Media docena de guardias civiles trataron de frenar el asalto de 300 subsaharianos a la valla de Melilla

El altercado se saldó con una vítcima mortal y la entrada de 220 inmigrantes

Traslado de los inmigrantes a dependencias policiales de Melilla desde el CETI de la Ciudad Autónoma EFE

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La bomba de relojería que son las vallas de Ceuta y Melilla por la presión migratoria volvió a estallar ayer por la mañana en la segunda de las ciudades autónomas, esta vez con un resultado trágico. Sobre las nueve de la mañana unos 300 inmigrantes, todos ellos de origen subsahariano, asaltaban el perímetro fronterizo melillense por la zona conocida como los Pinos de Rostrogordo. En el suceso perdió la vida uno de los irregulares, que según las primeras estimaciones tenía entre 19 y 21 años, pero además resultaron heridos otros 19 inmigrantes y seis guardias civiles.

Las fuentes consultadas por ABC explicaron que los irregulares aprovecharon un momento en el que había poca vigilancia en el perímetro fronterizo, de modo que apenas una decena de guardias civiles se tuvo que enfrentar a la avalancha de cientos de personas . En estas circunstancias la posibilidad de parar esa marea humana era nula, aunque hay que destacar que en esta ocasión los subsaharianos no emplearon violencia alguna más allá de la fuerza que supone la llegada masiva de cientos de ellos. Al cierre de esta edición el número de «sin papeles» que había conseguido su propósito era de 220, pero la cifra podría aumentar.

Los subsaharianos que lograron entrar en Melilla se dirigieron en grupo hacia el CETI entonando, como ha sucedido otras veces, cánticos de alegría y gritos de «¡boza, boza!» (victoria). Fueron recibidos en el centro por sus compañeros de la misma manera.

El joven que perdió la vida, cuya identidad y nacionalidad se desconocía al cierre de esta edición, fue localizado por la Guardia Civil inmóvil, en el suelo, en las inmediaciones del pantano de las Adelfas, próxima al lugar donde se produjo el asalto. Junto a él había otras tres personas heridas. De inmediato se alertó a la Cruz Roja y los servicios sanitarios intentaron reanimarlo durante unos 40 minutos, sin éxito. Los facultativos certificaron que el cuerpo no presentaba herida alguna, por lo que a falta de la autopsia la muerte pudo producirse por un colapso atribuible a la situación de enorme tensión que se vivió en la zona.

Además de la persona muerta, en total también hay seis agentes de la Guardia Civil que resultaron heridos y 19 inmigrantes que necesitaron asistencia en Urgencias por cortes y fracturas . Algunos fueron dados de alta poco después de su ingreso; otros esperaban a ser examinados, pero ninguno está grave. Las autoridades montaron un dispositivo de refuerzo en Urgencias del Hospital Comarcal para que médicos y personal de enfermería y auxiliares acudiesen a prestar servicio en este servicio hospitalario para atender a los afectados.

La delegada del Gobierno en Melilla, Sabrina Moh, informó en rueda de prensa que la Guardia Civil había desplegado un «refuerzo amplio» de su despliegue en el perímetro fronterizo tras el salto masivo de ayer, uno de los dos más importantes de este año.

Tras la avalancha de inmigrantes, según la delegada, «se activó el protocolo habitual y se pusieron en marcha dos dispositivos de la Policía», uno de ellos en la Jefatura Superior y otro en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) «para proceder a la filiación de estas personas», a las que se tomaron las huellas dactilares y se les preguntó por su país de procedencia. Una vez que estén hechos estos trámites los irregulares recibirán asistencia letrada , como se hace cada vez que se produce un caso similar.

Las fuentes consultadas por ABC explicaron que según los primeros datos, entre los asaltantes que han logrado cruzar la frontera hay varios menores. En cuanto al asalto, precisaron que todo apunta a que los participantes en el mismo estaban ocultos en viviendas de la zona o diseminados en pequeños grupos por los bosques para evitar ser detectados por las Fuerzas de Seguridad marroquíes. Algunas ONG mostraban ayer su temor a que se aplique a los inmigrantes que consiguieron cruzar la frontera, como a otros, el Acuerdo de Readmisión firmado entre España y Marruecos en 1992, lo que supondría su expulsión a ese país en las próximas horas.

Este es el segundo salto masivo a la valla que se produce este año, después del que hubo el 6 de enero, cuando más de 300 inmigrantes trataron de acceder a Melilla y 209 lo consiguieron, también en la zona de los Pinos de Rostrogordo. El anterior salto al perímetro fronterizo tuvo lugar el 11 de septiembre, cuando entraron a Melilla cinco inmigrantes irregulares en un intento protagonizado por un grupo reducido de personas.

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