Lesmes y Catalá descubren la placa por las víctimas del terrorismo
Lesmes y Catalá descubren la placa por las víctimas del terrorismo - EFE

El Poder Judicial rinde homenaje a sus servidores que arriesgaron su vida en la lucha contra el terrorismo

«Queremos una sociedad que mire hacia delante y vea el futuro con optimismo, pero que no olvide», expresó el presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes durante el acto, en el que se colocó una placa en honor de las víctimas

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Coincidiendo con el treinta aniversario del atentado de Hipercor, en el que ETA sesgó la vida de 21 personas y dejó malheridas a otras 45, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) rindió ayer un homenaje a los servidores de la administración de Justicia que durante los años de plomo y sangre de la banda arriesgaron su vida para proteger a los ciudadanos de la amenaza terrorista.

En un acto celebrado en el Tribunal Supremo, al que asistieron Carlos Lesmes, presidente del órgano de gobierno de los jueces y magistrados y del Alto Tribunal; el ministro de Justicia, Rafael Catalá; el presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas; y el fiscal General del Estado, José Manuel Maza, se levantó una placa en honor de las 14 personas que entre los años 1978 y 2001 fueron diana de las acciones terroristas de ETA

y GRAPO en su despropósito por amedrentar al Poder Judicial para que no cumpliese con su función de defensa de los valores democráticos. Jueces y magistrados, fiscales, escoltas y conductores, todos ellos emblema de la libertad y la justicia, fueron reconocidos por su valentía en la lucha antiterrorista.

El Poder Judicial cumplió así «una deuda pendiente» con quienes fueron «objetivo del terror precisamente por servir a la justicia, por trabajar en favor de la convivencia pacífica de la sociedad española», señaló Carlos Lesmes, que pidió perdón a los familiares por no organizar con anterioridad el acto. También afirmó que «no queremos una sociedad desganada ni indiferente. Queremos una sociedad que, por supuesto, mire hacia delante y vea el futuro con optimismo, pero que no olvide. Somos un país excepcional y juntos, unidos, no nos podrán vencer ni quienes alimentan el odio ni quienes menosprecian nuestra forma de convivencia», aseguró.

Pasadas las siete de la tarde y tras descubrirse la placa que preside el vestíbulo del tribunal en un acto celebrado en la más estricta intimidad de los cerca de noventa asistentes, se guardó un minuto de silencio en el Salón de Pasos Perdidos -que otrora hizo las veces de capilla ardiente y cuyos frescos representan a la diosa Justicia-, al que sucedió un emotivo vídeo hilvanado a partir de diferentes imágenes de la vida de las víctimas.

El Tribunal Supremo «es el lugar más indicado» para colocar «el texto de reconocimiento a las víctimas», expresó el fiscal general del Estado, José Manuel Maza, que añadió que «con la ley y el estado de derecho vamos a acabar con el terrorismo». «Ustedes, las víctimas y los familiares, han sido no solo nuestro compromiso sino también nuestra fortaleza», concluyó el jefe de los fiscales.

«Hacer de lo ordinario lo extraordinario»

Unas palabras que contrastaron con las del ministro de Justicia, Rafael Catalá, que aseguró que «este acto lo hacemos en memoria de la justicia y de quienes perdieron la vida por ella. El dolor que ha causado el terrorismo lo hemos sido capaces de superar gracias al trabajo de toda la sociedad. Todos los que habéis sido víctimas del terrorismo sois un ejemplo para nosotros», manifestó.

En un sentido similar se pronunció el presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas, que señaló que el acto «supone un acicate poderoso para seguir trabajando por nuestro estado de derecho». «El terrorismo representa una amenaza diaria a nuestros principios y valores, que no desfallece, que nos compete a todos y frente a la que no podemos mantenernos indiferentes o equidistantes», expresó el recién elegido presidente del TC.

Uno de los momentos más emotivos del acto lo protagonizó Rafael Martínez Die, hijo del magistrado del Tribunal Supremo Rafael Martínez Emperador, asesinado por ETA el 10 de febrero de 1997 cuando se encontraba a punto de entrar en el portal de su casa. «El hecho de que se haya colocado la placa en el vestíbulo de este palacio de justicia supone el reconocimiento de que ellos, las víctimas, supieron hacer de lo ordinario lo extraordinario, constituyendo además un reconocimiento permanente para las nuevas generaciones de juristas», resumió Martínez Die.

Ver los comentarios