Sánchez se la jugará a una carta en el debate de totalidad de los Presupuestos

El presidente reconoce que sin PGE no podrá llegar a 2020 pero confía en el PNV

Pedro Sánchez el pasado sábado en un acto de la ONCE EP
Víctor Ruiz de Almirón

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El Gobierno quiere «jugar fuerte» la carta de los Presupuestos Generales del Estado. Tras el cambio de rumbo experimentado por la debacle electoral en Andalucía el presidente Sánchez quiere llevar su órdago político hasta el final. No retirará el proyecto de Presupuestos, que se presentará durante el mes de enero, antes del debate de totalidad de las cuentas públicas.

Esa fecha, que dependerá del calendario parlamentario y de cuándo se lleve finalmente el proyecto al Congreso, es el día D de la legislatura. En el Gobierno creen que los partidos independentistas no desvelarán la incógnita hasta el final. El objetivo aquí es que ni ERC ni el PDECat presenten enmiendas a la totalidad .

Al menos por lo expresado en las últimas fechas la posibilidad de que las cuentas sean rechazadas, aunque evidentemente no agrada al Gobierno, se interpreta también como un marco no tan negativo desde la perspectiva del relato con el que acudir a las urnas: «Todos los partidos de la cámara tendrían que explicarse», manifestaba ayer un colaborador del presidente. El propio presidente ayer remarcó el carácter excepcional de esa cita cuando aseguró que si no logra aprobar los Presupuestos no podría agotar la legislatura en 2020, como es su deseo y el de muchos ministros. «Si no hay Presupuestos no es posible agotar» , reconocía ayer en una conversación informal con la prensa durante la tradicional recepción navideña a los medios de comunicación.

El foco lo pone el Gobierno en los partidos independentistas porque en el caso del PNV la seguridad es prácticamente total respecto a que se podrá contar son sus votos para aprobar los Presupuestos. «No van a ser obstáculo», planteaba ayer Sánchez.

El día clave es así el debate de totalidad: «Eso para mí es importante, si se devuelven o no los PGE» , manifestaba ayer Sánchez, consciente de que ese fracaso precipitado obligaría a elecciones. Como un nuevo episodio épico de su turbulenta carrera política Sánchez vuelve a tirar la moneda al aire y se juega a un todo o nada la legislatura: «Si entran siempre han salido», manifestaba ayer el presidente en referencia a que si se supera el trámite de totalidad y se entra al debate de las partidas concretas las posibilidades de que el presupuesto sea rechazado son mucho menores.

Sánchez se mostraba ayer «optimista» respecto a la posibilidad de sacar adelante los Presupuestos . En las cuentas del Ejecutivo central no está en estos momentos un adelanto electoral inminente en Cataluña que sí reconocen que frustraría cualquier posibilidad de aprobación. Con las cuentas aprobadas Sánchez recuperaría el control de los tiempos y se aseguraría llegar como mínimo a octubre, que es su pretensión.

De lo contrario, tramitar los Presupuestos descarta la posibilidad de marzo y apunta a un superdomingo en mayo. Algo que no gusta a los presidentes en ejercicio pero que en otras esferas creen que podría ayudar a la movilización de un electorado socialista que en Andalucía ha demostrado síntomas de fatiga.

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