Puigdemont amenazó con declarar la independencia el mismo 1-O si había choques

El tribunal no descarta un careo entre la mano derecha de Trapero y el coronel De los Cobos

Ferrán López declara como testigo en el juicio del «procés» ABC | Vídeo: ATLAS

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Temperaturas altas, baja humedad y mucho viento. En términos forestales, el terreno estaba abonado para el incendio que iba a suponer la celebración del referéndum ilegal y los líderes del «procés» eran conscientes de ello. El expresidente Carles Puigdemont , el exvicepresidente Oriol Junqueras y el exconsejero de Interior Joaquim Forn fueron advertidos en al menos dos ocasiones del escenario de violencia que se preveía el 1-O. Pero lejos de hacer caso al mandato judicial que impedía su celebración, siguieron adelante para «respetar la voluntad popular». Tan claro tenía Puigdemont su objetivo que no tuvo reparos en confesar a sus interlocutores que, si ese día se producía el escenario de confrontación que le pintaban, declararía inmediatamente la independencia.

Quienes estaban al otro lado de la mesa eran los mandos de los Mossos d’Esquadra, entre ellos Josep Lluís Trapero y el jefe de la comisaría superior de coordinación territorial, Ferrán López , quien ha declarado este miércoles en la vigésimosexta sesión del juicio del «procés». Su testimonioha discurrido en la misma línea que el mayor Trapero, al defender la actuación de la policía autonómica el 1-O y poner en marcha la estrategia del ventilador cargando la responsabilidad del operativo de esa jornada también en la Policía Nacional y en la Guardia Civil. Era una actuación conjunta, ha dicho, en la que las parejas de mossos que recorrían los colegios eran parte de un todo, de un plan en el que también estaba prevista la intervención de los otros dos cuerpos.

Como exnúmero dos de Trapero, no se esperaba de él otra cosa que no fuera echar un capote al mayor de los Mossos, pero su testimonio fue creíble, tanto que el tribunal no ha cerrado la puerta a acordar un careo entre el mando policial y el coronel de la Guardia Civil y coordinador del dispositivo policial el 1-O, Diego Pérez de los Cobos. Fue el abogado de Forn, Xavier Melero, quien hizo esta petición ante las contradicciones detectadas entre ambos testigos.

Para descargar la responsabilidad de los Mossos, Ferrán López -que fue nombrado jefe del cuerpo autonómico durante el 155- ha aludido a las dos reuniones (del 26 y 28 de septiembre) en las que Trapero y él mismo advirtieron a los líderes políticos.

«El clima de tensión era evidente, porque se había generado una especie de cuenta atrás. Salimos pesimistas de la primera reunión» y fue precisamente esa sensación la que llevó a Trapero a pedir una segunda cita dos días después, ha explicado López. «No fue para decirles que íbamos a cumplir el auto, eso se daba por descontado. Era ya un tema de cumplimiento de legalidad (…). Los informes hablaban de alta movilización y de una resistencia pasiva. Era más que seguro que el 1-O iba a haber incidentes. El clima de polarización de los dos bandos era crítico. Nos encaminábamos a un escenario de desórdenes y conflicto seguro».

La respuesta de los tres procesados (Puigdemont, Junqueras y Forn) fue la misma, sin fisuras: «Había una voluntad política de llevarlo a cabo y lo harían a pesar de los apercibimientos y las interpelaciones judiciales que estábamos teniendo». Esa advertencia es decisiva para la Fiscalía porque permitiría concluir que los acusados asumieron la violencia como un medio para alcanzar su fin (la secesión de Cataluña a toda costa), un requisito necesario para condenarles por rebelión.

Ferrán López ha defendido sin titubeos el rol de los Mossos en el referéndum ilegal. Atribuyó la responsabilidad del dispositivo del 1-O a todas las policías, incluida la Guardia Civil y la Policía Nacional, «bajo la coordinación de Pérez de los Cobos», quien según él validó hasta los binomios de mossos. Esta tesis supone extender la culpa del plan -y de su incapacidad para impedir el 1-O- a todos los jefes policiales, lo que invalidaría la rendición exclusiva de cuentas del entonces jefe de los Mossos, Trapero, para quien piden once años de cárcel por rebelión en la Audiencia Nacional. Pérez de los Cobos y los antiguos mandos de la Policía Nacional y la Guardia Civil (Sebastián Trapote y Ángel Gozalo) sostienen todo lo contrario, y denuncian que la cúpula de los Mossos les traicionó y construyó a propósito un plan de actuación «ineficaz, inadecuado e insuficiente».

Al explicar los detalles del operativo, Ferrán López ha diferenciado dos fases. Una primera actuación de las patrullas de dos mossos, cubriendo todos los centros de votación, con la intención, dijo, de cumplir la orden judicial y de testar el terreno para la etapa posterior. Y una segunda fase que preveía la actuación de las fuerzas de orden público de la Policía Nacional y la Guardia Civil allá donde fuera necesaria. Pero antes de que empezara a funcionar, a primera hora de la mañana, «la arquitectura del dispositivo se quebró». Esa ruptura, él se la achaca a Pérez de los Cobos, quien señala a su vez a Trapero.

El comisario de los Mossos ha denunciado además que el coronel de la Guardia Civil rechazó establecer un mando único para que todos los jefes policiales siguieran, juntos y en directo, el dispositivo, una medida que, según él, hubiera evitado «todas las suspicacias».

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