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Oscar del Pozo

Iglesias blinda poco a poco su posición

El secretario general ha culminado este fin de semana una estrategia de refuerzo de su posición interna que mezcla decisiones meditadas con rápidas reacciones ante la coyuntura. El contrapeso de Errejón es potente en Podemos, pero Iglesias ha dado pasos para dificultar que en el corto plazo una candidatura de peso pueda hacerle frente como líder

Madrid Actualizado: Guardar
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El pasado viernes Podemos organizó un acto en Madrid originalmente estaba concebido como un encuentro del secretario general con los círculos de la formación en Madrid. Pero el acto se convirtió en una demostración de fuerza de Iglesias como único líder posible de Podemos. Pese al creciente peso mediático de Errejón, los partidarios de sus tesis y su mejor aceptación más allá de las fronteras de Podemos, la realidad es que Iglesias ha ido tejiendo un liderazgo difícil de combatir. Todavía es una incógnita si en la Asamblea que el partido celebrará en el primer trimeste del próximo año habrá una candidatura alternativa, pero Errejón siempre ha negado que vaya a dar ese paso.

Cese de Sergio Pascual

El 15 de marzo de 2016 se recordará siempre en Podemos.

Ese día se hizo imposible ocultar que existía un enfrentamiento entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón. El secretario general cesaba fulminantemente a Sergio Pascual como secretario de Organización. El responsable del despliegue territorial del partido era mucho más que eso. Se trataba del principal apoyo orgánico de Errejón, que reconoció «no compartir» la decisión después de guardar silencio durante una semana. Aquel día cobraron sentido otros movimientos, como el sucedido unos días antes en la dirección del partido en la Comunidad de Madrid, donde diez consejeros autonómicos afines a Errejón dimitieron para intentar forzar una gestora que acabase con el liderazgo de Luis Alegre, muy cercano a Iglesias.

Echenique, el relevo

En todo este proceso para reforzar su liderazgo, la apuesta de Pablo Echenique como nuevo secretario de Organización se presenta como fundamental. «Hay muchos elementos que mejorar.Se abre una nueva época en Podemos», señaló Iglesias el día que anunció su apuesta por el dirigente aragonés. El secretario general destacó aquel 18 de marzo que una de las causas de la elección de Echenique era su «enorme prestigio entre los círculos y las bases». Asociarse a su imagen solo podía traer réditos provechosos. Con ese movimiento Iglesias eliminaba un gran apoyo a Errejón en la cúspide de la pirámide del partido. Y en la misma jugada ganaba un aliado con aceptación mediática y que le fraguaba una alianza de facto con Teresa Rodríguez, líder del partido en Andalucía. Y con ella todo el sector de la antigua Izquierda Anticapitalista. Tanto Rodríguez como Echenique plantearon una propuesta alternativa a Iglesias en la Asamblea fundacional de Vistalegre. Los antiguos enemigos se convertían en aliados. Ese pacto será clave en el futuro inmediato.

Mayoral y Montero

No hay duda de que Íñigo Errejón sigue siendo el rostro más mediático de Podemos después de Iglesias, pero ya no es el único. Hay al menos otros cuatro dirigentes con un peso mediático parejo al de Errejón en los medios de comunicación. Y todos ellos son fieles al secretario general. Uno es el portavoz en el Senado, Ramón Espinar. Pero los más relevantes son Irene Montero y Rafael Mayoral. Los dos, junto a Echenique, forman el núcleo de dirección clave para Iglesias, del que forman parte también en diputados como Juanma del Olmo.

La soledad de Errejón

Mientras en un Consejo Ciudadano (80 miembros), en una Asamblea o en unas primarias es más difícil calibrar los apoyos, en el desarrollo del partido en el día a día y en la proyección de los mensajes Iglesias cuenta con más partidarios.

Errejón cuenta con gran predicamento en el partido, pero tras la defenestración de Pascual, el secretario político no cuenta con apoyos que gocen de predicamento en los medios, lo que agranda la sensación de aislamiento. La dirección del País Vasco, con Nagua Alba a la cabeza, o la valenciana con Antonio Montiel pero especialmente con la diputada Ángela Ballester son los principales apoyos de Errejón.

Pacto con Izquierda Unida

El acuerdo electoral con Izquierda Unida que dio lugar a Unidos Podemos fue un empeño de Pablo Iglesias, que demostró forzando este pacto su amplia capacidad para tomar decisiones. Errejón siempre defendió que la suma debía hacerse de otra manera, contando con personas que se incorporasen al proyecto de manera individual o con acuerdos puntuales en algunos territorios. Aunque el fiasco electoral del 26-J pareció darle la razón, se evitó manifestar un diagnóstico concreto al respecto. Iglesias defende ahora ir más allá de la alianza electoral.

Izquierda Anticapitalista

El acercamiento a Izquierda Anticapitalista vive ahora un segundo episodio. Tras el acercamiento con Echenique y Rodríguez, Iglesias ha decidido que si Podemos debe desmantelar el modelo organizativo de máquina electoral será para crear un partido con «control militante», siguiendo los postulados programáticos del sector. Iglesias los necesita para retener el control.

Las bases

El discurso de Iglesias se ha caracterizado en las últimas semanas por una apelación constante a las bases y a la mejora de la actividad del partido en la calle. En contraposición con el mayor énfasis de Errejón por reforzar el trabajo institucional. La estrategia de Iglesias genera refuerzos internos, la de Errejón le da mejor prensa. Pero al secretario general lo eligen lo militantes.

Crisis del PSOE

Lo sucedido en la dirección socialista ha regalado a Iglesias la posibilidad de reforzar sus posiciones asegurando que su actitud dura con el PSOE, que levantó críticas, era la estrategia adecuada.

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