coronavirus

Polis para «choros de guardería»: 271.000 sanciones y más de 2.300 detenidos por burlar la cuarentena por coronavirus

Agentes de todos los Cuerpos persiguen ahora delincuentes y caraduras. La Guardia Civil sorprendió a un individuo que trataba de lanzar un paquete por la valla de la cárcel de Tenerife con móviles y hachís

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Individuo detenido junto a la cárcel de Tenerife cuando lanzó un paquete con droga dentro ABC

No son trabajadores esenciales pero no están dispuestos a quedarse en su casa. A miles de agentes de todos los Cuerpos les toca hacer –desde que empezó el estado de alarma– de agentes del orden, como siempre, y ahora también de polis de guardería para frenar a los que se saltan el confinamiento . El catálogo de burdas artimañas parece ilimitado. Un repaso a los detenidos y sancionados de las últimas horas lo ejemplifica.

Un individuo de 25 años intentó lanzar un paquete al patio de la cárcel de Tenerife. Los guardias civiles encargados de la seguridad del centro lo sorprendieron en plena maniobra. El «regalo» para algún interno eran tres móviles con sus cargadores y unos 68 gramos de hachís , con los que pretendía burlar el cerrojazo en las prisiones donde la droga ha dejado de entrar.

En Jerez de la Frontera, otra patrulla detuvo a un conductor en un acceso a la ciudad sin ninguna justificación para el viaje. Al consultar su filiación comprobaron que vive en Ceuta y tiene antecedentes por narcotráfico. Registraron el coche y encontraron 278.000 euros repartidos en bolsas de plástico en un doble fondo . Tampoco pudo explicar el origen ni el destino del dinero.

En ambos casos no solo se saltaron las medidas del Estado de Alarma, sino que cometieron otros delitos. Hasta el día 1 han sido detenidas 2.311 personas y sancionadas otras 270.994. Hay casos que rozan la anécdota y otros el delito . También en las últimas horas, en un control en el aeropuerto de Málaga, la Policía Nacional intervino 140.000 euros a un francés que acababa de aterrizar en un vuelo privado procedente de Suiza. Mintió, titubeó, fue incapaz de justificar de dónde procedía el dinero y además había ocultado una buena parte del efectivo entre las ropas de un menor.

La Guardia Civil y la Policía Nacional se topan a diario con casos de personas que necesitan auxilio y acaban siendo multados o detenidos, según la gravedad del hecho. El penúltimo, un camionero que se había parado por una avería en La Coruña. Era un servicio esencial. Transportaba madera para la producción de celulosa. Se paró antes del control de tráfico y dijo a los agentes que el vehículo perdía aire. Su nerviosimo lo delató. En el motor llevaba instalado un dispositivo que anulaba la señal del tacógrafo (datos de velocidad, distancia, tiempos de descanso y conducción...). Circulaba además con casi cuatro toneladas y media de más de peso .

También en esta provincia, el domingo denunciaron a un ciclista de 82 años que pedaleaba a diez kilómetros de su casa. Cuando los agentes le pidieron explicaciones alegó que había salido a hacer la compra y volvía a su domicilio . Lo acompañaron hasta ese supuesto hogar pero la familia que vive en él aseguró que no le conocía de nada. El doble engaño quedó al descubierto cuando tuvo que admitir su dirección real. «Es que yo todos los domingos salgo con la bicicleta», dijo a los guardias civiles que, una vez más, tuvieron que hacer de «polis de guardería».

Salir a correr o a montar en bicicleta, buscando caminos apartados, son algunas de las escapadas que están provocando muchas intervenciones. Pasear por el campo o tomar el sol en la playa, también. Ninguna de ellas está permitida pero decenas de ciudadanos incívicos se siguen saltando las normas, celebrando cumpleaños, organizando fiestas o abriendo bares por la puerta de atrás como en plena ley seca.

Escupitajos y «youtubers»

En algunos barrios marginales de ciudades como Sevilla, Madrid o Málaga, los agentes de Seguridad Ciudadana tienen que volver un día tras otro porque muchos vecinos salen a tomar el fresco a la puerta cuando no directamente a montar una jarana . Y se enfrentan en todo tipo de lugares, no solo en esos barrios, a individuos que les amenazan con contagiarlos con el coronavirus tanto de palabra como escupiéndoles o tosiéndoles en la cara.

Uno de los casos, dado a conocer por la Guardia Civil, es el de un reincidente de Tenerife que ha sido detenido dos veces en 48 horas. En las dos ocasiones escupió y agredió a los funcionarios mientras les gritaba a ellos y a sus vecinos que tenía el coronavirus y se lo iba a transmitir. En el test que le hicieron en el hospital dio negativo. Se han producido además algunos episodios alarmantes desde los primeros días: fugas de contagiados por Covid-19 de hospitales en pijama y bata . Uno de ellos, con problemas psiquiátricos, llegó de Madrid a Nerja (Málaga) donde fue interceptado.

Las redes sociales también se han convertido en un caladero de incívicos . Hay varios casos de «youtuber» que se han saltado el confinamiento y han salido a la calle para colgarlo en sus canales. Uno de ellos en Málaga fue sancionado por la Policía Nacional tras grabar un vídeo callejero en el que se cuidó de que no se le viera.

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