Rivera asume que el 25-S confirma la tendencia descendente de C’s

Ciudadanos constata su debilidad más allá de Madrid y el arco mediterráneo

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Hace exactamente un año Ciudadanos lograba su mayor hito electoral hasta la fecha: 25 diputados en el Parlament de Cataluña con Inés Arrimadas como candidata que convertían a la formación creada en 2006 en líder de la oposición y principal dique de contención del independentismo. A partir de ahí, el partido entró en un estado de ánimo imparable que permitió a Albert Rivera, amparado en la demoscopia, soñar con poder pelear las elecciones generales con el PP y el PSOE. Incluso parecía que Podemos se quedaba atrás. El 20 de diciembre de 2015 supuso un baño de realidad. Y desde entonces la tendencia es claramente descendente.

Los comicios vascos y gallegos del pasado domingo han cerrado el ciclo de elecciones autonómicas

que comenzó con Andalucía en marzo de 2015. Desde su eclosión nacional, tras las elecciones europeas de 2014, Ciudadanos ha logrado tener en España más de 1.500 concejales y presencia en doce parlamentos autonómicos. Aunque sus palabras no fueron tan gruesas, Rivera asumió ayer el fracaso que supone para el partido no haber logrado representación en Galicia y País Vasco. «Ayer queríamos cerrar un ciclo de éxito entrando en el Parlamento vasco y gallego, pero no ha podido ser», señaló Rivera tras la reunión de la Ejecutiva de su partido. El líder de Ciudadanos reconoció el fiasco al asegurar que «no hemos cumplido nuestros objetivos. No es un buen resultado». Reconocimiento de una realidad, aunque eso no alcanza para asumir errores concretos, que ayer Rivera no quiso reconocer.

Sin embargo, Ciudadanos intenta tratar de poner perspectiva tras este batacazo. «Es muy complicado hacer este trabajo en año y medio y estamos muy satisfechos con los resultados globales», aseguró José Manuel Villegas en conversación con ABC. El número dos del partido rechaza que se pueda hablar de que el proyecto nacional del partido está cuestionado: «Hemos pasado de estar sólo en Cataluña a tener representación en Europa, en el Congreso, en doce autonomías y en 750 municipios».

Si bien todo eso es cierto, no lo es menos que el partido es el único de los cuatro grandes que tiene un déficit de implantación territorial tan grande. La formación carece de representación autonómica en Galicia, País Vasco, Castilla-La Mancha y Navarra. Además, en el Congreso de los Diputados, los 32 escaños de la formación solo representan a 20 circunscripciones. Es decir, en otras 32 provincias el partido no logró representación en la Cámara baja.

Déficit de representación

En el ámbito autonómico los resultados en Cantabria, Asturias, Aragón, Extremadura y Baleares el voto del partido no llegó al 10% y la representación mínima que obtuvo no alcanzó para condicionar la gobernabilidad. Tampoco lograron ser decisivos en la Comunidad Valenciana, aunque allí el resultado subió hasta el 12,31%. Mientras, en Andalucía, La Rioja y Castilla y León obtener en torno al 10% de los votos sí les sirvió para condicionar los gobiernos autonómicos. Similar a lo sucedido en Murcia y la Comunidad de Madrid, donde el porcentaje de voto superó el 12%. Solo el resultado de hace un año en Cataluña superó el 15%.

En Ciudadanos defienden que «la apuesta por crecer sin coaliciones y con una marca en toda España, no como Podemos, será fundamental para tener estabilidad a largo plazo», aunque eso ha generado una implantación desigual y desordenada. Villegas apunta que una de las cosas que les han afectado es el calendario, que les ha impedido formar equipos de modo correcto: «Nos ha faltado tiempo para poder tener equipos que realicen trabajo de fondo, pegados al territorio y con más visibilidad».

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