Pere Pujol Ferrusola, hijo del expresidente catalán Jordi Pujol, a su llegada a la Audiencia Nacional
Pere Pujol Ferrusola, hijo del expresidente catalán Jordi Pujol, a su llegada a la Audiencia Nacional - EFE

Un empresario insiste en que Pujol Ferrusola intermediaba sin contratos por escrito

Jordi Pujol hijo cobraba comisiones, «por debajo del precio de mercado», para descubrir oportunidades a empresarios

Madrid Actualizado: Guardar
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El juez sigue tratando de averiguar de dónde procede el dinero que cobró Jordi Pujol Ferrusola, el hijo mayor de Jordi Pujol, un comisionista que descubría oportunidades de negocio a empresarios, siempre sin contratos por escrito, sin ningún papel. Así lo ha relatado este lunes en la Audiencia Nacional otro empresario, el presidente de la constructora Copisa, José Cornado, que ha declarado imputado ante el juez José de la Mata por el blanqueo que supuestamente cometió la familia Pujol con su fortuna.

La investigación sospecha que Pujol Ferrusola, conocido como «Junior», cobró 3,5 millones de euros de la constructora Copisa, unos pagos que el consejero delegado de la empresa, Xavier Tauler, explicó como compensaciones legales por la intermediación de «Junior» para conseguirles negocios.

Cornado, en cualquier caso, se ha desligado de estas comisiones al explicar que él que llevaba el negocio diario era Tauler. Él, como presidente del grupo, marcaba la estrategia general.

Pujol Ferrusola se ofreció como intermediario en unas 30 o 40 operaciones

El empresario, quien ha expresado que si Tauler aprobó los contratos entiende que Pujol Ferrusola «habría hecho sus trabajos de intermediación», según fuentes jurídicas presentes en el interrogatorio, ha explicado que el hijo de Jordi Pujol solo se dedicó a dicha intermediación y que nunca hubo asesoramiento, a pesar de que en algunos veces se conceptuase de esa manera. Pujol Ferrusola se ofreció como intermediario en unas 30 o 40 operaciones, pero solo se concretaron unas 10, ha afirmado, según las mismas fuentes.

Al presidente de Copisa, quien dijo que no trató con Pujol Ferrusola, le ha sorprendido que los empresarios con los que contrató Copisa gracias a a sus servicios negaran conocerle cuando declararon como testigos. Preguntado por el juez, Cornado ha reaccionado con ironía: «Cojons, ahora parece que nadie conocía a Pujol Ferrusola». También ha señalado que «Junior» cobraba comisiones de entre el 1 y el 3%, por un precio incluso más bajo del que se movía en el mercado.

Además de a Cornado y su mujer, también propietaria de Copisa, el juez ha interrogado al empresario y vicepresidente del Barcelona Carles Vilarrubí, que fue socio de un restaurante que recibió un pago de 50 millones de pesetas en 1998 ingresado por Pujol Ferrusola. Vilarrubí, imputado también por blanqueo, ha explicado que entró en el capital de Restaurante Cerdaña S.L. para ayudar a sacarlo a flote por amistad con el dueño, pero que nunca tuvo funciones ejecutivas.

Vilarrubi y otras tres personas compraron el 10% del restaurante en 1993, formaron parte del consejo de administración como asesores y en 2010 vendieron las acciones. El empresario ha insistido, además, en que el movimiento de esos 50 millones tuvo lugar cuando el consejo de administración ya se había disuelto, en 1998. Ha asegurado que desconocía el ingreso del dinero y la operación que tuvo lugar.

También ha declarado como testigo una directiva de la firma internacional de BBVA, quien ha sido cuestionado por una compra de preferentes que realizó Pujol Ferrusola a una sociedad vehicular del banco en las Islas Caimán. La banquera, Izaskun María Otegi, ha declarado que la operación fue legal, bajo la supervisión del Banco de España y que desconoce de donde venía el dinero de Junior.

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