Juicio del procés

«Nos lanzaban piedras que no cabían en una mano»

Guardias civiles que intervinieron el 1-O relatan ante el tribunal del «procés» la violencia sufrida en los centros de votación

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Los guardias civiles que han testificado este martes en el juicio del «procés» han continuado relatando ante el tribunal las trabas que se encontraron en los centros electorales cuando el 1 de octubre intervinieron para impedir la celebración del referéndum, en cumplimiento del mandato judicial.

Gritos, insultos, forcejeos, patadas, escupitajos... Los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad desplegados desde Madrid se encontraron con un escenario de «agresividad y hostilidad» que se tradujo en incidentes violentos que llevaron a no pocos agentes a tener que pedir bajas laborales por lesiones.

«Nos lanzaban piedras que no cabían en una mano», ha señalado un cabo primero de la Guardia Civil que intervino en el pabellón municipal de San Carlos de la Rápita (Tarragona). El agente ha relatado cómo la multitud les increpó cuando la comisión judicial abandonó el local con urnas en la mano. Fue en ese momento cuando alguien lanzó una moneda que impactó en la cara del testig o, a apenas unos centímetros del ojo. Una vez en los coches, los manifestantes les persiguieron lanzándoles piedras que cogían de una rotonda.

Quien también salió mal parado, en su caso tras su intervención en el colegio Manuel de Castellví i Feliu en Vilabella (Tarragona) fue el guardia civil al que el cumplimiento del mandato judicial le costó la fractura de un dedo roto. Fue cuando intentó separar a la multitud que formaba una cadena con los brazos entrelazados y la persona con la que interactuaba le enganchó el dedo torciéndoselo. Estuvo cuatro semanas con una férula y cinco meses de baja.

Peor suerte corrió otro agente que intervino en el instituto Antonio Ballester en San Mont-Roig del Camp (Tarragona) y quien ha asegurado que, en referencia a la multitud congregada, «cuando llegamos nos estaban esperando». El testigo recibió una patadapor la que tuvo que ser intervenido quirúrgica. Perdió una uña y la movilidad del dedo y estuvo 152 días de baja.

«Salí corriendo: temí por mi integridad»

Otros agentes que han testificado intervinieron en el centro de votación que se instaló en el ayuntamiento de Garrigas, un municipio de Gerona. Uno de ellos abandonó el local a la carrera después de recibir una agresión. «Salí corriendo: temí por mi integridad física. El sentimiento de miedo lo tenía bastante presente », ha relatado el agente, un cabo de la Guardia Civil. El golpe lo recibió cuando trataban de salir del interior del centro con el material incautado. En un momento dado, el cordón de seguridad quedó desprotegido porque otro policía perdió el equilibrio y fue aprovechado por un señor «bastante corpulento», según la descripción del guardia civil. «Me dio un puñetazo con un manojo de llaves».

Otro guardia civil que actuó en el mismo centro ha relatado que los militantes independentistas formaron dos líneas: desde la segunda se gritaban consignas políticas, mientras desde la primera les insultaban. Este testigo, que sufrió un golpe en la tibia, ha asegurado que les persiguieron «hasta los mismos vehículos».

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