FUERZAS ARMADAS, CLAVES CONTRA LA PANDEMIA

La lucha sin cuartel de 3.400 militares contra el coronavirus

Desinfecciones, levantamiento de hospitales de campaña, traslado de enfermos o cadáveres y atenciones sanitarias son sus misiones principales para luchar contra l coronavirus

Últimas noticias del coronavirus en España | Casos, altas y fallecidos

Militares de la Agrupación de Apoyo Logísitco 41 del Ejército de Tierra, con base en Zaragoza, vigilan en la Fira de Barcelona un pabellón para albergar a personas en situación de vulnerabilidad EFE

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Si una lección ha revelado la crisis del coronavirus es que cada euro invertido en las Fuerzas Armadas nunca debe ser considerado como un gasto superfluo. La reflexión -interiorizada a modo de arrepentimiento por el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez , en uno de sus discursos- se hace evidente desde hace quince días en España: cuando de repente todo el país se convirtió en un «teatro de operaciones», sin guerra abierta ni enemigo visible pero con un despliegue militar nunca visto por generaciones.

Imágenes de otra época y geografía, como hospitales de campaña para afectados por el Covid-19 o albergues improvisados en el Ifema en Madrid , la Fira de Barcelona , Oviedo o Segovia , se entremezclaban con los «apocalípticos» hombres de mono blanco (militares de la UME o de NBQ del Ejército) en tareas de desinfección minuciosa en estaciones de tren, centros de salud, residencias de mayores, cárceles, parques o vigilancia de centrales nucleares...

Serviam, Guardián... ¡Balmis!

Pudo llamarse Serviam (Servir), Guardián o Escudo protector... pero finalmente, en la tormenta de ideas del Mando de Operaciones del Estado Mayor de la Defensa (Emad) se impuso Balmis, en honor al ilustre (y desconocido) médico militar que impulsó la Real Expedición que llevó la vacuna de viruela a los territorios del imperio español en América y Filipinas (1803-1806).

Remitida la sugerencia al Jemad, posteriormente la ministra de Defensa, Margarita Robles , daba su aprobación al nombre. Era el colofón: nacía así la Operación Balmis (14 de marzo, domingo) . Ya un día antes y a instancias del Gobierno, el Mando de Operaciones, liderado por el general Fernando López del Pozo , había diseñado el despliegue y la «oferta» de capacidades que las Fuerzas Armadas ponían al servicio del Estado, gobiernos autonómicos, ayuntamientos,... a través del Ministerio de Defensa.

La ministra Robles -una de las pocas que está saliendo reforzada políticamente de esta crisis en el Gobierno- lo resumía así en su primera comparecencia ante la prensa, en la que ya tuvo que hacer frente a la negativa del independentista Quim Torra a la operación militar: «Ayudarán a garantizar el derecho a la salud de todos los ciudadanos. Su despliegue será necesario para ayudar en cualquier parte».

La UME haciendo labores de desinfección en la estación de Santiago, Galicia

En definitiva, para servir. Esa era la idea, que coincide con el lema de la Unidad Militar de Emergencias (UME) , utilizada en primera instancia aquel domingo para las primeras operaciones de reconocimiento y «probar» la reacción de la ciudadanía ante un despliegue inédito. En el argot militar es lo que se conoce con la expresión inglesa de «show the flag» (mostrar la bandera).

Desde ese inicio, las Fuerzas Armadas se han mostrado claves en tareas necesarias para que los médicos y personal sanitario se centren en lo primordial: atender a los pacientes de coronavirus. Logísticamente han posibilitado el orden y mejor atención a colectivos vulnerables, además de luchar contra el virus con hipoclorito y peróxido de hidrógeno en zonas de posible contagio masivo.

Jemad, el general «Lunes»

De los iniciales 350 militares en siete zonas del país (domingo 14 de marzo) se pasó a 2.600 de UME, Tierra, Armada y Aire en 48 localidades (jueves 18 de marzo). Ayer, este despliegue contó con su cifra más elevada hasta la fecha: 3.440 militares en 180 localidades, «a los que hay que añadir otros militares sanitarios que están dedicados en cuerpo y alma a la curación de los infectados ingresados en la red sanitaria militar», informó el jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad), general del Aire Miguel Ángel Villarroya .

Este despliegue irá en aumento en lo que respecta a unidades del Ejército de Tierra, Armada y Aire, que tomarán cada vez un papel más protagonista, reservando a la UME para las tareas más especializadas y de reacción rápida, informan también fuentes militares. El Jemad, para el que todos estos días está siendo «lunes», como él mismo se refiere por la titánica labor a la que hacen frente sus soldados , se ha convertido en otra de las revelaciones de la crisis.

El general Villarroya ofrece mensajes directos, de realismo y de optimismo, raras veces vistos en una televisión en España: reclama «disciplina, espíritu de sacrificio y moral de victoria» ; arenga con frases del tipo «en esta guerra irregular y rara que nos ha tocado vivir o luchar, todos somos soldados»; e insiste, «vamos a ganar, no tengan ustedes la menor duda».

Labores de desinfección contra el coronavirus

El apoyo de las Fuerzas Armadas -clave en todos los sentidos, repetimos- se trasluce en las cifras que ofrece a ABC un portavoz del Mando de Operaciones: «Unas 130 residencias de la tercera edad, 27 hospitales o centros de salud y un centro penitenciario desinfectados de media al día. Tres puertos, cuatro aeropuertos y siete estaciones de ferrocarril desinfectados cada semana . También se está contribuyendo diariamente al transporte de pacientes infectados por el virus Covid-19 , así como al traslado de fallecidos al Palacio de Hielo de Madrid (el viernes 27 se trasladaron 83 fallecidos, por ejemplo)».

Son cifras de media diaria o semanal que se unen a otras totales que proporciona la UME , estilete de la intervención: «987 hospitales o centros sanitarios y 1.325 residencias de la tercera edad desinfectadas; 9 montajes de campamentos; 106 transportes logísticos; 1.010 patrullas de presencia; 140 reconocimientos; o 18 actividades de formación, entre otras actividades». El transporte de cadáveres y féretros es otra de las misiones que han empezado a efectuar las Fuerzas Armadas ante el desbordamiento que sufren los servicios funerarios en ciudades como Madrid .

«No solo se están realizando estas acciones, sino que se están ofreciendo numerosos apoyos de distinta índole, como apoyo de material clínico, de material de campamento, apoyo a la instalación y mantenimiento de hospitales de campaña y centros de acogida, apoyo de transporte de material sanitario...», informan también desde el Mando de Operaciones.

Una de las actuaciones más destacadas de las Fuerzas Armadas en estos últimos días fue precisamente la instalación del hospital de campaña de Ifema en apenas 18 horas o la ampliación del hospital de Segovia. Una de las personas clave en ese trabajo fue la teniente coronel María del Pilar Hernández Frutos , de la Brigada de Sanidad del Ejército de Tierra, que fue asesora en el montaje del hospital de campaña en Ifema, en coordinación con el Mando de Ingenieros.

Unidades de cuidados intensivos móviles y fijas para los casos de coronavirus más críticos , cientos de camas para enfermos, zonas de catering o ambulancias militares integradas en servicios de salud son algunas de las capacidades con las que las Fuerzas Armadas también refuerzan a los hospitales , además de tiendas de campaña, aseos higiénicos, agua potable o duchas.

«Además aportamos un plan B por si se va la electricidad en esas instalaciones a las que acudimos, una tarea logística muy importante también», explica la teniente coronel Frutos. «La Brigada de Sanidad está completamente implicada. Estamos todos a una en una situación no vivida en muchísimo tiempo salvo conflictos bélicos. Estamos ahí, estamos detrás, somos cientos, somos miles para apoyar a los ciudadanos», concluye la teniente coronel experta en levantar hospitales de campaña donde se le requiere.

El Centro Militar de Farmacia de la Defensa, con sede en Hoyo de Manzanares (Madrid), también es otro de los pilares de Defensa en la lucha contra el coronavirus. Elabora solución desinfectante (con producción aproximada de 800 litros/día); paracetamol en cajas de 20 cápsulas; o antiviral Ribavirina (aproximadamente 600 ampollas al día).

El general del Aire Francisco González-Espresati es el responsable del Mando Componente Aéreo para ejecutar las acciones dentro de la Operación Balmis. Entre 20 y 25 personas coordinan todas las actividades aéreas en apoyo a la población civil, militares y fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Un ejemplo más de la unidad de todos los ejércitos ante «una situación que ha superado a la nación y todo debemos poner de nuestra parte». Es la Operación Balmis.

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