningún candidato hubiere obtenido la confianza del Congreso, el Rey disolverá ambas Cámaras y convocará nuevas elecciones con el refrendo del presidente del Congreso».

El 23 de septiembre acabaría ese plazo y un día después se procedería a la disolución de las Cortes. Empieza entonces a correr el plazo de cara a unas nuevas elecciones. Pero es importante destacar que tras la modificación legal de 2016 estos tiempos son distintos a una convocatoria convencional. La disposición adicional de la LOREG séptima establece que en este supuesto el periodo hacia unas nuevas elecciones sería de 47 días y no de 54. Y esto es así porque se reduce a poco más de una semana la campaña electoral: «La campaña electoral, que empezará el día trigésimo octavo posterior a la convocatoria, dura ocho días», establece la norma. Tomando como referencia esa primera votación las segundas elecciones serían el domingo 10 de noviembre.

Un debate largo

El debate de investidura se espera que sea más largo que los anteriores dado que serán ocho los grupos parlamentarios que intervendrán, uno más que la legislatura anterior, como consecuencia del aterrizaje de Vox al Congreso. Una extensión que se suma a la ya provocada en 2015 por la llegada de Podemos y Ciudadanos al Parlamento. Sánchez dispondrá de tiempo libre de intervención.

Los líderes de la oposición, en cambio, tendrán un tiempo limitado para exponer su posición: 30 minutos . Sánchez dispondrá de un segundo turno para contestarles y podrá hacerlo bien de uno en uno, bien de manera agrupada. De nuevo, no tendrá tiempo máximo. A continuación, volverán a intervenir los líderes de la oposición. Será su última alocución en el debate de investidura, y dispondrá cada uno de un tiempo de diez minutos. Sánchez volverá a responderles y ésta intervención final cerrará el debate y dará paso a la primera votación.

Los 346 diputados -los cuatro diputados presos no estarán presentes- votarán uno a uno de manera pública por llamamiento, lo que unido a las numerosas intervenciones que tendrán lugar no permitirá conocer el resultado de la votación hasta última hora de la tarde o entrada la noche del día 23.

Si Sánchez no obtiene los 176 «síes» necesarios, se convocará la segunda votación para 48 horas después de la primera votación , el día 25 por la tarde. En esta nueva sesión, tendrá lugar primero un minidebate ya que Sánchez podrá intervenir durante diez minutos y los representantes de la oposición podrán hacerlo durante cinco minutos. Después ya podrá realizarse la segunda votación, de nuevo de uno a uno, que empezará y terminará aún más tarde que la del día 23. En el caso de que esta votación también resultara fallida, Sánchez tendrá algo menos de dos meses para seguir negociando y convocar un nuevo debate de investidura.

Respuesta a Rivera

Tras finalizar el Consejo Europeo Extraordinario, Sánchez dio una rueda de prensa en la que acusó al presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, de no tener ni «un mínimo decoro» institucional . Respondía así a las declaraciones que el líder de los liberales hizo por la mañana, cuando afirmó que no pensaba reunirse con el jefe del Ejecutivo en funciones en una nueva ronda de contactos. Sánchez le recordó que, a pesar de las diferencias que tenía con Mariano Rajoy, acudió por «respeto» a cada una de las reuniones a las que le citaba porque era el presidente del Gobierno, informó ayer Efe. Por ello, pidió a Rivera que guardara «las formas y el decoro institucional» y que luego «vote lo que considere» en la investidura.

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