El pacto del Majestic del PP con CiU llevaron a Aznar a La Moncloa
El pacto del Majestic del PP con CiU llevaron a Aznar a La Moncloa - ABC

Cuando González y Aznar tuvieron que pactar sus investiduras

Aunque en la historia democrática española no existe ningún Gobierno de coalición, sí que ha habido acuerdos para formar Gobierno y asegurar la estabilidad parlamentaria

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La constitución de Cortes escenificó este martes que Mariano Rajoy cuenta con más apoyos que los que se sabía. Una vez más, los partidos nacionalistas e independentistas vuelven a ser clave para permitir la gobernabilidad en el Congreso. Cada uno con sus intereses, controlan hasta 25 escaños que pueden llevar al gobierno a los populares por segunda vez. Desde la Transición se han producido dos acuerdos de investidura y legislatura que permitieron gobiernos con mayorías parlamentarias en 1993 y 1996, un pacto preelectoral (fracasado) en el año 2000 entre PSOE e IU y un pacto de legislatura (simbólico) entre el Partido Popular y Coalición Canaria en el año 2000, cuando los primeros consiguieron su primera mayoría absoluta. Con la nueva Ley Electoral y el reparto de escaños, los partidos nacionalistas se conviertieron en figuras clave y, muchas veces, imprescindible, del escenario político y la gobernabilidad en España.

En 1993, aunque el PSOE de Felipe González volvió a ganar las elecciones por cuarta vez consecutiva, perdió la mayoría absoluta del la que disfrutaba hasta entonces, quedándose a 17 escaños de la misma, con 159. Los socialistas negociaron el apoyo de los nacionalistas vascos y catalanes, aunque solo estos últimos le dieron su apoyo. El acuerdo con Izquierda Unida, que obtuvo 18 escaños, hubiera sido suficiente, pero se descartó porque sus programas no coincidían. Sí que se produjo, en cambio, un acercamiento con Convergència i Unió (CiU). Los nacionalistas catalanes votaron «sí» a la investidura y apoyaron puntualmente algunas políticas durante la legislatura, pero recharazon un pacto formal con un gobierno de coalición con convergentes dentro del gabinete.

También el PSOE llamó a negociaciones al Partido Nacionalista Vasco (PNV), que había logrado 5 escaños y a quienes los socialistas llegaron a ofrecer incluso la cartera de Industria. Votaron «sí» a investir como presidente a González aunque no entraron en su Ejecutivo, alegando que «la situación no está madura para una fórmula de ese tipo».

Felipe González ofreció al PNV la cartera de Industria

Felipe González consiguió su cuarta investidura en primera vuelta, al superar la mayoría absoluta con 181 votos a favor (159 del PSOE, 17 de CiU y 5 de PNV), 165 en contra (141 del PP, 17 de IU, 4 de CC, uno de ERC, uno de UV y uno de EA) y una abstención, del PAR.

El Gobierno de González, que tenía que negociar con los nacionalistas, cedió el 15 por ciento del IRPF a las comunidades autónomas, y, entre otras cosas, imposibilitó con los votos convergentes constituir una comisión investigadora de la trama GAL en el Congreso. Los catalanes, al no apoyar los Presupuestos Generales de 1996 pusieron fin a la colaboración con los socialistas y solicitaron nuevas elecciones, en las que se converterían también en decisivos en la investidura.

Cambio de ciclo con Aznar

El Partido Popular ganó por primera vez las elecciones el 3 de marzo de 1996, pero se quedó a 20 escaños de la mayoría absoluta. Se convertía en necesaria, de nuevo, la vía del diálogo y del pacto para asegurar la gobernabilidad. Aznar buscó el apoyo de CC, PNV y CiU. Con los primeros, la negociación fue sencilla.

«El pacto con CiU fue por necesidad. El del PNV, por elección»
José María Aznar

«Coalición Canaria nos había ofrecido su apoyo en cuanto ganamos las elecciones. Con sus cuatro escaños y los diecisiete de CiU, teníamos garantizada la investidura. Sin embargo, decidimos buscar también el apoyo del PNV. Lo hicimos por una cuestión de conveniencia política. Queríamos romper el cerco nacionalista a escala nacional y ganar protagonismo en el País Vasco», escribió posteriormente Aznar en «Memorias I».

«González estaba convencido de que no seríamos capaces de alcanzar los acuerdos necesarios para garantizar la gobernabilidad de España y de que, aunque los alcanzásemos, seríamos incapaces de mantenerlos», rememora el exlíder popular sobre las expectación que provocaba la formación de Gobierno.

El expresidente recuerda que los pactos con CiU y PNV no fueron iguales. «El primero fue por necesidad. El segundo, por elección. CiU tenía unos objetivos más abiertos, que fue definiendo a medida que avanzaban las negociaciones. El PNV tenía muy acotado lo que le interesaba. Pero en los dos casos ambas partes quedamos satisfechas».

Con CiU las negociaciones se cerraron el 26 de abril, en el pacto conocido como del Majestic, por el hotel en el que se clausuraron. A pesar de que Aznar había designado a interlocutores en cada caso, fue frecuente también que se entrevistara personalmente con los líderes del partido a nivel nacional. El PP pasó por el reconocimiento de España como Estado plurinacional y la admisión del «hecho diferencial» de las especiales características de Cataluña como nación. El Gobierno se comprometió a consolidar el Estado de las Autonomías y a reformar la Administración periférica del Estado así como ceder el 30 por ciento del IRPF.

Sobre sus tres encuentros con Pujol, Aznar llegó a escribir que este «decidió prolongar la negociación, un poco por necesidad, otro poco por regodeo, para demostrar que era imprescindible (...). Mis conversaciones con Pujol fueron generales, de análisis histórico, político y económico de España, cuya existencia como marco común Pujol reconocía, lo que facilitaba el entendimiento. Lo que no quiso hacer Pujol fue entrar en el Gobierno». José María Aznar, escribe, le ofreció entonces formar parte de su Ejecutivo, al igual que haría de nuevo en el año 2000 tras la victoria por mayoría absoluta, «cuando no necesitaba sus votos. Pero, a la hora de la verdad, Pujol no quiso asumir ningún compromiso. Prefirió instalarse en la ‘incomodidad’».

En el caso del PNV, obtuvo la recaudación de los impuestos por el alcohol, tabaco y gasolina además de la devolución del patrimonio incautado al PNV por el franquismo durante la Guerra Civil.

El 4 de mayo, Aznar se convirtió en el cuarto jefe del Ejecutivo tras alcanzar en primera votación la mayoría absoluta. Consiguó 181 votos a favor (156 del PP, 16 de CiU, 5 de PNV y 4 de CC), 166 en contra (141 del PSOE, 21 de IU, 2 de BNG, 2 de HB, 1 de ERC, 1 de EA) y una abstención (Unió Valenciana).

Ver los comentarios