El portavoz de Unidos Podemos en la Cámara Baja, Íñigo Errejón
El portavoz de Unidos Podemos en la Cámara Baja, Íñigo Errejón - EFE

Reforma constitucional - PodemosErrejón: «La reforma requiere unas mayorías difíciles de lograr»

El portavoz de Podemos en el Congreso, Íñigo Errejón, explica la postura de su partido sobre la reforma constitucional

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Parece que las resistencias para reformar la Constitución van venciendo, ¿seráesta la legislatura de la reforma?

Esperemos que así sea. Los partidos tradicionales han convertido la Constitucion en un jarron chino que ha ido estrechándose más y más, dejando de satisfacer las necesidades de muchos sectores de nuestro pais. En el plano territorial es evidente, pero tambien en el plano social: la reforma del articulo 135 supuso convertir una buena parte de los derechos establecidos en el Titulo I, el derecho al trabajo, a la vivienda, a la educacion y la sanidad... en papel mojado.

¿Con qué calendario la ve factible y con qué consenso la impulsaría? Si no se alcanza ese propuesto ¿cuál es su propuesta?

Decia que en esta legislatura por fin se podrácomenzar a debatir la reforma constitucional no quiere decir que en esta legislatura tengamos que cerrar todo.

Las reformas constitucionales requieren de una serie de mayorias cualificadas que van a ser dificiles de alcanzar con esta correlación de fuerzas en la Cortes. Hace apenas tres años hablar de la reforma de la constitución era tabú. Hoy habla prácticamente todo el mundo de ello, incluido el PP. La cuestión es si esa reforma refleja los nuevos consensos de este país o si es un giro de 360 grados para que nada cambie. Si eso pasara, es inevitable que en los próximos años, más pronto que tarde, surjan nuevas mayorías que promuevan las reformas que el país necesita.

¿En quédirección propondrá su partido que vaya esa reforma?

Ya en la campaña del 20D planteamos los cinco grandes objetivos la reforma constitucional: democracia real, justicia independiente, blindaje de derechos sociales, erradicar la corrupción y reconocer la plurinacionalidad. A esto habría que sumarle además una firme apuesta por el municipalismo como base del nuevo modelo democrático, algo en lo que hemos trabajado intensamente el ultimo ano.

Todo esto se traduce en reformas para ampliar y mejorar la participación ciudadana en las decisiones políticas, así como para poner a España en la vanguardia de la transparencia y la independencia judicial como antídoto contra la corrupción que ha hecho perder la confianza en las instituciones a una buena parte de la ciudadanía. Esto va unido a la reforma de un sistema electoral que garantice la proporcionalidad, la plurinacionalidad y la justa representación de todas las fuerzas políticas, cosa que no sucede ahora. También es imprescindible una suerte de «135 a la inversa», es decir, un blindaje de los derechos sociales a través de la introducción de porcentajes mínimos de inversión en bienestar. Y por último, un nuevo encaje territorial que sustente la unidad en la democracia y la construcción de un nuevo proyecto de futuro compartido.

El encaje de Cataluña en España puede solucionarse desde una reforma de la Carta Magna. ¿Con qué fórmula?

Para empezar es preciso reformar el artículo 2 de la Constitución para que reconozca y respete la realidad plurinacional de España. A partir de ahí se puede reconocer la existencia de soberanias compartidas sobre determinadas materias, que de hecho ya existen de facto en el actual orden constitucional. Esto implicaría también la transformación del Senado en una verdadera cámara territorial donde debatir y aprobar las leyes que afectan directamente a las CCAA, su financiación o la participación autonómica en las políticas de la UE. Abriría también la puerta a la participación de las comunidades y naciones en la elección de miembros del CGPJ y el Tribunal Constitucional.

Y por último, pero no menos importante, están las cuestiones culturales e identitarias, entre ellas un mayor reconocimiento y dignificación de la riqueza y diversidad linguistica de nuestro país.

Su partido apuesta por reconocer la plurinacionalidad del Estado. Ni PP ni PSOE lo aceptan. ¿Participarán en el debate de reforma si no se acepta ese principio?

Bueno, respecto al PSOE habrá que ver qué posición mantiene. El acuerdo PSE-PNV recientemente alcanzado en Euskadi incluye el reconocimiento de Euskadi como nación y habla de derecho a decidir. Susana Díaz no está en las mismas posiciones, está claro. Tendrán que aclararse tarde o temprano. En cuanto al PP, habrá que ver si la vicepresidenta Sáenz de Santamaráa, nueva responsable en esta materia, tiene previsto variar en algo la posición que ha mantenido los últimos cinco años y que ha llevado al independentismo a sus mejores resultados históricos, o si su proyecto se limita a abrirse un despacho en Barcelona, que es lo único que ha trascendido hasta ahora. Lo que sí le puedo garantizar es que Podemos está dispuesto a debatir con quien sea necesario: esta es nuestra propuesta, pero queremos escuchar la de los demás.

Las dos últimas elecciones han puesto en evidencia dos vacíos en la Constitución. Por un lado el supuesto de ausencia de un candidato a presidente del Gobierno y por otro el papel del Rey como árbitro en esa situación. ¿Qué propone para solucionarlo?

Estos vacíos constitucionales se producen porque el «traje» constitucional estaba pensado para un sistema bipartidista nacido de la transición y que podía valer para un momento de la sociedad española, pero que evidentemente ya no se adapta a los intereses de la sociedad española, hoy mucho más plural. El traje se ha quedado viejo y no vale con hacer remiendos. El Rey debe mantener una absoluta neutralidad, pero en una futura reforma constitucional tendremos que debatir también sobre la forma de designar al Jefe de Estado. Va a ser necesaria, en todo caso, una figura que impulse consensos y arbitre en la enorme pluralidad que va a estar representada en los próximos anos.

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