Begoña GómezLa mujer que soñó con ser «presidenta»

Begoña Gómez saltó a la fama el día en el que Pedro Sánchez se convirtió en candidato a La Moncloa

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

A lo largo de la campaña de las elecciones del pasado 20-D, Begoña Gómez repitió, casi como un mantra, «nos vemos en La Moncloa» detrás de las cámaras, según miembros de la Academia de Televisión y equipos de las cadenas, tal y como recogió la prensa. Tiempo después, la propia Gómez se despidió de una entrevista a Ana Rosa Quintana invitándole a verse, de nuevo, en La Moncloa, con un «yo estoy preparada. Va a ser lo que va a ocurrir».

El objetivo entonces estaba claro; su marido acababa de alcanzar el liderazgo del principal partido de la oposición y la Presidencia era la meta. Ahora, en plena batalla socialista y tras el batacazo electoral del PSOE en dos elecciones consecutivas, el sillón de la presidencia queda lejano.

Ahora, la dimisión de Pedro Sánchez como líder del PSOE tumban, por completo, este sueño.

Experta en «fundraising»

Esta bilbaína de origen leonés comparte su vida con Pedro Sánchez desde que se conocieron hace más de diez años en una fiesta de amigos en común. Juntos tienen dos hijas, Ainhoa, nacida en 2005, y Carlota, en 2007.

Begoña Gómez, que es algo mayor que el líder socialista, estudió marketing y tiene un máster en Administración de Empresas. En 1999 empezó a trabajar como asesora de entidades y negocios, y se especializó en la captación de fondos para ONGs, fundaciones y entidades sin ánimo de lucro, algo conocido en su gremio como «fundraising». Además, es la directora del Máster en Dirección de Captación de Fondos para el Tercer Sector de la Universidad Complutense de Madrid.

Sin embargo, Gómez era una gran desconocida hasta la mañana del domingo 21 de junio de 2015. Entonces, en el madrileño Teatro Circo Price, su marido fue proclamado candidato a La Moncloa del Partido Socialista. Ella, a diferencia de otras muchas parejas de líderes políticos, subió al escenario junto a él, levantando los primeros recelos en el partido. «Gracias porque cada noche, cuando regreso a casa, su alegría borra mi cansancio; por la comprensión cuando la tarea en que me he empañado me aleja de su lado», afirmó el secretario general del PSOE aquella jornada cuando tomó la palabra.

Meses después, el 18 de octubre, el pabellón donde Pedro Sánchez jugaba al baloncesto de joven enmudeció cuando la presentación pedía «una calurosa bienvenida a Begoña Gómez y al futuro presidente del Gobierno, Pedro Sánchez». Precisamente, muchas voces critican la influencia que Gómez tiene sobre la toma de decisiones del líder socialista y su presencia en los actos públicos, que fue más medida que nunca en la campaña de las elecciones del pasado mes de junio.

La cita con la que el PSOE empezó la carrera electoral del 26-J en la madrileña plaza de Pedro Zerolo también contó con la presencia de Begoña Gómez, que saludó y posó junto a su marido al inicio del acto en el que Sánchez pidió a sus militantes «votar con corazón». Muchos achacan su papel a la táctica del dirigente, y de su equipo, de crear una imagen distinta a la de otras parejas que aspiraban a ocupar la Moncloa. Esta es una de las estrategias más rechazadas entre algunos sectores socialistas, a quienes descoloca el intento de «americanización» de sus campañas que el matrimonio Sánchez-Gómez inició desde la llegada del primero al despacho de Ferraz.

Ver los comentarios