Sánchez e Iglesias no ceden porque ven el 10-N como un mal menor

Las cúpulas de PSOE y Podemos no creen que la derecha pueda sumar y, por distintos motivos, ven más riesgo en unos comicios en 2020 que ahora

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, en un encuentro en Moncloa Vídeo: ATLAS
Víctor Ruiz de Almirón

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Tanto Pedro Sánchez como Pablo Iglesias albergan todavía posibilidades de doblegar al otro y arrancar la legislatura . Esa es la preferencia de ambas formaciones: que no haya elecciones, pero tras la rendición del otro. Aunque, singularmente en el PSOE, hay quienes prefieren directamente nuevas elecciones.

Esta semana, en el arco parlamentario se hablaba de la importancia de las encuestas que se realicen y publiquen en los próximos días como elemento que puede hacer que Sánchez o Iglesias se muevan. Las publicadas hasta ahora se realizaron en la segunda quincena de agosto y se consideran por ello menos fiables y volátiles.

Pero en la cúpula de PSOE y Podemos se muestra mucha seguridad respecto a sus posibilidades electorales el 10 de noviembre, algo que no ocurre en los cuadros medios y en los espacios del partido que quedan al margen de los reducidos núcleos duros de cada formación, donde se habla con incertidumbre de «riesgo» o «enajenación».

Como publicó este diario el pasado domingo, esa preocupación ha penetrado en el PSOE. No existe ya capacidad de cuestionar a Sánchez, pero algunos dirigentes y cargos medios recelan de la posibilidad de unas nuevas elecciones . Esta sensibilidad considera que la prioridad debe ser «no dar otra oportunidad a la derecha». Ese análisis es el que comparten formaciones potencialmente aliadas como ERC o Compromís, que alertan de un fuerte castigo a la izquierda el 10 de noviembre en forma de abstención.

Pero ese temor no alcanza, por ahora, ni a Moncloa ni a Galapagar , epicentros del poder en esta negociación. Se da por hecho que subirá la abstención, pero no creen que se concentre sólo en la izquierda sino que afectará fuertemente a Vox y especialmente a Cs.

Por eso, Sánchez e Iglesias no parecen temer el 10 de noviembre. «En el peor de los casos volverá a existir una suma entre los dos, PNV y ERC», dice un dirigente socialista partidario de volver a las urnas . Los optimistas respecto a ir a elecciones creen que el ciclo electoral les favorece y piensan que el PSOE podría rondar entre 140 y 150 diputados, un nivel en el que creen que podrían sumar con Iglesias. Los más centristas de este partido albergan también la esperanza de sumar con Cs y que Albert Rivera vuelva a posiciones más conciliadoras si la diferencia con el PP se ensancha: «En algún momento dado va a hacer falta», dicen en el entorno de un presidente autonómico. Ahora mismo ambos suman mayoría absoluta y tanto en PSOE como en Cs hay altos dirigentes que apuntan a que si Sánchez saca adelante la investidura con los socios de la moción de censura habrá decisiones clave en las que recurrirá a Cs.

Importantes dirigentes naranjas aseguran que no rechazan esa colaboración en asuntos clave, pero que en la investidura ellos votarán contra Sánchez porque tienen que defender su espacio político frente al PP. Que las relaciones entre PSOE y Cs, aunque parezca imposible, puedan llegar a recomponerse es uno de los argumentos que ponen en Podemos para entrar en el Gobierno: evitar que tras apoyar a Sánchez este acabe mirando a su derecha. El presidente en funciones no ha ocultado que ese es su objetivo en cuestiones de Estado. Dirigentes de Cs no lo descartan porque daría «dimensión de partido de Estado» a una formación todavía novel.

Un incierto 2020

«¿Qué sentido tiene una investidura si la desconfianza obliga a convocar elecciones otra vez?» Esa pregunta, que algún alto mando del Gobierno ha deslizado ya en público, resulta clave, al igual que el mensaje de poner la estabilidad por delante de la investidura. Sánchez ha llegado al convencimiento de que sin alcanzar la mayoría absoluta con Podemos, ni siquiera sumando al PNV , la legislatura no puede ser larga. Realmente él lo pensó siempre. Es la tesis de Iván Redondo y no tanto de otras figuras del PSOE, aunque el rechazo a la coalición siempre ha sido mayoritario en el Consejo de Ministros .

Las apelaciones en los últimos días han reivindicado la necesidad de «cuatro años de estabilidad», algo que nadie ve factible. Ahora. Pero sí tras el 10 de noviembre, bien porque Rivera ceda o bien porque alcance la mayoría absoluta con Podemos, Compromís y PNV sin necesitar ya a ERC. O incluso solo con Iglesias. «Es que sin ERC ya cambia todo», expresan fuentes socialistas. En Moncloa creen que ellos subirían más de lo que bajaría Pablo Iglesias. De hecho la tesis es que a Iglesias «no le irá tan mal». Y eso es lo que creen también en Podemos, donde no se transmite tampoco sensación de ceder. «Ahora tenemos un relato», advierte un dirigente territorial. El 28 de abril, en cambio, Podemos se presentó como fuerza casi subsidiaria del PSOE y sin poder hacer una campaña contra Sánchez. Eso ahora será diferente.

El Gobierno habla ya de «desaceleración económica» por los efectos de la guerra comercial y del Brexit. El debate parece más si las elecciones son preferibles ahora o en un incierto 2020 con riesgos en lo económico, algo que sería letal electoralmente. Además, habría que añadir la incertidumbre catalana con probables elecciones también ese año.

En el radar de Iglesias está también la posibilidad de que Íñigo Errejón salte a la política nacional. Aunque en su entorno no quieren especular con ello es evidente que las aspiraciones del antiguo número dos de Podemos superan el ámbito autonómico. Y eso está ya en los cálculos de Iglesias , que sabe que es practicamente imposible evitar un duro golpe en su base electoral, como se vio en la Comunidad de Madrid. Aunque en ese duelo no era el líder de Podemos quien se batía con Íñigo Errejón .

Y esa apuesta electoral compitiendo directamente con Podemos, probablemente también con el PSOE, será más factible en el futuro que ahora. Sánchez e Iglesias confían todavía en doblegarse mutuamente, pero coinciden en ver el 10 de noviembre como un mal menor, lo que reduce los incentivos para que ninguno ceda. Estarán atentos a las encuestas de los próximos días.

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