Joanes Larretxea y Beñat Aginagalde, en el juicio
Joanes Larretxea y Beñat Aginagalde, en el juicio - EFE

Un ertzaina señala al asesino de Carrasco como el etarra que mató a Ignacio Uría

La Audiencia Nacional juzga a dos terroristas por asesinar en 2008 al empresario en Azpeitia

Madrid Actualizado: Guardar
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Asesino de ETA y alumno de Medicina, Beñat Aginagalde fue señalado ayer martes por un agente de la Ertzaintza como el etarra que descerrajó tres disparos al empresario Ignacio Uría, asesinado por ETA en Azpeitia el 3 de diciembre de 2008. El agente que practicó el atestado policial identificó ayer en el juicio oral a Aginagalde como el autor material de los disparos, informaron fuentes jurídicas presentes en la sala.

Aginagalde, que entonces tenía 23 años, también fue condenado a 32 años de cárcel por asesinar en Mondragón al edil socialista Isaías Carrasco. Fue el 8 de marzo de 2008, unos meses antes. La Audiencia Nacional -que ya condiseró culpable del asesinato de Uría al etarra Manex Castro- empezó ayer a juzgar a Aginagalde y a Joanes Larretxea, el terrorista que le acompañó y ayudó a escapar, por estos hechos.

Cinco etarras del comando Ezuste, muy activo entre octubre de 2008 y febrero de 2009, supuestamente planearon en común y ejecutaron el asesinato.

Los dos acusados, para quienes la Fiscalía pide 59 años de cárcel y la AVT 60, se negaron a declarar. En la vista, que se retomará mañana, testificó Castro, quien aseguró que sus palabras delatoras las expresó «bajo torturas y amenazas», y alegó que no recordaba nada. El fiscal, que evidenció sus contradicciones, le cuestionó si había perdido la memoria por un accidente.

Los dos terroristas acusados localizaron a Uría pasados cinco minutos de la una de la tarde. Era fácil: Ignacio estaba donde siempre: entre el bar Kiruri y las oficinas de su empresa, «Altuna y Uría», que trabajaba para llevar el AVE al País Vasco. Uno de los dos etarras -Aginagalde según los agentes- se acercó camuflado bajo una barba postiza, y le disparó a bocajarro.

Ignacio Uría tenía 70 años, cinco hijos y era natural de Azpeitia, el corazón de Guipúzcoa. Allí le mató ETA, a tan solo 40 kilómetros de Hernani, el municipio en el que nació Aginagalde.

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