Rajoy se enfrenta a la «incógnita Feijóo» ante la cita electoral gallega

La próxima cita electoral se acerca mientras Alberto Núñez Feijóo deshoja la margarita. El presidente gallego, ganador de las dos últimas elecciones regionales y uno de los escasísimos «barones» que le quedan en el poder al PP, es probablemente la mejor opción del partido para mantener el gobierno de la Xunta de Galicia. Pero también es un nombre fijo en todas las quinielas sobre la futura sucesión de Mariano Rajoy.

Hoy, el presidente del Gobierno en funciones se encontrará con Feijóo en el congreso provincial de Pontevedra, y tendrá una ocasión magnífica para lanzar algún mensaje sobre el futuro, aunque la tendencia al hermetismo de ambos políticos no lo hace probable. Los dos saben que tienen una conversación pendiente, que casi seguro no se producirá hoy: Feijóo no quiere restarle ni un ápice de protagonismo al secretario general del PPdeG, Alfonso Rueda, que va a ser nombrado nuevo presidente del PP pontevedrés.

Galicia es una de las dos excepciones que la dirección nacional del PP permitió a la hora de celebrar sus congresos provinciales; la otra es el País Vasco. Mientras en el resto del país se está pendiente de estas reuniones para la renovación de cargos directivos -como en Madrid, Baleares, Valencia o Aragón, por poner varios ejemplos-, Galicia y País Vasco se han podido adelantar a causa de las elecciones autonómicas que «tocan» este otoño.

Buen escenario electoral

En el caso gallego, Feijóo llega a ellas con los deberes hechos: se ha presentado a dos mandatos -el tope que él mismo se fijó- y los ha ganado ambos; y ha renovado los cargos internos en un 75 por ciento. El escenario electoral en Galicia pinta bien para el PP, con un PSOE desarbolado -el candidato oficioso, José Ramón Gómez Besteiro, anunciaba ayer mismo su retirada tras el escándalo de sus nuevas imputaciones-, y unas Mareas también envueltas en conflictos internos. Feijóo aparece como la mejor baza posible, pero él no ha dicho nada aún, y no lo dirá antes de hablar con Rajoy. Pero si el partido se lo pide, aseguran fuentes populares, nadie descarta que sea leal y disciplinado, «como siempre» para un último sacrificio.

A partir de ahí, todo es posible: que encuentre la manera de explicar al electorado porqué vuelve a presentarse como candidato a la Xunta cuando prometió limitarse a dos mandatos; que se presente con el compromiso de no agotar la legislatura; que se decida adelantar las elecciones gallegas para que coincidan con las generales; o que termine dándole la razón a quienes le sitúan como sucesor ideal de Rajoy -en clara competencia con otros nombres que también se barajan, como el de Soraya Sáenz de Santamaría-.