Agentes de la Policía Nacional en las inmediaciones de la cabaña situada en el barrio de Vallecas donde se reunían
Agentes de la Policía Nacional en las inmediaciones de la cabaña situada en el barrio de Vallecas donde se reunían - EFE

El juez excarcela a los arrestados por supuesto yihadismo que exhibieron un falso kalashnikov

Argumenta que no existen datos que avalen que los detenidos eran yihadistas radicales

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El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ha liberado este miércoles a los dos arrestados el pasado 29 de diciembre por supuestamente enaltecer el yihadismo y disponer de armas de guerra. El magistrado asegura que todos los indicios que situaban a los dos arrestados, de 18 y 25 años, como dos yihadistas radicales «se han desvanecido», según han informado fuentes jurídicas. Ambos fueron detenidos en el barrio madrileño de Moratalaz y el juez les encarceló a petición de la Fiscalía de la Audiencia Nacional.

Los dos arrestados, Edrissa Ceesay y Samir Sennouni, a quienes los investigadores policiales describieron como «extremadamente peligrosos», quedan en libertad, pero deben aportar al juez un teléfono móvil para estar localizados y transmitir cualquier cambio de domicilio.

Estas medidas cautelares buscan que no entorpezcan la investigación. Los dos siguen investigados.

El juez incluye, en el auto en el que acuerda esta decisión, «todas las diligencias de investigación practicadas así como las observaciones telefónicas que no coayudan a estimar la existencia de un delito de terrorismo, ya sea por enaltecimiento o por amenazas». Pedraz explica que los «indicios» que apuntaban a que los dos «tenían un corte yihadista se han desvanecido». Fuentes de la investigación consultadas por ABC les definen como «delincuentes comunes».

«En las investigaciones no se observa momento alguno en el que los investigados profesen aquella ideología», relata el juez, en alusión al yihadismo. El magistrado añade que la tesis de que los dos arrestados «hubieran sido adoctrinados» por un imán que les radicalizaba en el parque de Valdebernardo, en Vicálvaro, «no aparece ya siquiera mínimamente acreditada». El juez atribuye esta tesis a Manuel Mohamed Rodríguez Mniri, alias Lolo, un colaborador de la Policía Nacional quien compareció ante la Guardia Civil para relatar la supuesta radicalización de los dos detenidos. Un informe de la Guardia Civil describe a Lolo como «una personalidad perturbadora, inteligente y manipulador».

Pedraz también concluye que las supuestas intenciones de los arrestados de comprar nuevas armas, entre ellos un kalashnikov AK-47, estaban «mediatizadas» por el mismo Lolo, pues él les puso en contacto con el agente encubierto que les ofreció armas. El agente encubierto y todos los investigados, menos Lolo, niegan la compra.

El juez resta importancia a los vídeos en los que los arrestados supuestamente enaltecían el terrorismo. En uno de ellos aparecían con un kalashnikov AK-47, que luego resultó ser falso, entre proclamas árabes. Pedraz asegura que estos vídeos no han tenido «publicidad» y que no «responden a la tipología yihadista».

Aun así, en los cinco registros practicados por la Brigada Provincial de Información de Madrid, los agentes incautaron cinco cargadores vacíos de arma larga y 37 cartuchos del calibre 7,62 mm, el que necesita el kalashnikov, y una funda de arma larga (todo ello en «la cabaña», el lugar del parque donde rse reunían). Uno de los cinco cargadores se halló en un contenedor cercano a la vivienda de uno de los dos arrestados, gracias a la colaboración ciudadana.

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