Mariano Rajoy junto a los principales líderes europeos y Barck Obama en la cumbre organizada en Berlín para despedir al presidente de EE.UU.
Mariano Rajoy junto a los principales líderes europeos y Barck Obama en la cumbre organizada en Berlín para despedir al presidente de EE.UU. - EFE

La nueva agenda exterior de España: más peso en Europa, Iberoamérica y el Magreb

El Ejecutivo abordará en la UE una política activa en la negociación del Brexit, en el dossier migratorio y en la integración de la Defensa europea

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Epaña ha pasado de ser catalogada en Europa y otras regiones del mundo como un problema, a ser vista como un país que tiene ante sí la oportunidad de reactivar su proyección exterior en el ámbito comunitario y también en las zonas que tradicionalmente han configurado sus prioridades: América Latina y el Norte de África.

El largo periodo de incertidumbre política vivido este año alejó la voz de España del concierto internacional e hizo que muchos países eludieran contar con la opinión de un Gobierno en funciones, que podía ser sustituido por otro de signo diferente.

La realidad es que ahora España puede presentarse como un Estado en el que las mareas populistas no han provocado crisis de envergadura, como sucedió en el Reino Unido, con el triunfo del Brexit, o, más recientemente, con Italia, con la derrota de Mateo Renzi en el reférendum para la reforma constitucional que convocó.

Posición inmejorable

Esos dos acontecimientos –el anuncio de desconexión británica y la inestabilidad abierta en Italia– sitúan a España en una inmejorable posición para ganar influencia en Europa, especialmente si la canciller alemana, Angela Merkel, consigue seguir en el poder, y el candidato de la derecha moderada francés, François Fillon, logra llegar al Elyseo.

En el ámbito europeo, Madrid puede formar con Berlín y París el frente que reactive el proceso de construcción europea, en los tres asuntos que se presentan como más inmediatos: la futura negociación con el Reino Unido para su salida de la UE; el problema de la presión migratoria y los refugidos; y la política de defensa.

Brexit

En la cuestión de Brexit, de la que acaban de hablar en Madrid el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el negociador europeo, Michel Barnier, España asegura que mantendrá una posición constructiva, prestando atención a puntos concretos que le afectan, como el de Gibraltar.

Sin embargo, el Gobierno no quiere que el Brexit ocupe todos los esfuerzos de la Unión Europea, que tiene también que afrontar el serio problema de la inmigración y los refugiados. En este capítulo, España ha conseguido ya que se abra camino la adopción de una política que nuestro país puso en marcha desde hace ya unos cuantos años con los Gobiernos africanos, con acuerdos que compaginan las medidas de retorno con las de cooperación.

España seguirá insistiendo en que la UE profundice en esta política, que la canciller Merkel puso como ejemplo recientemente en Berlín ante el presidente de Estados Unidos, Barack Obama. A nivel español, el interés por África se puede concretar en la recuperación en el Ministerio de Exteriores de una Dirección General para la zona.

En cuanto a la política europea de defensa, España quiere estar, junto a Alemania y Francia, en la vanguardia de la integración, que se considera más necesaria aún, ante las exigencias del próximo inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, de un mayor compromiso de los socios europeos de la OTAN.

En el marco bilateral, España tiene pendientes la celebración de un buen número de cumbres con países europeos, que no han podido tener lugar este año y para las que se buscan fechas en el próximo. Posiblemente la más inmediata deba ser la hispano-francesa, antes de que el vecino del Norte se enfrasque la próxima primavera en la celebración de las elecciones presidenciales.

En cuanto a Alemania, Merkel y Rajoy parecen sentirse más cómodos celebrando encuentros en un ambiente distendido y sólo acompañados por miembros de sus equipos más cercanos, como sucedió en verano de 2014 en Santiago de Compostela y un año después en el castillo de Meseberg.

Esas citas debería tener lugar este año en España, lo mismo que las cumbres con Italia, que, dada la inestabilidad que vive ese país, no será en los primeros meses; y con Portugal, aunque para esta última se utilizará una fórmula novedosa, que es comenzar en suelo español y terminar en suelo portugués, en torno al Duero.

Más difícil es cerrar cumbres bilaterales pendientes con Polonia, que tiene algunos problemas de orden interno en estos momentos, y, sobre todo, con Turquía, dada la situación creada tras el intento de golpe de Estado.

Marruecos y Argelia

Hay también pendientes sendas Reuniones de Alto Nivel (RAN) con Marruecos y con Argelia, los dos colosos del Magreb, con quienes la colaboración es estrecha, a nivel económico y político y, especialmente, en la lucha contra el terrorismo yihadista.

Con Marruecos, está pendiente de concretar, además de esa RAN, un viaje de Sus Majestades los Reyes, ya que es el único de los países vecinos a los que Don Felipe y Doña Letizia no han realizado una visita de Estado, como sí sucedió con Francia y Portugal.

El papel de los Reyes en la política exterior española se reactivará en 2017, después de que este año tuvieran que ser suspendidas sendas visitas de Estado al Reino Unido y a Japón y Corea del Sur, para las que, sin embargo, no resulta fácil encajar ahora las agendas.

Lo mismo sucedió con el viaje a Arabia Saudí, aplazado en dos ocasiones,y para el que se busca una nueva fecha, ya que, entre otras cosas, de esa visita depende la firma de un importante contrato de más de 2.000 millones de euros para la venta de cinco corbetas a la Marina saudí por parte de Navantia. Además, hay otros posibles destinos, como Qatar, o el polémico de Cuba, que puede ser prematuro si los acontecimientos en la isla no evolucionan adecuadamente.

América Latina

Sin duda, si hay una zona del mundo a la que España no puede dejar de prestar una atención especial es América Latina. Mariano Rajoy, forzado estos años a ocuparse de la crisis económica, no se ha prodigado en visitas bilaterales a los países iberoamericanos, algo que sí hicieron sus antecesores Felipe González o José María Aznar.

La mirada se pone sobre todo en Brasil y Argentina, que podrían ser objeto de una gira de Rajoy a lo largo del año próximo. No obstante, antes de que eso suceda, será el presdidente argentino, Mauricio Macri, quien visite España en el mes de febrero, aprovechando que Arco2017 tendrá a Argentina como país invitado.

Otro país de la región al que podría desplazarse el jefe del Ejecutivo es Perú, donde hay un nuevo presidente, Pedro Pablo Kuzynski, y que para España tiene un gran interés, lo mismo que Colombia, cuyo presdidente, Juan Manuel Santos llega este martes a Madrid.

Estados Unidos

Una de las grandes incógnitas es la relación con Estados Unidos, no tanto por lo que afecta a los compromisos ya existentes entre Madrid y Washington, que no van a verse afectados, como por la personalidad del nuevo mandatario norteamericano.

España ya está manteniendo discretos contactos con el equipo de Trump, entre otras razones, por si fuera posible un encuentro con Rajoy, que el día 20 estará en Nueva York, para presidir un debate del Consejo de Seguridad de la ONU. Nuestro país abandonará el día 31 el Consejo, tras dos años como miembro no permanente.

Asignatura pendientes de Rajoy es también viajar a Oriente Medio, pese a lo cual no será algo prioritario, hasta ver cómo aborda el conflicto la Administración Trump.

En cuanto a Asia, se trabajará con la idea de intentar que el presidente chino, Xi Jinping, o los primeros ministros de Japón, Shinzo Abe;y de India, Narendra Modi, visiten España aprovechando que en julio deben viajar a Europa para la cumbre del G-20 en Hamburgo.

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