Iglesias escenifica unidad con Sánchez tras meses de escarnio y defiende su pacto
El líder de Podemos agradece a Junqueras su trabajo «desde prisión» por el «acuerdo y el diálogo»
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Olvidados quedan los reproches de PSOE y Unidas Podemos (UP). Superada está aquella alusión de 2016 de Pablo Iglesias sobre que en el PSOE tienen «las manos manchadas de cal viva». También la profunda desconfianza que frustró el acuerdo de junio. UP ha mudado de piel tras un lustro de vida. Ayer llegaron los aplausos, las loas entre los socios de la moción y un Iglesias defensor del candidato Pedro Sánchez y de su pacto . Ambos escenifican unidad y actúan como si ya fueran un Gobierno de coalición.
El líder de Podemos, que sirvió de enlace con el independentismo catalán y vasco en las negociaciones, aprovechó su discurso para reconocer a los presos del «procés» –una referencia velada a Oriol Junqueras, con quien mantiene buena relación– y a los secesionistas «en el exilio» su voluntad de facilitar la investidura. «Me consta que algunos han trabajado desde la prisión por el acuerdo y el diálogo, y desde esta tribuna quiero darles humildemente las gracias», expresó.
Palabras que arrancaron los aplausos del grupo parlamentario de ERC, con la excepción de su portavoz, Gabriel Rufián , con quien Iglesias mantiene una relación política más fría tras varios encontronazos en la Cámara. Al contrario, despertaron malestar en Partido Popular, Vox y Ciudadanos. «Ustedes, señores de la ultra derecha y de la ultra-ultra derecha, antes que españoles, son reaccionarios», les dijo.
«Adelante, presidente»
Iglesias y el grupo confederal protegieron con insistencia la coalición. El líder, en su discurso; los diputados, con fuertes aplausos a Sánchez. Si los números no le fallan al PSOE, el martes Iglesias se convertirá en vicepresidente segundo . «Estarás al frente de una coalición progresista histórica, para nosotros es un honor caminar junto a vosotros, sí se puede. Adelante, presidente», agredeció a Sánchez, y avanzó que el Ejecutivo «tendrá muchos enemigos».
Algunos, continuó Iglesias, «económicos» y hasta «togados que pondrán por delante su ideología reaccionaria frente al derecho». Contra esa «derecha», Iglesias manifestó con discurso maniqueo que la coalición tendrá que «defender la democracia con la ley».
Antes de volver a su butaca, calculó la escena para la fotografía: choque de manos con el candidato Sánchez , cara de cero rencores y más felicitaciones al –para él ya– «presidente». Fue el primer retrato de la bicefalía que se consumará en la segunda votación del día 7.
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