Pedro Sánchez se pone de perfil y evita referirse al acoso de los separatistas a PP, Vox y Ciudadanos

El presidente del Gobierno reparte reproches por igual entre la derecha y el independentismo

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Víctor Ruiz de Almirón

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Pedro Sánchez no quiere líos. Charco que aparece en la campaña electoral... charco que se propone rodear. El arranque de su campaña electoral discurre por un mundo paralelo al acoso que han sufrido en distintos lugares PP, Ciudadanos y Vox.

La voluntad del PSOE es que la campaña electoral no discurra con la problemática territorial como eje de la discusión. Desde el pasado jueves Sánchez no se ha referido en ninguna de sus varias intervenciones a los actos de intolerancia que han sufrido los partidos a su derecha: candidatos del PP el jueves en la Universidad Autónoma de Barcelona; Vox el sábado en San Sebastián y Bilbao; y ayer Ciudadanos en la localidad guipuzcoana de Rentería.

El PSOE sí denunció a través de sus canales oficiales el boicot sufrido por la candidata del PP por Barcelona, Cayetana Álvarez de Toledo. Los socialistas denunciaron la «intolerancia» que suponía tratar de impedir un debate en la Universidad mostrando su «absoluto rechazo y repulsa» a lo sucedido y defendiendo que «la democracia es siempre respeto y es siempre libertad». Eso sí, de boca de Sánchez no han salido palabras de condena para estos hechos.

Tampoco se ha dicho nada de la hostilidad manifestada por grupos radicales en el País Vasco contra Vox y Ciudadanos. El presidente del Gobierno intenta ocupar un espacio central en esta campaña, pero para él eso pasa por repartir reproches entre el independentismo y la derecha, a quien considera responsable del clima de confrontación territorial.

Sánchez ha cuestionado estos días al independentismo por haber «engañado» a sus ciudadanos con sus promesas de independencia y ha insistido en que no habrá referéndum en Cataluña. Pero no ha realizado una condena pública de estos actos de acoso ni ha mostrado su solidaridad con quienes la han sufrido.

En el fondo subyace en el socialismo un cuestionamiento al hecho de que estos partidos acudan a espacios donde las diferentes formas de nacionalismos han desplegado su hegemonía en los últimos años.

Alsasua: el reproche a Cs

Quedó de manifiesto cuando Ciudadanos organizó un acto en Alsasua que intentó ser boicoteado con presencia entre la turba del carnicero de Mondragón. Aquel día el portavoz en el Senado, Ander Gil, emitía este mensaje: «Y fueron a agitar el odio a Alsasua los que nunca tuvieron que mirar por la mañana bajo su coche, los que nunca despidieron a un compañero en un funeral». Lo hizo pese a que en ese acto participaban víctimas del terrorismo.

Desde la dirección federal no se desautorizaron esas palabras y se lamentó que el acto de Cs diera «una oportunidad» a los grupos radicales para expresarse. En un nuevo reparto de culpas entre quién se manifiesta y quién acosa.

Por su parte, la secretaria general de los socialistas vascos, Idoia Mendia, sí dedicó ayer palabras a rechazar el «mensaje único» que transmiten los líderes de PP, Cs y Vox («trifachistas», dijo) en su «particular Korrika» por Euskadi para decir «que les sobra la pluralidad, el Estatuto y los derechos sociales».

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